Dos años después del comienzo del conflicto en Gaza, la perspectiva de una posible tregua duradera parece más cercana que nunca. Esta esperanza de paz llega después de que, en estos 730 días, al menos 67.173 palestinos hayan sido asesinados y casi 170.000 hayan resultado heridos.
En un momento propicio para hacer balance de la violencia ejercida durante este periodo, las noticias más recientes apuntan a la posibilidad de llegar a un acuerdo basado en los 20 puntos presentados por el presidente de Estados Unidos (EE UU) Donald Trump, y en torno a los cuales, negociadores de Israel y Hamás han acudido a debatir a Egipto.
Dos años de conflicto y genocidio

Mucho tiempo ha pasado desde que el conflicto comenzara el 7 de octubre de 2023. Ese día, un ataque coordinado de Hamás contra varios enclaves israelíes cercanos a la Franja causaba unos 1.200 muertos israelíes y se cobraba 250 rehenes, en un acto que desató la contundente y desmedida respuesta israelí. Desde entonces, se estima que al menos 67.173 palestinos han muerto en el conflicto, entre ellos unos 20.179 niños, y que otros 170.000 han resultado heridos en una oleada de destrucción que ha sacudido sin medida a la Franja.
La ONU ha llegado a reconocer que Israel ha cometido genocidio contra los habitantes de la Franja de Gaza por su intención de "destruir a los palestinos de Gaza mediante actos que cumplen los criterios establecidos en la Convención sobre el Genocidio"
Este ataque indiscriminado contra la población civil de Gaza ha despertado un sentimiento de indignación en buena parte del mundo que ha derivado en un concepto de extrema gravedad: el genocidio. Según el informe de una comisión internacional independiente, la propia ONU ha llegado a reconocer que Israel ha cometido genocidio contra los habitantes de la Franja de Gaza por su intención de "destruir a los palestinos de Gaza mediante actos que cumplen los criterios establecidos en la Convención sobre el Genocidio".
Entre estos actos se incluyen actuaciones como la matanza de palestinos; lesiones graves a su integridad física o mental; el sometimiento intencional a condiciones que acarrean su destrucción física; o medidas para impedir la natalidad de dicho grupo.
Otros organismos internacionales han constatado las atrocidades cometidas en la Franja, como la Corte Penal Internacional, que ordenó el arresto de Netanyahu y otros altos cargos israelíes por crímenes de guerra y de lesa humanidad
Aunque a la ONU le haya costado mucho tiempo reconocer y confirmar la comisión del genocidio, durante este tiempo otros organismos internacionales han constatado las atrocidades cometidas en la Franja, como la Corte Penal Internacional (CPI), que ordenó el arresto de Netanyahu y otros altos cargos israelíes por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Durante estos dos años se estima que en torno al 90% de la población de la Franja, es decir, más de 1,9 millones de personas, han debido huir de su hogar para alejarse de los ataques israelíes, ya fueran anunciados o sorpresivos. Este eterno vagar por el territorio gazatí está controlado en el 80% de la región, donde hay severas restricciones al movimiento u órdenes de desplazamiento. La destrucción en la Franja es total, repleta de refugiados sin hogar, ya que el 90% de los edificios existentes han sido destruidos o han sufrido serios daños por los bombardeos y ataques israelíes.
Durante estos dos años de conflicto y barbarie, la esperanza de un acuerdo de paz ha sido siempre muy limitada. Aunque se han celebrado varias rondas de conversaciones, apenas se ha llegado a una tregua efectiva, entre enero y marzo de 2025, que fue rota de manera unilateral por Israel con un ataque coordinado contra varios objetivos de Gaza.
La perspectiva del plan de paz
En la actualidad, la comunidad internacional tiene ciertas esperanzas fundadas de que se pueda llegar al principio del fin del conflicto. En un nuevo empeño por imponer la paz en la zona, el presidente de EE UU, Donald Trump, presentó un plan de paz de 20 puntos. El documento fue bien acogido por Israel y Hamás, aunque ambas partes mantienen reuniones indirectas en Egipto para discutir algunas cuestiones del acuerdo aún por resolver.
