La ONG Shark Med y Fundación Marilles han firmado un acuerdo por el que se destinará 30.000 euros a estudiar el estado de las tintoreras y otras especies de tiburones en el mar de Baleares, después de que la ONG haya detectado que aproximadamente la mitad de las tintoreras filmadas en la zona tiene anzuelos clavados.

El acuerdo con la fundación tendrá un año de duración y permitirá a la ONG seguir recogiendo datos sobre estos escualos a través de cámaras remotas, situadas a kilómetros de distancia de la costa para poder observar directamente a los tiburones en su hábitat natural y conocer mejor su estado de conservación.

Otro de los objetivos del estudio será cambiar su "distorsionada mala reputación que ha eclipsado la verdadera situación de vulnerabilidad en la que se encuentran".

El acuerdo llega después de que Shark Med haya diseñado durante dos años un innovador sistema de video submarino remoto que permite observar tiburones ya que encontrarlos suele ser difícil, debido a su baja densidad de población y a que son especies pelágicas que viven en alta mar, muy lejos de la costa.

Las primeras imágenes obtenidas muestran cómo la pesca accidental por palangre de superficie compromete la supervivencia de estas especies. El 50% de las tintoreras grabadas presenta anzuelos clavados arrastrando largos sedales, algunos con restos de redes y vegetales.

El estudio se llevará a cabo en las principales islas del archipiélago Balear con la colaboración de Save the Med en Mallorca, de la productora Paleártica Films en Menorca y de Manu San Félix y la Asociación Vellmarí en Ibiza y Formentera.

El presidente de Shark Med, Agustí Torres, ha explicado que el objetivo principal del proyecto es proporcionar, mediante los datos científicos obtenidos en el estudio, las herramientas necesarias para concienciar sobre la importancia de la recuperación y conservación de los escualos, así como para promover el desarrollo sostenible de las actividades que más les afectan, y exigir "cambios reales y concretos en la pesca, por ejemplo".

Por su parte, el director de la Fundación Marilles, Aniol Esteban, ha defendido que un mar con tiburones es un mar en buen estado de conservación. "La protección de estas especies es una prioridad para Marilles y Baleares, que puede jugar un papel clave para liderar su conservación en el Mediterráneo. El único miedo que hay que tener a los tiburones es a su extinción", ha apuntado.

En este contexto, las dos entidades subrayan el "papel vital" que juegan los tiburones para el mantenimiento del equilibrio de la cadena alimentaria y de la buena salud de los ecosistemas marinos.

Las tintoreras han sido declaradas "especie en peligro" en el Mediterráneo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, la ONG y la Fundación denuncian que la legislación española no los contempla como "especie protegida".

En este contexto, añaden que otros tiburones de alta mar que antes eran comunes, como el tiburón martillo, el marrajo o el zorro se encuentran ahora gravemente amenazados.

Un declive de entre el 96 y el 99,99%

 

Así, afirman que una de las principales causas es la pesca de palangre de superficie, que se dirige al pez espada o al emperador. En Baleares este tipo de pesca solo la practica la flota peninsular en aguas exteriores. Sin embargo, hace unos días el Gobierno balear denunció la presencia de un palangre de superficie en aguas interiores.

Los tiburones son particularmente vulnerables a la presión pesquera, puesto que son especies de crecimiento lento, tardan en alcanzar la madurez sexual y tienen una baja fecundidad.

En el Mediterráneo hay series de datos largas y representativas para unas pocas especies como los martillos (Sphyrna spp.) tintoreras (Prionace glauca), marrajo (Isurus oxyrhinchus), cailón (Lamna nasus) y zorro (Alopias vulpinus). Ferretti et al. (2008) han calculado un declive de entre el 96 y el 99,99% respecto de las poblaciones existentes hasta la mitad del siglo XX.

Se estima que el 53 por ciento de los tiburones, rayas y quimeras del Mediterráneo están en riesgo de extinción (Lista Roja de la UICN).

Según el Libro Rojo de los peces de las Islas Baleares, de las 56 especies de seláceos registradas, 34 están amenazadas y 17 están en peligro crítico o ya se han extinguido a nivel regional. Aun así, el archipiélago es un área rica en tiburones y rayas respecto a otras zonas del Mediterráneo occidental.

Desde Shark Med y Fundación Marilles, reclaman un plan nacional para la conservación de tiburones en el Mediterráneo; la mejora del conocimiento sobre la actividad de la flota pesquera y la presencia de tiburones; la implantación de medidas para reducir la mortalidad de estos escualos una vez que han subido a bordo, como extraerles los anzuelos o exigir el trabajo con anzuelos de bajo impacto o devolver los animales al mar sin anzuelos ni cables. Por otro lado, instan al Gobierno balear que elabore un plan para la conservación de tiburones y rayas que cuente con la colaboración del sector pesquero así como la declaración de Baleares como zona de "no consumo" de tiburones.

Políticas que hagan de los tiburones un atractivo turístico

 

Según datos de WWF, España es el principal importador y exportador de tiburones del Mediterráneo. La carne de tintorera y marrajo se encuentra a menudo en la sección de congelados de grandes superficies y en el menú de bastantes restaurantes bajo el nombre de "caella".

También proponen que se elaboren planes que hagan de los tiburones un atractivo turístico, como en otros destinos como Maldivas o el Caribe, que supone un ingreso para la economía local.

Asimismo, en Canarias existe ya el turismo de buceo relacionado con los angelotes y las rayas que genera al menos ingresos por 3 millones de euros y 100 puestos de trabajo.

En definitiva, la ONG y la Fundación plantean replicar algunas de estas iniciativas para lo que ven necesario un programa "sólido" de investigación y protección de estas especies y exigen que las políticas de reactivación económica sitúen el mar en el centro porque su conservación es "clave" para la prosperidad de Baleares.