La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, calcula que, inicialmente, el coste de celebrar la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático (COP25) entre el 2 y el 13 de diciembre en Madrid estará "en torno a 60 millones de euros" y tendrá un retorno aproximado de unos 100 millones de euros para Madrid y su entorno.

Durante una comparecencia ante los medios de comunicación para informar sobre los detalles de la organización de la Cumbre del Clima que se desarrollará bajo la presidencia chilena en Madrid, tras la renuncia de Chile a su celebración en Santiago por las revueltas sociales en el país, Ribera explicó ayer la financiación, coste, logística y cuestiones de seguridad y organización de un evento multilateral de la ONU que España ha asumido justo un mes antes de su inauguración "con honor y responsabilidad".

Así, señaló que la primera aproximación para calcular el coste de celebrar la COP se evaluó la horquilla desde los 37 millones de euros de la cumbre más barata a los 178 millones de la que se celebró en París en 2015.

De los 60 millones estimados, precisó que una parte se financiará a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, otra parte provendrá de las inversiones y desembolsos realizados ya por Chile y que sean trasladables a Madrid, así como de contribuciones internacionales, de organizaciones, actores y empresas y confía en que, además, al celebrarse en Madrid surjan "nuevos patrocinios" porque ha observado una "generosidad" de actores muy diferentes.

Por otro lado, señaló que de acuerdo con estimaciones de Turespaña, la cita internacional, a la que se espera que acudan entre 20.000 y 25.000 asistentes podría tener un retorno de unos 100 millones de euros para Madrid y su entorno. En todo caso, Ribera dijo que son cifras que aún "hay que afinar" porque Chile ya había incurrido en un alto compromiso de gasto.

Para la celebración de la cita, Ribera afirmó que una vez Chile renunció a acoger la COP25 en Santiago, España se planteó que era "fundamental" que la celebración de la cumbre se celebrara "con normalidad" y lograr que la COP fuera "una realidad".

Consultas a todos los grupos políticos

Así, reveló que cuando conoció esta circunstancia y España se ofreció, "a toda velocidad", desde el 31 de octubre se puso en contacto con IFEMA, la institución ferial de Madrid, así como con "todos los grupos políticos", con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid para buscar su apoyo y comenzar a organizar toda la logística.

Además, subrayó que España es solo anfitrión porque la Presidencia de la COP le correspondía a América Latina y que Chile asumió el reto tras la renuncia de Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro es un negacionista del cambio climático.

"Para España lo normal era no competir o discutir por una Presidencia que le tocaba a América Latina. No se trata de una competición por protagonismo", quiso aclarar la ministra en funciones, que cree necesaria la COP en "un año convulso en la escena internacional y en concreto en la escena climática internacional".

Dejar de regular y empezar a actuar

En este sentido, Ribera confía en que la COP25 suponga el inicio de un cambio de ciclo en la acción de Naciones Unidas y en el que la actividad regulatoria se reduzca para comenzar a actuar.

Según reza el lema y el logo de la cumbre "es tiempo de actuar" porque "el tiempo corre", manifestó Ribera, que señaló que el logo de la COP25 de Chile incorporará el nombre de Madrid en letras amarillas.

Para España, añadió, esta respuesta de la ONU, que aceptó rápidamente la sede madrileña de la COP, es "muy satisfactoria" y para el país supone un "reto", de modo que se han articulado todos los mecanismos necesarios.

Ribera opina que la celebración en España es una oportunidad para movilizar a toda la sociedad civil, y considera que la acción debe ser impulsada por el Gobierno, las administraciones y los ciudadanos.

Para ello, ayer martes se convocó a los consejeros de las comunidades autónomas en una Conferencia Sectorial Extraordinaria para trasladarles esta idea de modo que los mensajes de la acción climática se consoliden y materialicen, no solo en Madrid sino en todo el territorio nacional.

El Gobierno ha pedido propuestas a las administraciones, comunidades autónomas y administraciones locales que impulsen durante la celebración de la cumbre la acción climática y actividades porque el cambio climático "es cosa de todos" y quiere participación no solo en Madrid, sino en todo el territorio nacional.

"Es el momento de consolidar los mensajes en la calle", proclamó Ribera, que añadió que, por eso, España va a aportar espacios en la calle, donde la sociedad civil pueda participar y exponer sus agendas y propuestas e impulsar así la acción climática.

Por ello, más allá del desarrollo de la Conferencia en IFEMA, se ha diseñado la zona 'Castellana Verde' que transcurrirá desde Atocha hasta Plaza de Castilla, donde ministerios, museos, Real Jardín Botánico, Ayuntamiento de Madrid, entidades públicas y empresas puedan organizar sin cortar el tráfico diferentes actividades y mostrar su actividad climática. "El ministerio está trabajando para la generación de todas las respuestas a las solicitudes recibidas", anunció.

Mientras, en IFEMA, la COP se estructurará en dos zonas, la azul, que ocupará cerca de 100.000 metros cuadrados y en la que se desarrollarán las negociaciones, reuniones y actos paralelos organizados por las Naciones Unidas. De estos, unos 75.000 serán para la celebración de las sesiones de negociación y otros 10.000 para otras actividades; esta zona se sumará la zona verde, con unos 3.000 metros distribuidos en los centros de convenciones donde las ONG, empresas y otras entidades llevarán a cabo sus actos.

Convocatoria de voluntarios

Dentro de la Zona Azul, España contará con un pabellón propio para los actos que "quieran ponerse de largo" en este espacio. Mientras, en la Zona Verde, también se han diseñado distintas áreas de encuentro, donde se celebrarán eventos para exponer la acción sectorial, un espacio de la sociedad civil, un área para las asociaciones de jóvenes, zonas para la innovación y la ciencia donde se presenten soluciones a la preservación del clima. El complejo montaje comenzará "este fin de semana".

Por otro lado, tal y como estaba previsto en Valparaiso (Chile), se celebrará en Madrid la Conferencia de la Juventud, ajena a la ONU, a la que se espera que acudan 1.500 jóvenes y que el Gobierno de España cree que tiene el deber de facilitar.

Para todo ello, será necesario un trabajo colectivo. De momento, la Comunidad de Madrid ha abierto una convocatoria de voluntarios al que ya se han presentado 400. Para la organización de los hoteles, se ha articulado un sistema de central de reservas para gestionar más de 20.000 asistentes.

En cuanto a la seguridad, el Ministerio del Interior coordinará todo el operativo, aunque entro del espacio de la Zona Azul, la competencia es de la ONU. En todo caso, ha garantizado que se atenderá tanto la seguridad como la atención sanitaria de los asistentes. La Cumbre "no" supondrá cortes de tráfico en Madrid y se reforzará el sistema de transporte ferroviario "el favorito de muchos europeos".