Los animales, principalmente las aves y los mamíferos, propagan las semillas de la mayoría de las especies de plantas. De este modo, los dispersores de semillas mantienen la biodiversidad vegetal, la recuperación de los ecosistemas y su adaptación al cambio climático.
Sin embargo, el funcionamiento y la resiliencia frente a los cambios ambientales de esta función ecológica es en gran parte ignorada en las estrategias para su restauración y reconexión.
Científicos de centros de investigación de EEUU, Suiza, Brasil Portugal y España han publicado una síntesis en la revista Nature Reviews Biodiversity (1) sobre el declive de los dispersores de semillas. En el artículo destacan sus consecuencias en la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas. Para ello, se han centrado en su mantenimiento, recuperación y trayectorias futuras ante múltiples cambios ambientales como la deforestación o el cambio climático.
El declive de la biodiversidad animal no trata solo de la pérdida de especies, sino de la erosión de funciones ecológicas, como la dispersión de semillas por aves y mamíferos que sustentan la biodiversidad vegetal, la recuperación de los ecosistemas y la adaptación al clima
Autores / autoras han demostrado la evidencia sólida de cambios impulsados por los humanos en la diversidad, abundancia, biomasa y movimiento de los dispersores de semillas, causados por la pérdida de hábitat, la fragmentación del paisaje, las especies invasoras y la explotación directa de los animales.
“El declive de la biodiversidad animal no trata solo de la pérdida de especies, sino de la erosión de funciones ecológicas, como la dispersión de semillas por aves y mamíferos que sustentan la biodiversidad vegetal, la recuperación de los ecosistemas y la adaptación al clima”, explica Evan Fricke, primer autor del trabajo e investigador de biodiversidad del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Según Fricke, “esta síntesis conecta la evidencia reciente sobre la magnitud de estos cambios y el papel fundamental de los dispersores de semillas en el logro de los objetivos globales de biodiversidad”.
Impactos lentos y silenciosos
La merma de los dispersores de semillas conduce a la disminución de sus funciones como jardineros, lo que lentamente se traduce en consecuencias negativas generalizadas que van desde el descenso de la biodiversidad hasta la reducción del almacenamiento de carbono.
Por lo tanto, abordar la disminución de estos animales es clave para proteger y restaurar la biodiversidad animal, lo que a su vez favorece la recuperación, la conectividad y el buen funcionamiento de las comunidades vegetales. De este modo, se contribuye a afrontar conjuntamente la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, afirman los investigadores.
Sin animales dispersores de semillas, se pierde la capacidad de mantener la biodiversidad vegetal, sostener hábitats animales y favorecer la recuperación de los ecosistemas
EVAN FRICKE, primer autor del estudio, investigador de bioddiversidad y ecología de MIT (Massachusetts Institute of Technology)
“La urgencia del declive de los polinizadores se ha reconocido ampliamente, en parte porque sus impactos visibles, como la reducción en el rendimiento de cultivos, se manifiestan en una sola temporada”, destaca Fricke.
En cambio, agrega, “los efectos de la reducción de los dispersores de semillas se desarrollan más lentamente, remodelando silenciosamente las comunidades vegetales y la dinámica de regeneración”.
Menos dispersores y menos funcionales
La revisión no solo pone de manifiesto la pérdida de diversidad de la fauna que dispersa semillas desde que existen los humanos, sino también la reducción de su tamaño corporal promedio, de su movilidad, de sus áreas de distribución y de sus tamaños poblacionales.
Juan P. González-Varo, investigador del Departamento de Biología de la Universidad de Cádiz y coautor del trabajo habla del caso del oso pardo (Ursus arctos). Este animal se distribuía por toda la península ibérica en el pasado. Sin embargo, actualmente su territorio se restringe a la Cordillera Cantábrica y a los Pirineos.
La reducción de su dominio supone que casi toda la península ha perdido la función de dispersión de semillas por este gran mamífero, que incluye muchas especies de frutos silvestres en su dietas”, subraya el investigador español.
También, existen ejemplos del descenso de dispersores de semillas debidos a la introducción de especies invasoras
También, existen “ejemplos muy recientes y cercanos del descenso de dispersores de semillas debidos a la introducción de especies invasoras en islas. Las poblaciones de lagartija de las Pitiusas (Podarcis pityusensis) en las Islas Baleares y de lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini) en las Islas Canarias se están desplomando a causa de la expansión de serpientes invasoras que depredan sobre ambas especies”, comenta González-Varo.
Por otro lado, “hay casos en los que los dispersores son (relativamente) tan comunes que, tanto su pérdida como la de su función pasan desapercibidas. Por ejemplo, los arrendajos (Garrulus glandarius) están generalmente ausentes en llanuras cultivadas muy deforestadas, como el Valle del Guadalquivir", añade.
Como consecuencia, “los pocos bosques que quedan en estos paisajes han perdido al principal dispersor de bellotas de encinas, alcornoques y robles y, por tanto, han visto mermada su capacidad de regeneración, expansión y resiliencia ante impactos ambientales”.
“A medida que disminuyen los animales dispersores de semillas, también lo hace la capacidad de la vegetación para sostener servicios ecosistémicos clave, desde el suministro de recursos hasta la mitigación de extremos climáticos. Estos impactos se acumulan de forma gradual y global, lo que los hace difíciles de cuantificar, pero es fundamental que se reconozcan”, concluye Fricke.
Referencias
- (1) Drivers and impacts of global seed disperser decline. Nature Reviews Biodiversity.
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