Ciertas variedades de setas salvajes de Baviera, el en sur de Alemania, siguen mostrando trazas de cesio-137 radioactivo más de tres décadas después del accidente en la central nuclear ucraniana de Chernóbil, según la Oficina Federal para la Protección frente a la Radiación (BfS).

La agencia ha divulgado en su último informe las variedades específicas de setas en las que se han detectado dichas trazas. "En casos extremos, una única ingesta contiene más cesio-137 del que se consume de otros productos agrícolas en todo un año", ha explicado la presidenta de la BfS, Inge Paulini.

Esta responsable ha instado a los recolectores a abstenerse de consumir las setas recogidas en las zonas más afectadas, si bien la BfS ha aclarado que los productos adquiridos en tienda son completamente seguros al cumplir con el límite máximo de 600 becquerelios por kilógramo.

Varias áreas de Baviera sufrieron las consecuencias del desastre de Chernóbil en 1986, el accidente atómico más grave de la historia en todo el mundo junto al de Fukushima (Japón). Los expertos estiman que el cesio-137 tiene una vida media de tres décadas.