La curva de la tercera ola por contagios de la pandemia del coronavirus parece haber llegado a su pico más alto y se aplana a la espera de lo que pueda suceder con la variante británica, ya detectada en la península. Al mismo tiempo, otra pandemia menos visible, la de la pobreza energética, recorre y encuentra lugar en los hogares.

Sumario

 

La semana del 17 al 22 de febrero tiene lugar la Semana Europea contra la Pobreza Energética desde que en febrero de1956 Europa experimentara una de las olas de frío y heladas más severas desde que se tienen registros.

El empobrecimiento al que se ve abocada una parte muy significativa de la sociedad, debido a la crisis económica derivada de la covid-19, se ceba especialmente con los más vulnerables. Son muchas las familias que se encuentran sin acceso a suministros energéticos básicos y con ello la posibilidad de residir en un hogar digno. Los últimos datos así lo ponen de manifiesto.

Una mujer ajusta el termostato de la calefacción / Foto: T. Bradford

Según el Informe de actualización de indicadores 2020 de pobreza energética publicado por el Ministerio para la Transición Ecológicael 8% de la población tuvo dificultades durante 2019 para mantener su vivienda a la temperatura aconsejada durante el invierno; que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera entre 18 y 24 grados.

El 6,6% de la población en España tuvo retrasos en el pago de los suministros que abastecen sus casas. También destaca que el 16,7% de los hogares poseían un gasto energético desproporcionado, es decir, que el gasto energético sobre los ingresos supera al doble de la media del resto de hogares españoles.

 

Pandemia sobre pandemia

 

Con la pandemia sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 se espera que la situación empeore a causa de los confinamientos y la crisis económica, y con ello la del bienestar en los hogares por la pobreza energética. La Cruz Roja asiste en diferentes partes del territorio con ayuda económica para que las personas con menos recursos puedan hacer frente al pago de recibos de luz, agua, gas y otros suministros. Según la ONG humanitaria la pobreza energética ha vuelto a aumentar en España y afecta al 9,1% de la población cuando el año anterior afectó 8%.

En 2020 se produjo un incremento del 42% de personas que recibieron kits de ahorro energético –distribuidos por Cruz Roja– en relación al año anterior y se pasó de 10.290 a 17.676 personas atendidas.

Cerca de la mitad de personas que atiende la organización humanitaria se encuentra frente a la decisión de tener que elegir entre el pago de los gastos básicos como la alimentación o calentar su hogar. La pandemia de la covid-19 solo ha hecho que agravar esta situación.

Dos miembros de la Cruz Roja entregan kits de eficiencia energética a mujeres de avanzada edad en Valencia / Foto: Cruz Roja

La subdirectora de Inclusión Social de Cruz Roja, Olga Díaz, advierte que "si la situación socioeconómica de las familias continúa empeorando y persiste el desempleo y la falta de recursos, la pobreza energética va a ser una realidad cada vez más patente y grave para miles de familias vulnerables, principalmente por la acumulación de recibos y por las dificultades para asumir los pagos".

Con la llegada de la pandemia el Gobierno dispuso un bono social eléctrico y otro térmico. Son acumulables y ofrecen descuentos en las facturas de suministros como medida para intentar hacer frente al impacto de la covid-19.

Tal como apunta la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el bono eléctrico en agosto de 2020 ya superaba los 1,3 millones de usuarios. Son varios los colectivos sociales que consideran que este tipo de medidas son ineficaces e ineficientes.  

 

Frío, covid, crisis económica y despilfarro

 

La navidad es un periodo que además de ser festivo en muchos lugares, también se caracteriza por ser frío, así como los meses posteriores hasta ya entrada la primavera. En diciembre del pasado año a las puertas de la tercera ola de la pandemia del covid, Fridays For Future Madrid denunciaba el despilfarro energético del ayuntamiento de Madrid en su alumbrado navideño –como el de tantos otros consistorios– con el que se podría haber cubierto las necesidades energéticas de 95.000 hogares frente al gélido frío de las fechas.

Acción de Fridays For Future Madrid por las luces de Navidad, en denuncia de la pobreza energética / Foto: EP

Este invierno, además, de haverse agravado por la pandemia el temporal Filomena y los cortes de luz han acabado de recrudecer la situación de aquellos que lo están pasando francamente mal.

La escasez de recursos energéticos no permite que muchos hogares se puedan permitir temperaturas saludables. La pobreza energética también tiene componentes de género tal como recuerdan desde Fridays For Future Madrid: “Cuando hay hogares liderados por mujeres, hasta un tercio se encuentran en situación de riesgo de pobreza energética y, en el caso de los monomarentales, esto llega a ocurrir hasta en uno de cada dos”.

 

Ineficiencia energética y mala salud

 

El Informe sobre la Rehabilitación Energética en España. Una oportunidad para mejorar el parque edificado, que elaboran el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), estima que el 8% de las personas no alcanzan los 17 grados centígrados en sus hogares y hasta el 35% no alcanza los 20 grados de temperatura que es la estimada como la recomendable para la salud de las personas.