Hay puntos del acuerdo innegociables, como la liberación de los 48 rehenes israelíes que todavía permanecen en Gaza, aunque se discute la fórmula de intercambio de dichos rehenes por la absoluta desconfianza que reina entre ambas partes.
El futuro de Gaza es otro punto complejo, ya que Trump exige el desarme de Hamás, punto que la milicia solo aceptaría si se establece previamente un Estado palestino, por lo que éste es un importante punto de discordia. En este sentido, también se quiere evitar que Hamás continúe con un papel preponderante en la reconstrucción y el futuro gobierno de Gaza, que, según el plan de Trump, empezaría con un comité de transición y acabaría transfiriéndose a la Autoridad Palestina, punto en el que no está de acuerdo el núcleo más duro de la coalición gobernante en Israel.
Además, ambas partes deberían ponerse de acuerdo en los plazos y espacios de la retirada militar israelí, donde se contemplaría una posible zona de seguridad entre Gaza e Israel hasta que se diluyera la amenaza de Hamás.
Ante la presentación del plan, Israel paralizó la anunciada invasión terrestre de la Ciudad de Gaza, aunque ha continuado con los bombardeos y disparos contra población gazatí en enclaves tan castigados como la propia capital o Jan Yunis.
La catástrofe humanitaria

La absoluta destrucción de la Franja está acreditada por múltiples vías y su futura reconstrucción va a resultar harto costosa. Más de 280.000 edificaciones han sido dañadas o destruidas según el centro de satélites de la ONU. De los 36 hospitales que había en la Franja, ahora apenas funcionan 14, en situación de total precariedad y sin apenas suministros. Además, se estima que la reconstrucción de Gaza requerirá unos 50.000 millones de euros, aunque seguramente la cifra resulte mucho mayor.
Para acentuar la situación de precariedad, las colas del hambre se convierten en una triste rutina que preside los escasos puntos de reparto de suministros para la población civil. En estos lugares los gazatíes se exponen a una compleja disyuntiva: acudir a unas colas donde más de 2.500 personas han muerto por los ataques israelíes contra las aglomeraciones allí formadas; o perecer por la hambruna declarada en Gaza, donde más de 450 personas ya han muerto por inanición.
La decisión israelí de trabajar en el reparto de ayuda con una empresa propia apoyada por EE.UU., e impedir el reparto de ayuda humanitaria de la UNRWA y otras organizaciones, ha desembocado en esta dramática situación, que provoca que gran cantidad de ayuda humanitaria esté retenida en Jordania por el bloqueo israelí.
La movilización de la sociedad civil
Para intentar romper este bloqueo humanitario, se han producido varias iniciativas civiles, entre las que destacó la Global Sumud Flotilla. En esta iniciativa participaron unas 470 personas a bordo de unas 40 embarcaciones civiles, que cruzaron durante un mes el Mediterráneo con dirección a la costa de la Franja. Esta flota denunció en varias ocasiones ataques israelíes con drones sobre sus embarcaciones y otro tipo de intimidaciones. Cuando los barcos se encontraban a unos 100 kilómetros de la costa, las naves fueron abordadas por el ejército israelí, que detuvo a los activistas, los mantuvo varios días en una cárcel israelí y ahora deportará progresivamente a sus países de origen.
Como respuesta al fracaso de esta primera iniciativa, se ha conformado una segunda flotilla, Thousand Madlee, integrada por nueve embarcaciones y unos 150 tripulantes de distintos países que también se aproxima a la zona y sobre la cual ya ha comenzado también la intervención del ejército israelí.
Estas flotillas son solo uno de los ejemplos de movilización de la sociedad civil para mostrar su apoyo a la causa palestina. Iniciativas como el boicot al equipo Israel-Premier Tech en la Vuelta Ciclista a España han centrado la atención de todo el mundo, así como las múltiples manifestaciones que han concentrado a cientos de miles de personas en varias capitales europeas como Estambul, Ámsterdam, París, Roma, Madrid o Barcelona; multitudes que se movilizaron para mostrar su apoyo a Palestina y tratar de poner fin al genocidio que sufre la Franja de Gaza.
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