El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha hecho público este martes 27 de junio su fallo en el caso de los Arctic 30 y Rusia, en el que concluye que las autoridades rusas detuvieron arbitrariamente a 28 activistas de Greenpeace y dos periodistas independientes y violaron su derecho a la libertad de expresión.

 

Septiembre de 2013

 

Según informa Greenpeace, en septiembre de 2013, un grupo de activistas de Greenpeace, que posteriormente fue conocido como los Arctic 30, fue detenido bajo acusaciones de piratería tras una protesta contra la producción de petróleo en el Ártico, en el mar de Pechora, frente a la costa norte de Rusia. En este contexto, varios comandos rusos abordaron el Arctic Sunrise --el barco de la organización ecologista-- desde un helicóptero y lo tomaron por la fuerza.

La organización ecologista explica que los activistas pasaron dos meses en centros de detención, primero en la ciudad ártica de Murmansk y luego en San Petersburgo, acusados de penas que conllevaban largas condenas de cárcel, antes de ser puestos en libertad bajo fianza y finalmente liberados por una amnistía adoptada por la Duma rusa. "El caso cobró dimensión internacional y organizaciones de todo el mundo se unieron a Greenpeace para exigir la liberación de los detenidos", añade.

En un momento en que las autoridades de muchos estados están tomando duras medidas contra los activistas climáticos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos envía un mensaje claro: defender el medio ambiente es crucial y se debe proteger el derecho de las personas a manifestarse

SERGEY GOLUBOK, abogado de los Artic 30

"En un momento en que las autoridades de muchos estados están tomando duras medidas contra los activistas climáticos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos envía un mensaje claro: defender el medio ambiente es crucial y se debe proteger el derecho de las personas a manifestarse", ha señalado el abogado de los Arctic 30, Sergey Golubok.

Por su parte, la responsable de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace Países Bajos y una de los Arctic 30 del Ártico, Faiza Oulahsen, ha asegurado que el fallo "no podría llegar en un momento más crítico". "Personas de todo el mundo se están revelando contra la industria de los combustibles fósiles que nos está hundiendo cada vez más en la crisis climática, causando muerte, destrucción y desplazamientos en todo el mundo", ha añadido.

 

La sentencia

 

El activismo climático es "necesario" para proteger lo que importa a los ciudadanos y ha afirmado que es "una expresión de opinión sobre un asunto de gran interés social". "Los tribunales y los Gobiernos deben defender a las personas y a la naturaleza, no a los grandes contaminadores"

El tribunal ha reconocido que el activismo climático es "necesario" para proteger lo que importa a los ciudadanos y ha afirmado que es "una expresión de opinión sobre un asunto de gran interés social". "Los tribunales y los Gobiernos deben defender a las personas y a la naturaleza, no a los grandes contaminadores", reza la sentencia (1).

El director ejecutivo de Greenpeace International, Mads Flarup Christensen, ha indicado que la protesta pacífica "es vital para abordar y navegar las múltiples crisis que afectan a las personas y al planeta". "Cada vez más gente se indigna ante las ganancias de las grandes compañías que dañan el planeta y ante los poderes que están por encima de los intereses de las personas, por eso es tan importante que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos nos recuerde hoy que la protesta pública pacífica es un derecho que las autoridades públicas deben respetar en su totalidad", ha añadido.

 

Medidas contra los manifestantes ecologistas

 

Greenpeace ha explicado que las "duras" medidas adoptadas contra los manifestantes ecologistas pacíficos este año incluyen activistas climáticos condenados a tres años de prisión por escalar un puente en el Reino Unido y cinco meses por bloquear una carretera en Alemania, así como "arrestos preventivos" de activistas XR en los Países Bajos.

En España también se ha denunciado un aumento progresivo de la criminalización y represión de los colectivos y organizaciones en el ámbito del activismo climático con medidas cada vez "más duras", como la "infiltración" de fuerzas de seguridad en los colectivos y la "criminalización" de periodistas que habitualmente cubren estas actividades.

Además, apunta que en España también se ha denunciado un aumento progresivo de la criminalización y represión de los colectivos y organizaciones en el ámbito del activismo climático con medidas cada vez "más duras", como la "infiltración" de fuerzas de seguridad en los colectivos y la "criminalización" de periodistas que habitualmente cubren estas actividades.

España, también se ha denunciado un aumento progresivo de la criminalización y represión de los colectivos y organizaciones en el ámbito del activismo climático con medidas cada vez más duras, infiltración de fuerzas de seguridad en los colectivos y criminalización de periodistas que habitualmente cubren estas actividades.

Referencias