El área de la Amazonia brasileña afectada por la degradación forestal -donde la biomasa forestal se pierde pero no se convierte completamente hacia otro uso- es mayor que el área afectada por la deforestación, según un estudio a largo plazo realizado por Eraldo Aparecido Trondoli Matricardi, de la Universidad de B y sus colegas.

Entre 1992 y 2014, el área total de bosque degradado fue de 337.427 km², en comparación con los 308.311 km² deforestados. Según la Información de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, los hallazgos tienen implicaciones para las emisiones globales de gases de efecto invernadero y la pérdida de especies, entre otros factores.

 Emisiones globales de gases de efecto invernadero y la pérdida de especies

 

La degradación es más difícil de medir y monitorizar que la deforestación, si bien varias iniciativas ambientales internacionales, como la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, destacan la restauración de bosques degradados como un enfoque clave. Las actividades de degradación como la quema, la tala selectiva y la fragmentación de los bosques pueden ser difíciles de detectar bajo el dosel forestal.

El análisis de imágenes satelitales de la Amazonia brasileña llevado a cabo por el equipo muestra dónde persistió y se repitió la degradación durante un período de 25 años. Durante ese tiempo, las políticas nacionales contribuyeron a una disminución de la deforestación, en la que los bosques pasan a un uso completamente nuevo, como pastizales, según apuntan los investigadores.

Sin embargo, entre 2006 y 2010 la tasa anual promedio de degradación forestal por tala y quema era casi igual a las tasas de deforestación. El artículo revela además que en 2014 las tasas de degradación habían superado las de deforestación. En el trabajo han participado además la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) y la Universidad Estatal del Norte Fluminense (Brasil).