Jóvenes activistas climáticos de Brasil han presentado una demanda en el Tribunal Supremo del país sudamericano contra su presidente, Jair Bolsonaro, y su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, por la política ambiental de este país y por no aumentar la ambición climática.

Los jóvenes argumentan que la nueva contribución nacional de reducción de emisiones (NDC) por sus siglas en inglés no aumenta la ambición respecto a la primera, presentada en 2015 antes de la firma del Acuerdo de París contra el cambio climático.

Para los activistas el nuevo objetivo presentado por el país permitirá un número de emisiones significativamente mayor en 2025 y 2030 que el anterior, pero esto queda oculto porque, a diferencia de la anterior NDC, la nueva no muestra los objetivos absolutos de emisiones en toneladas.

En concreto, acusan al Gobierno de que la nueva NDC mantiene sólo el porcentaje de reducción para 2025 (reducción del 37% respecto a 2005) y convierte lo que en la NDC anterior era un objetivo indicativo para 2030 (reducción del 43% respecto a 2005) en su nuevo objetivo oficial para 2030.

Para la ONG brasileña Observatorio del Clima refleja que para ser compatible con el límite de aumento de temperatura de 1,5ºC, las emisiones netas de Brasil en 2030 deberían ser de 0,4 Gigatoneladas de CO2 equivalente.

En este contexto, los jóvenes quieren que tanto Salles como Bolsonaro rindan cuentas por lo que denominan una "maniobra de truco del carbono". La iniciativa ante el alto tribunal cuenta con el apoyo de ocho exministros de Medio Ambiente.

Para el activista de Fridays For Future Brasil, Marcelo Rocha, el truco de la contabilidad de carbono realizada por el Gobierno brasileño es "una amenaza no solo para la juventud brasileña, sino para el conjunto del planeta".