Las emisiones diarias de dióxido de carbono (CO2) cayeron un 17 por ciento a nivel mundial y un 31,9 por ciento en España durante el pico del confinamiento o restricciones a la actividad establecido en buena parte de la comunidad internacional para frenar la expansión del coronavirus, en abril, que según un estudio global, tuvo un "efecto extremo" en las emisiones.

El análisis, revisado por expertos y que publica la revista Nature Climate Change, refleja que esta reducción de 17 millones de toneladas de CO2 diarias a nivel mundial lleva las emisiones a niveles de 2006.

El documento confirma así el impacto del confinamiento a nivel mundial y apunta que probablemente las emisiones anuales del año 2020 sean las emisiones absolutas más bajas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Por sectores, las emisiones del transporte terrestre se redujeron a casi la mitad, con un descenso del 43 por ciento durante el pico del confinamiento mundial que fue el 7 de abril; las emisiones procedentes de la generación de energía cayeron un 19 por ciento; las de la industria un 25 por ciento, otro 43 por ciento entre las dos (industria y energía) y la aviación que genera el 3 por ciento de las emisiones globales y que fue el sector económico que más ha sufrido el cierre descendió un 10 por ciento sus emisiones durante la pandemia.

De media las emisiones cayeron un 26 por ciento en cada país en el pico del confinamiento. En cuanto a España, el estudio afirma que la caída máxima de las emisiones fue de hasta un 31,9 por ciento, frente a la caída máxima en Europa, que fue del 27 por ciento, y cerca del doble del descenso mundial de emisiones, del 17 por ciento.

En el análisis global han participado la Universidad de East Anglia (Reino Unido), la Universidad de Standford (EE UU), el Centro CICERO de Investigación Climática Internacional en Oslo (Noruega), la Universidad de Exeter (Reino Unido), la Universidad de la Sorbona (Francia), el Instituto Global Commons and Climate Change de Berlín (Alemania) y el CSIRO Oceans and Atmosphere de Australia.

Los investigadores modelaron tres escenarios potenciales de desconfinamiento hasta final de año y han concluido que a nivel mundial se podría llegar a un descenso de entre el 4 y el 7 por ciento de las emisiones totales hasta finalizar 2020.

El informe del Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) sobre la diferencia entre los compromisos de reducción de CO2 de los países y lo que necesita el planeta para frenar el cambio climático, concluye que se necesita una disminución de los gases de efecto invernadero de un 2,7 por ciento anual a nivel global para limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados centígrados (ºC) y de hasta el 7,6 por ciento anual para quedarse por debajo de 1,5ºC.

Una reducción demasiado pequeña para reducir el cambio climático

En todo caso, los investigadores concluyen que solo con la disminución de emisiones de este año no se reducirá el impacto del cambio climático, ya que es "extremadamente pequeña" comparada con las emisiones acumuladas hasta ahora, y comparada con los recortes de emisiones necesarios para enfrentar el cambio climático.

Además, los autores advierten de que las prisas por implantar paquetes de estímulo económico no deben provocar una aumento de las emisiones global y retrasar así los acuerdos climáticos.

La autora principal del estudio, la profesora de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) Corinne Le Quére, ha explicado que el confinamiento de la población ha llevado a cambios drásticos en el uso de la energía y las emisiones de CO2.

"Es probable que estas disminuciones extremas sean temporales, ya que no reflejan los cambios estructurales en los sistemas económicos, de transporte o de energía. La medida en que los líderes mundiales consideren el cambio climático al planificar sus respuestas económicas posteriores a COVID-19 influirá en las trayectorias de las emisiones mundiales de CO2 durante las próximas décadas", ha alertado.

En este contexto, los autores recomiendan a los responsables políticos que se centren en las políticas de transporte y movilidad, que son las que han supuesto prácticamente la mitad de la disminución de las emisiones durante el confinamiento.

De hecho, la autora afirma que en las ciudades apoyar los desplazamientos a pie y en bicicleta, las bicicletas eléctricas son medidas "mucho más baratas y mejores" para el bienestar y la calidad del aire que la construcción de carreteras, y preservar el distanciamiento social.

El calentamiento global se mira con "nuevos ojos"

Asimismo, el director de investigación del CICERO de Investigación Climática Internacional en Oslo y coautor del estudio, Glen Peters, ha valorado que pese a la "tragedia humana" del COVID-19 el problema climático se mira ahora con "nuevos ojos".

"Las políticas de confinamiento al estilo del coronavirus no están destinadas a resolver la crisis climática, pero los datos en tiempo real que recogemos ahora pueden ayudarnos a diseñar políticas climáticas más eficaces en el futuro", comenta.

En ese sentido, asegura que la reducción de emisiones debido al COVID-19 será "claramente sin precedentes" pero lo que es "menos seguro" es cómo se recuperará la economía a finales de 2020 y en 2021. Por eso, estima que a medida que los distintos países y sectores se recuperan, no está claro si los niveles de actividad volverán a los niveles normales o si podemos ver cambios permanentes en el comportamiento.

"El mundo ya ha comenzado una transición climática, y el mundo puede resurgir de la pandemia de coronavirus hacia adelante en esa transición, con las emisiones pico pasadas y las emisiones de CO2 finalmente comenzando una trayectoria descendente", pronostica.

En concreto, el investigador de la CSIRO y director del Proyecto Global de Carbono y coautor del análisis, Pep Canadell, precisa que la disminución de las emisiones en 2020 fue mayor en China, donde la industria y las comunidades se cerraron primero, seguida de los EE UU, Europa y luego la India.

"El pico del 17 por ciento de disminución diaria el 7 de abril se debió a que China, los EE.UU., la India y todos los demás países importantes emisores de carbono se encontraban en un alto nivel de encierro al mismo tiempo", añade.