En enero de 2020 se publicó en la revista Gaceta Sanitaria un estudio de investigadores del Institut d'Investigació Biomèdica Sant Pau –entre otros–, en el que se establecía una relación directa entre la pobreza energética y la salud de las personas que la padecen.

La investigación analiza por primera vez la intensidad existente entre la precariedad y el déficit energético en los hogares, y la salud en el sur de Europa. En estudio llevado a cabo en la ciudad de Barcelona determina que aquellas personas que padecen de pobreza energética –respecto a las que no– tienen hasta  cinco veces más de probabilidades de padecer bronquitis crónicas y hasta cuatro veces más de posibilidades de sufrir depresión y ansiedad.

Existe una relación directa entre la intensidad de la pobreza energética y la salud / Foto: Pixabay

Los autores alertan de las “estremecedoras desigualdades en la salud entre la población vulnerable afectada negativamente por la pobreza energética en un contexto urbano en el sur de la UE”. También advierten de que en “las regiones del sur de Europa se necesitan con urgencia programas adaptados para reducir la pobreza energética”, a lo que añaden: “Este enfoque también debería abordarse como una cuestión de justicia social”.

Los datos son alarmantes, pero tal como se advertía desde la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) en el Informe de Pobreza Energética en España 2018 la pobreza energética en España podría ser responsable de hasta 7.100 muertes prematuras al año, lo que equivale al 30% de las 24.000 muertes adicionales que se producen durante el periodo invernal de media registrada.

 

El precio de la factura de la luz

 

Pero, para más desesperación de aquellas personas que padecen o están en riesgo de entrar en el umbral de la miseria energética, enero no ha traído buenas nuevas, sino todo lo contrario. Así lo confirmaba la escalada de precios en la electricidad de principios de año provocada por las nevadas y heladas que dejaba Filomena en su avance por la Península. Según la Comisión Europea (CE) la electricidad en España es la quinta más cara Europa por detrás de Dinamarca, Alemania, Bélgica e Irlanda.

Precios de la electricidad para los consumidores domésticos, segundo semestre de 2019 / Gráfico: Euroestat

 

El coste medio al mayorista llegó a 95 euros de media diaria por MWh (Megavatio/hora). Se trata de un récord que no se alcanzaba desde el 2013 según la OMIE (Operador de Mercado eléctrico Designado) encargado de la gestión del mercado diario e intradiario de electricidad en la Península Ibérica.

Esta subida en el coste se traduciría en un aumento en la factura de la luz de hasta un 30% en el primer tramo de enero. El 30 de enero pasó todo lo contrario debido al fuerte temporal de viento. Se produjo un mínimo coste medio al mayorista de 1,42 euros de media diaria por MWh.

La complejidad de las facturas contribuye a la opacidad de las tarifas / Foto: Kame Leon

Pero ¿qué sucede cuando aumenta o disminuye el coste medio al mayorista por MWh? Un 35% del precio de la factura de la luz depende de los precios del mercado mayorista o también conocido como pool que la OMIE lleva a cabo a través de una casación del precio diario entre los precios de la oferta (productoras eléctricas) y la demanda (comercializadoras eléctricas) que en muchos casos son del mismo grupo de empresas.

 

Las eléctricas, un oligopolio multimillonario

 

Por lo que el oligopolio de las mismas empresas que producen electricidad tiene empresas que comercializan la energía eléctrica y se producen compraventas dentro del mismo grupo de empresas, de manera que nunca pierden trasladando así los riesgos de mercado –que debieran asumir– al consumidor y garantizan los respectivos dividendos a los accionistas.

El sector eléctrico español está dominado en por tres grandes compañías: Endesa, Iberdrola y Naturgy, que controlan más de un 80% del mercado. En el ejercicio 2018 obtuvieron un beneficio de 5.770 millones de euros, un 14,3% más que el ejercicio anterior cuando la demanda de la energía solo aumento el 0,4% según documentaba en el mismo año Red Eléctrica. Obtuvieron casi los mismos beneficios los seis principales bancos españoles del momento juntos –6.802 millones de euros– Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Bankinter y Sabadell.

Sede de Endesa en Madrid / Foto: EP

El problema de este sistema aparece cuando el frío más se hace notar, tal como se pudo constatar con Filomena –o en otros casos de olas de frío–. Cuando existe una demanda desorbitada del consumo eléctrico disparan los precios. En 2016 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) multó a Endesa con 5,8 millones de euros y Natugy con 19,5 por alterar los precios en sus ofertas en el mercado eléctrico.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene la esperanza depositada en Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico con la que pretenden bajar hasta un 13% el recibo de la luz al consumidor en cinco años. El Fondo introducirá medidas de financiación de los costes regulados como los asociados a las energías renovables que dejaran de soportarse a través de la factura de la luz e irá a cargo de comercializadores de luz, gas y productos petrolíferos. Para muchos no es suficiente y el sistema para establecer los precios falla al consumidor.