En menos de un mes, España ha organizado una Cumbre del Clima que espera acoger a 25.000 personas desde hoy hasta el próximo viernes 13 de diciembre. Con un coste estimado de 50 millones de euros y miles de personas trabajando durante las últimas semanas, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) dio ayer el pistoletazo de salida con un objetivo claro: que los países alcancen mayores compromisos en la lucha climática y se implementen todas las decisiones del Acuerdo de París.

A la ceremonia de apertura que se celebró a lo largo de la mañana acudieron todos los países del mundo con al menos 50 jefes de Estado y de Gobierno y máximos representantes de instituciones internacionales como el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) con su presidente Heosung Lee. Fue el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, el encargado de inaugurar la COP25, junto al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

“¿Realmente queremos ser recordados como la generación que enterró su cabeza en la arena, que jugueteó mientras el planeta ardía? La otra opción es el camino de la esperanza. Un camino de resolución, de soluciones sostenibles”, señaló Guterres en su intervención. El secretario general de Naciones Unidas espera que en los próximos meses haya una clara “demostración de una mayor ambición y compromiso que muestre responsabilidad y liderazgo” por parte de los países. 

Sánchez se mostró en su discurso esperanzado de que esta cumbre marque un antes y un después y que sea la clave de la lucha contra la emergencia climática. “Hoy solo un puñado de fanáticos niegan la evidencia. No hay mas alternativa que actuar con hechos”, manifestó el presidente en funciones.

“Estamos en situación de crisis real. Los informes del IPCC indican que los impactos son mucho más graves que lo que se pensaba antes”,  apuntó Lee en el plenario inaugural, donde también insistió en que se tomen medidas urgentes.

Una cumbre presidida por Chile y acogida por España

Antes del acto de inauguración, el presidente saliente de la COP24, el polaco Michal Kurtyka, pasó a primera hora de la mañana el relevo a su sucesora de este año, la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, que preside la conferencia madrileña.

“Tengo mucha confianza en esta nueva COP. El espíritu de cooperación y colaboración está presente desde el minuto cero. Gracias España”, agradeció Schmidt en el acto antes de dar paso a una retransmisión grabada del presidente chileno Sebastián Piñera, que no ha podido asistir a esta cita internacional.

Piñera quiso agradecer a España su comprensión y generosidad y afirmó que la lucha climática en su país es firme. “La humanidad sabrá superar esta crisis climática”, ha declarado, pero se necesitan compromisos climáticos mucho más ambiciosos y urgentes. “Llegó el tiempo de la acción”, ha recalcado.

Chile tuvo que cancelar la celebración de la COP25 en su país tras el estallido de una profunda y violenta crisis social, pero a pesar de ello, el país latinoamericano mantiene la presidencia de este acontecimiento internacional.

“No renunciamos a la convicción profunda de la relevancia que tiene para los ciudadanos de Chile y del mundo dar la batalla con sentido de urgencia por una acción climática ambiciosa, con una transición justa y con un enfoque especial en el impacto de las políticas para las personas y los países más vulnerables”, añadió la ministra chilena.

Esta es la COP de Chile, “es quien ha organizado esta cumbre y ha impulsado iniciativas como Alianza para la ambición climática. El éxito será sobre todo y ante todo de Chile”, manifestó el presidente del Gobierno español.

Más acción y ambición climática

La Cumbre del Clima, cuyo lema es “Tiempo para actuar”, muestra en Madrid una clara sensación de urgencia para la acción. Durante estos días, los Estados miembro buscarán la implementación efectiva del Acuerdo de París e impulsar la ambición con foco en las personas, permitiendo por primera vez incluir a gobiernos locales y regionales y al sector privado como agentes fundamentales de las transiciones sociales y económicas necesarias en la lucha contra el cambio climático.

“La COP25 es la primera cumbre de un nuevo ciclo. Ya contamos con un marco de Gobernanza Global: el Acuerdo de París y su Libro de Reglas, acordado el pasado año en Katowice (COP24). En Madrid las negociaciones climáticas entran en una fase diferente, en la que el foco estará en lograr una acción climática más ambiciosa por parte de todos, ya que lo que tenemos sobre la mesa no es suficiente para evitar que la temperatura aumente más de 1,5 ⁰C, ni tan siquiera más de 2 ºC”, advirtió Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica en funciones.

