Dejando de lado las lágrimas, el enfado y las frases moralizadoras, la activista sueca habló en el plenario de la COP25 con cifras y evidencia científica. Quiso ceder el protagonismo a la labor de los investigadores y se apoyó en los datos que aporta el IPCC para repetir su mensaje: “La gente está dispuesta a cambiar”.  

Greta Thunberg ha encontrado con la crisis climática una razón para hablar. “Hace un año y medio no le dirigía la palabra a nadie salvo que realmente tuviera que hacerlo”, empezó su discurso ayer la joven activista sueca.

Desde entonces, la adolescente ha dado muchos discursos, la mayoría desde la emoción, la ira e incluso la impotencia “para llamar la atención”, confiesa. Así no solo ha pedido a los dirigentes políticos un mayor compromiso para frenar la emergencia climática, sino que ha logrado que millones de jóvenes se unan a la lucha contra el cambio climático.

Pero esta vez sus palabras, más moderadas, no dejaron espacio a los sentimientos y se basaron en los datos proporcionados por la comunidad científica y que recaen en la toma de decisiones. La razón es que con frases como “¿Cómo os atrevéis?” –pronunciada en la cumbre de Nueva York del pasado septiembre– “es todo lo que la gente recuerda”. No se acuerdan de los hechos.

Por eso, Thunberg quiso recordar a las personas su verdadero mensaje e hizo mención al capítulo 2 de la página 108 del informe SR1.5 del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC). “Si tenemos un 67% de oportunidades para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ºC, nos quedan 420 gigatoneladas de CO2 para emitir en nuestro presupuesto de carbono a fecha del 1 de enero de 2018”.

En la actualidad, esa cifra es aún menor porque emitimos 42 gigatoneladas cada año. “Con nuestros niveles de emisiones, el presupuesto de carbono restante se habrá esfumado en unos ocho años”, dijo la joven, quien recordó que estas cifras no son opiniones o puntos de vista políticos. “Esta es la mejor ciencia actual disponible”.

La activista subrayó que estos números son globales, y que no hacen referencia al aspecto de equidad, tan importante para que funcione el Acuerdo de París a escala mundial.

“Muchos modelos asumen que las futuras generaciones serán capaces de absorber cientos de miles de millones de CO2 del aire con tecnologías que no existen a esta escala, y posiblemente nunca lo harán”, alertó pidiendo una acción efectiva y real.

La gente ya está muriendo con 1ºC

¿Por qué es tan importante quedarse por debajo de los 1,5 ºC? “Porque incluso con 1ºC la gente ya está muriendo por la crisis climática, porque es lo que la ciencia pide para evitar desestabilizar el clima”, remarcó.

Greta Thunberg insistió en que su mensaje es este: “Cada fracción de grado importa”. “Decidme, ¿cómo podéis reaccionar a estas cifras sin sentir al menos algún nivel de pánico? ¿Cómo respondéis al hecho de que básicamente nada se está haciendo sin sentir algo de indignación? ¿Y cómo comunicáis esto sin parecer alarmistas?”.

En su discurso, recalcó las diferencias entre países y cómo los ricos deben ayudar a los más pobres porque “las cifras son globales” y solo así se logrará que funcione el Acuerdo de París.

La activista, que llegó a Madrid el pasado viernes, tras cruzar en catamarán el Atlántico, señaló que en las promesas de los países no se incluyen tasas de emisiones al transporte. “Esto no es liderazgo. La política que se necesita no existe en la actualidad”, denunció. El verdadero peligro, según la joven, es cuando los políticos pretenden que están actuando y, en realidad, no están haciendo nada: “Los líderes no se comportan como si fuera una emergencia”.

Al finalizar, Thunberg hizo un llamamiento a la esperanza porque el cambio vendrá del pueblo. “Las personas ya están empezando a despertar”. “Podemos iniciar el cambio ahora. Nosotros. La gente”, concluyó.