Para nadie es ya una sorpresa que Barcelona se ha convertido en un referente mundial del turismo: la ciudad recibe millones de visitantes anualmente. El principal reto de la Conferencia Internacional sobre Turismo Responsable en Destinos celebrada la pasada semana en la capital catalana ha sido el de analizar cómo se pueden manejar los impactos negativos de la llegada masiva de turistas y cómo optimizar los efectos positivos de esta actividad tan lucrativa para la urbe.

Se trata de la séptima conferencia de este tipo. La primera tuvo lugar en 2002 en Ciudad del Cabo (Suráfrica), y fue organizada como una actividad paralela de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible. Desde entonces, cada vez es más común oír hablar de turismo responsable y destinos sostenibles, entre otros términos.

Era el momento de Barcelona y la conferencia ha suscitado gran interés, especialmente en ámbitos académicos e institucionales. A la reunión han acudido una nutrida representación de organismos públicos tanto locales y de la ciudad como de la Diputación y de la Generalitat. El encuentro ha supuesto un punto de inflexión en el incremento del apoyo de las mismas a un turismo más responsable en toda Cataluña y a la hora de implicarse de manera real en las iniciativas que surjan en el futuro.

La conferencia nació al calor de la Cumbre de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas

Además de la destacada representación de administraciones, también han participado varios agentes de la industria turística. Pero el encuentro ha notado la falta de representantes de empresas locales, que son las que más tienen que decir en cuanto al cambio de paradigma que supone el turismo responsable en su forma de desarrollar la actividad turística.

El encuentro ha incluído una jornada académica en la que se han presentado estudios e investigaciones relacionados con el turismo responsable en destino, que ha servido de marco previo a la visita práctica que después se ha realizado a Torroella de Montgrí i l'Estartit (Gerona) con el objetivo de conocer una iniciativa de conservación y regeneración de un municipio que pretende crear mejores lugares para vivir y también para visitar.

Esta excursión ha propiciado el networking necesario que se ha generado entre todos los asistentes durante la celebración de la conferencia, algo a destacar positivamente y que ha sido la constante de todo el resto de jornadas organizadas y que ha favorecido la percepción enriquecedora del evento por parte de los asistentes.

Las dos jornadas centrales de la conferencia han abarcado distintos temas relacionados con el destino Barcelona. Algunos, quizás, con no demasiada relación con el turismo sostenible como es el caso del debate sobre la conectividad del destino a través del aeropuerto del Prat y del puerto, en el que se obvió el transporte ferroviario, siendo este el único que se puede considerar realmente sostenible.

También se ha hecho especial hincapié en poner en valor el trampolín que supuso la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, que cambiaron la ciudad para siempre, convirtiéndola en lo que es hoy en día.

La afluencia masiva de visitantes genera molestias a la población que hay que gestionar 

En ese punto, el encuentro se ha centrado en cómo planificar y gestionar el destino Barcelona –y otros de Cataluña– para continuar sacando provecho a ese posicionamiento de la marca de la ciudad como destino mundial pero sin llegar a la degeneración del mismo y consecuentemente a la pérdida de interés de los turistas por conocerlo.

Este peligro se ha puesto de manifiesto en intervenciones tan acertadas como la del profesor de la universidad británica de Leeds, Harold Goodwin, gran experto en turismo responsable, que ha hecho referencia a las situaciones de molestia que sufren los ciudadanos de Barcelona y los de otros destinos masificados.

Otras intervenciones interesantes han defendido que es posible realizar ese cambio de actitud y la manera de desarrollar la actividad turística. Entre las mismas, las realizadas por representantes de grandes compañías del sector como NH Hoteles, Thomas Cook y TUI, grandes empresas que tienen clara su apuesta por el turismo sostenible y que lo incorporan a sus planes estratégicos.

Conclusiones: Declaración de Barcelona

Al igual que sucedió en anteriores Conferencias Internacionales sobre Turismo Responsable en Destinos, en esta edición de Barcelona se quería adoptar el compromiso de una declaración oficial que estableciera las bases del futuro desarrollo turístico de Barcelona y de Cataluña.

Para consensuarla se ha trabajado sobre cinco ejes: cómo asumir la responsabilidad de los impactos ambientales del turismo; el rol de los gobiernos en la planificación y gestión de destinos; el sentido del lugar: las comunidades locales en la responsabilidad y la experiencia del visitante; la ampliación de la participación social en el turismo: acceso para todos, y la gestión del turismo de cruceros en el Mediterráneo.

El encuentro ha servido para empezar a cambiar el modelo turístico de Barcelona y Cataluña

Del debate han surgido las conclusiones a incluir en The Barcelona Declaration: The 2020 vision for responsible tourism from Catalonia (Declaración de Barcelona: La visión 2020 para el turismo responsable de Cataluña).

Tanto las ponencias e intervenciones realizadas durante la conferencia como la entrega de la primera edición de los Premios de Turismo Responsable de Cataluña –realizada el viernes 11 de octubre por la noche en la Torre Bioclimática Agbar– han servido para empezar a mover algo dentro del modelo turístico de Barcelona y de Cataluña.

Suponen un primer paso para inspirar a otras empresas turísticas locales a apostar por el turismo responsable y sostenible de igual manera que ya lo hacen los establecimientos y pequeñas empresas premiadas.

Las visitadas durante el fin de semana, como el Albergue Inclusivo INOUT, el Hostel Sostenible TWENTYTU, los apartamentos de alquiler (Lodging Apartments), el restaurante ecológico Lasal del Varador, o el Taxi Ecológico que gestionó algunos de los traslados oficiales, son una prueba de que se pueden hacer bien las cosas y aprovechar positivamente la llegada de turistas a Barcelona.

Entre todos, turistas, administraciones e industria turística local, se puede conseguir una Barcelona más acogedora para el visitante, más agradable y cómoda para el ciudadano y más beneficiosa para la economía local. Tengámoslo en cuenta en nuestra próxima visita a la capital catalana.