La intención de los gobiernos español y chileno es que la cumbre se convierta en el punto de partida para un año decisivo para la ambición climática. En menos de un año, antes de finales de 2020, los países que se comprometieron con el Acuerdo de París, el primer documento legalmente vinculante y universal por el clima aprobado en 2015 en la capital francesa, deberán actualizar y mejorar sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs, por sus siglas en inglés), que muestran sus planes para alcanzar la descarbonización de la economía para 2050.

Otro de los puntos importantes y sin duda de los más delicados a tratar en esta COP25 es el sistema de mercados de carbono. El año pasado en la cumbre de Katowice en Polonia se acordó la mayor parte de las pautas de implementación del Acuerdo de París, a excepción del Artículo 6, que pretende proporcionar pautas sobre cómo funcionarán los mercados climáticos internacionales. Es un componente clave de la caja de herramientas económicas del mundo para abordar el cambio climático.

“Espero firmemente que la COP25 pueda acordar las pautas para la implementación del artículo 6 del Acuerdo de París. Desafortunadamente, eso no se logró en Katowice. Este acuerdo establecerá una base sólida para la cooperación internacional para reducir las emisiones y permitirá un mayor papel del sector privado en la acción climática”, expresó Guterres.

Según Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el despliegue de todas las herramientas de cooperación multilateral es urgente. “La COP25 debe ser la plataforma de lanzamiento para una mayor ambición climática y poner al mundo en un camino transformador hacia bajas emisiones de carbono y resiliencia”, señaló.

Además, será una reunión clave para lograr un movimiento de acción climática global más inclusivo y justo. “Una plataforma para canalizar las llamadas a la acción y las propuestas que los ciudadanos, especialmente los jóvenes, han expresado masivamente en las calles durante este 2019”, añadió la ministra.

La voz de los jóvenes 

El ministerio para la Transición Ecológica pretende con la celebración de esta cumbre recoger el impulso manifestado por los más jóvenes durante este último año y espera la llegada en los próximos días de la activista sueca Greta Thunberg, a la cabeza de las protestas juveniles de los últimos meses con el movimiento Fridays For Future.

De hecho, la cumbre estará dividida en dos grandes zonas en la Feria de Madrid, donde tendrán lugar decenas de actividades durante estas dos semanas. En la zona azul, administrada por Naciones Unidas, se celebrarán las sesiones de negociación, así como los actos y eventos paralelos a la agenda oficial de la ONU. En esta área se encontrará también el Pabellón de España.

Es en la zona verde, con un espacio de 3.000 metros cuadrados, donde se quiere facilitar la participación ciudadana. En ella se realizarán actividades con temáticas como la transición justa, la salud, el género, las finanzas sostenibles, la innovación, etc. En total 450 actividades tendrán lugar en siete espacios diferenciados entre el que se encuentra el de los jóvenes. 

“Durante las próximas dos semanas trataremos de que en la COP25 se escuchen y permeen las demandas de los jóvenes a elevar la ambición climática. Es la única forma de saldar nuestra deuda social ya no con el futuro, sino con el presente”, dijo la ministra en funciones.

En este sentido, el Gobierno de España quiere materializar los mensajes de la calle y la ciencia en esta nueva fase de negociaciones climáticas. El espacio facilitado a los jóvenes será una plataforma de diálogo, sensibilización y participación en la lucha contra la crisis climática.

Fuera de la COP25 y más allá del desarrollo de la cumbre, la sociedad podrá implicarse en actividades organizadas en paralelo para fomentar la concienciación en la acción por el clima en una iniciativa llamada Castellana Verde y que contará con multitud de eventos.

Antonio Guterres concluyó su intervención afirmando que el camino correcto debe tomarse hoy, no mañana. “Eso significa que se deben tomar decisiones importantes ahora. COP25 es nuestra oportunidad”, ha concluido.