El alcalde de la localidad de Nueva York, Bill de Blasio, ratificó el lunes un proyecto de ley que prohíbe la venta de foie gras a partir de 2022, según ha informado el diario local The Hill.

La prohibición del producto, hecho de hígado hipertrofiado de pato o ganso, ha tenido lugar después de que 42 concejales del Ayuntamiento neoyorquino de un total de 51 dieran el visto bueno a la medida en un intento de luchar contra la crueldad animal.

 

Multas de 2.000 dólares 

 

La medida incluye multas de 2.000 dólares para aquellos restaurantes y comercios que violen la ley. De Blasio, por su parte, ha recalcado que está orgulloso de firmar la legislación para solidificar su compromiso con el tratamiento justo y humano de los animales en la ciudad".

En este sentido, ha señalado que está "deseando seguir trabajando para proteger a los animales y forjar el liderazgo a favor de los derechos de los animales en la localidad".

"Nueva York ha mandado un claro mensaje a los productores de foie gras: introducir un tubo por la garganta de un ave y hacerlo enfermar y provocar que su hígado sea diez veces más grande del tamaño normal para producir un alimento exótico es cruel y no tiene lugar en nuestra compasiva ciudad", ha expresado Allie Felman Taylor, presidenta de la organización Votantes por los Derechos de los Animales.

La ciudad se ha sumado así al estado de California. En enero, el Tribunal Supremo rechazó el recurso presentado por productores de foie gras contra la prohibición en el estado norteamericano.

Precisamente ayer martes se celebraba el Dia internacional contra el foie-gras, convocado por grupos animalistas. Según Igualdad Animal, "las aves utilizadas para producir foie pertenecen a la raza Mulard. Solo resultan rentables los machos. Las hembras son sacrificadas nada más nacer. A partir de la cuarta semana de vida comienzan a padecer racionamiento de comida. Esto provoca que engullan con voracidad y sus estómagos comiencen a dilatarse".

"Con cuatro meses empieza la tortura de la alimentación forzada. Son encerrados en jaulas y alimentados mediante un tubo metálico de 30 cm. Durante dos semanas va aumentando la dosis hasta alcanzar los dos kilos de pasta de maíz al día, el equivalente a 12 kilos para una persona", añade. Como consecuencia de ello, las aves sufren heridas en el esófago, infecciones y dificultades para respirar mientras su hígado hipertrofiado y enfermo va aplastando los otros órganos.