El océano se calienta un 40 por ciento más rápido de lo que se preveía, según un conjunto de expertos que propone ocho medidas urgentes para evitar "cambios catastróficos" para los océanos de aquí a diez años.

El grupo de expertos del Programa Internacional para el Estado del Océano (IPSO) alerta en un artículo científico de que si no se toman medidas en los próximos diez años para detener este daño por un ritmo sin precedentes de calentamiento climático y otras actividades humanas, el resultado podría ser catastrófico para el funcionamiento del océano mundial y se pondría en peligro ecosistemas vitales y perturbando la civilización humana.

"Estamos presenciando un incremento en la temperatura, las perturbaciones y la acidificación del océano, un aumento de las invasiones biológicas y la eutrofización y una reducción de los niveles de oxígeno. Algunos de estos fenómenos actúan como un trinquete: una vez que los cambios negativos o dañinos se han producido, puede ser que se instalen de forma permanente y ya no sean reversibles, especialmente a la gran escala que suponen los procesos biológicos oceánicos", añade el artículo.

Las conclusiones son formuladas por un equipo multidisciplinario de oceanógrafos y expertos en derecho, políticas y finanzas, que ha analizado y sintetizado 131 artículos científicos revisados por homólogos sobre cambios oceanográficos, de los cuales, 120 han sido publicados en el último lustro.

El objetivo era evaluar los cambios que se están produciendo y la consecuencias de no hacer nada. La evaluación Ocho pasos fundamentales y simultáneos necesarios para restablecer la salud del océano, y las consecuencias del retraso o la inacción para la humanidad y el planeta, se publica este lunes en la revista científica Aquatic Conservation.

Así, advierte de que una menor productividad de la cadena trófica marina, la menor capacidad de almacenar carbono, la reducción de los niveles de oxígeno y la posible liberación a la atmósfera del calor almacenado figuran entre una multitud de cambios, ya en curso o documentados como posibles, en un océano mundial brutalmente asediado por la actividad humana.

Sin embargo, añade que hay ocho acciones "prioritarias" a realizar "al unísono para evitar que se produzcan las peores situaciones hipotéticas" para el océano, incluidos cambios potencialmente irreversibles.

Estas medidas pasan por abordar "rigurosamente" el calentamiento global y limitar el incremento de la temperatura a 1,5ºC a final de siglo pero aplicar medidas para prepararse para un incremento de 2 o 3 grados centígrados.

En segundo lugar, piden proponer una moratoria a la minería de aguas profundas durante la reunión anual de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) porque podría perturbar los depósitos de carbono de los sedimentos marinos y reducir la capacidad del océano para absorber CO2 y mitigar la emergencia climática actual.

En la actualidad hay 29 licencias de exploración, y el área de interés comercial para la actividad minera se estima en más de 4 millones de km2, mayor que la superficie terrestre total de los principales 20 países de la UE.

El grupo de expertos también considera urgente aprobar un Tratado de Alta mar "sólido" que cuente con una Conferencia de las Partes y un comité científico; reformar los derechos de voto en organismos internacionales como la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos para evitar que los intereses particulares socaven el principio de precaución.

También aboga por que se respeten las normas de las áreas marinas protegidas y lograr proteger al menos el 30 por ciento del océano y garantizar una gestión "eficaz" para evitar los efectos adversos en el cien por cien del océano.

Otra de las medidas pasa por acabar con la sobrepesca y las prácticas pesqueras destructivas, incluida la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR); reducir radicalmente la contaminación de las aguas marinas, tanto por fertilizantes, por aguas residuales o por plásticos; proporcionar un mecanismo de financiación para la gestión y la protección y gravar fiscalmente las actividades no sostenibles e intensificar la investigación científica.

Olas más fuertes

El documento de IPSO refleja que el calentamiento del océano se acelera y se produce de media un 40 por ciento más de lo estimado por expertos de la ONU hace cinco años; que el calentamiento de las capas superiores está alterando el clima mundial de las olas e incrementando la fuerza del oleaje.

También observan indicios de que el océano podría estar empezando a liberar parte de la energía térmica almacenada, lo cual podría contribuir a unos incrementos de temperatura significativos a nivel mundial en los próximos años y advierten de una "alarmante tendencia" a niveles decrecientes de oxígeno en el océano y que el hielo se funde más rápido de lo previsto, con el correspondiente aumento del nivel del mar y sus "consecuencias catastróficas".

El documento del IPSO se adelanta al primer informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) centrado exclusivamente en el estado del océano y la criósfera, previsto para septiembre de 2019, y también llega antes de una CoP de Naciones Unidas sobre el clima, programada para diciembre, que se espera que centre su atención en la importancia del océano dentro del contexto de la emergencia climática.

El autor principal, el profesor Dan Laffoley, miembro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha alertado de que bajo los actuales efectos climáticos, la vida marina está "amenazada de asfixia, inanición, sobrecalentamiento y corrosión ácida" y la situación solo hace que empeorar.

"Tenemos que actuar en relación con el cambio climático, pero también es imperativo y urgente que desarrollemos resiliencia. Si el océano se colapsa, toda la vida en la Tierra estará en peligro. El presente artículo establece ocho pasos prácticos, pero ambiciosos, que hay que dar de forma simultánea para contribuir a evitarlo", ha concluido.

Finalmente, el profesor y coautor Callum Roberts, de la Universidad de York, ha advertido de que hay "unos diez años para actuar" porque es "mucho más probable que se produzcan los puntos de inflexión en el proceso de declive del océano si no se toman medidas ahora".

"Tenemos una oportunidad magnífica de conseguirlo", ha animado, al tiempo que confía en que poner en práctica "adecuadamente estas oportunidades políticas y realizar de forma mancomunada este esfuerzo mundial tiene que dar fruto".