1.258 días después del inicio de la guerra de Ucrania, el conflicto se mantiene con toda su crudeza a pesar de los sucesivos intentos infructuosos de alcanzar un alto el fuego.

Sumario

 

En un contexto de bombardeos generalizados y uso masivo de drones, Donald Trump continúa en su empeño de una mediación entre Rusia y Ucrania que ya ha fracasado en sucesivas ocasiones.

 

Últimas novedades bélicas: treguas y bombardeos

 

Mapa de la guerra en Ucrania a 4 de agosto de 2025 / Imagen: EA Mapa de la guerra en Ucrania a 4 de agosto de 2025 / Imagen: EA

La mayoría de las ofensivas de ambos bandos continúan centradas en el medio aéreo, en una combinación de ataques con proyectiles y armas de mayor precisión con el envío masivo de drones no tripulados armados contra territorio enemigo. Estos drones se envían en enjambres de decenas o centenares de ejemplares; un tipo de ataque que alcanzó su saldo más mortífero en la madrugada del jueves 31 de julio, donde más de una treintena de personas murieron tras un ataque masivo sobre Kiev.

En el ámbito cuantitativo, el ataque que empleó mayor número de aparatos no tripulados fue el lanzado sobre Lutsk a principios de julio, donde participaron más de 700 drones en una única operación. Este tipo de ataques ha servido para golpear toda la geografía ucraniana, ya que se han registrado movimientos similares contra Lviv, Jarkov, Dnipro o Sumy.

En el sentido contrario, Ucrania también ha lanzado ataques masivos con proyectiles y drones sobre suelo ruso, dirigidos sobre diversas regiones del enemigo, las aguas del mar Negro e incluso sobre la región rusa anexionada de Crimea, ya fuera contra infraestructuras energéticas, militares o civiles. Este tipo de ataques han llegado hasta las puertas de San Petersburgo y Moscú, con la consiguiente alarma entre los ciudadanos rusos.

En una muestra de su decidida apuesta por este tipo de conflicto, Putin ha anunciado la llegada del primer misil balístico hipersónico Oréshnik, un arma de última generación cuyo desarrollo y producción continuará durante los siguientes meses.

 

Los combates en el frente

 

La principal novedad en el frente del este se encuentra en la disputa por la posesión de la ciudad de Chasiv Yar. Rusia ha proclamado el control total de este enclave de la región del Donetsk, de unos 10.000 habitantes, extremo que ha negado Ucrania.

El control de esta ciudad, con una importante situación estratégica, ha sido batallado durante más de 16 meses por ambas partes y su control por parte de Rusia podría abrir el camino a nuevas operaciones dirigidas contra ciudades como Kramatorsk o Sloviansk, de gran importancia en la logística ucraniana.

Más allá de la toma de este enclave de importancia, el conflicto prosigue aldea a aldea, con avances muy limitados en un frente que parece enquistado.

Las bajas son masivas en ambos bandos aunque, como en toda guerra, no hay datos que lo puedan confirmar a ciencia cierta. Como ejemplo, terceros países como Gran Bretaña consideran que el ejército ruso ha sufrido más de 230.000 bajas en lo que va de 2025, ya sean muertos o heridos.

 

Las conversaciones para un alto el fuego y política internacional

 

Las rondas de negociaciones auspiciadas por Estados Unidos se suceden, pero Rusia y Ucrania no terminan de alcanzar un alto el fuego ni de acordar medidas concretas a pesar de la creciente intervención de Donald Trump.

Más allá de los intercambios masivos de presos y víctimas entre ambos bandos, el Kremlin sigue sin mostrar ningún tipo de predisposición a una tregua a pesar del ultimátum de diez días que el presidente americano le dio a Rusia para el cese de hostilidades, en una propuesta que acaba el 7 de agosto.

Aunque no participen de manera directa en las negociaciones, los países europeos continúan en su apoyo a Ucrania, ya sea mediante la suscripción del ultimátum de Trump manifestada por el Primer Ministro británico o mediante la concesión de sistemas de defensa Patriot realizada por Alemania.