El Gobierno de Países Bajos plantea que las empresas paguen a sus empleados por acudir al trabajo en bicicleta, como forma de conseguir sacar 200.000 coches de las vías de circulación, reducir los niveles de contaminación y mejorar el estado de salud de esa parte de la población, lo que contribuiría a recortar el gasto público en sanidad y rebajar los índices de absentismo laboral.

Las bicicletas son omnipresentes en territorio neerlandés. Las calles de sus ciudades y pueblos están inundadas por este tráfico silencioso que solamente delatan los esporádicos toques de los timbres. Un 27% de los desplazamientos en el país se hacen en este medio de transporte, del que se calcula que hay 18 millones de unidades (para 17 millones de habitantes), 800.000 de ellas en Amsterdam, ciudad que cuenta con más de 500 kilómetros de carriles-bici.

Un 27% de los desplazamientos en el país ya se hacen pedaleando

Pero, en paralelo, el Gobierno neerlandés estima que más de la mitad de los viajes que se realizan en coche, muchos de ellos para acudir al trabajo, son para recorrer menos de 7,5 kilómetros, una distancia que las autoridades consideran ideal para cubrirla pedaleando. Así que aún habría margen para incrementar las ya elevadas cifras de desplazamientos en bicicleta.

Porque, en este país totalmente llano de 41.000 kilómetros cuadrados (superficie equivalente a la de Extremadura), más de la mitad de los empleados vive a menos de 15 kilómetros de su lugar de trabajo, por lo que la bicicleta es un medio perfectamente utilizable para realizar el trayecto.

La propuesta del Gobierno neerlandés a las patronales y autónomos es de que se abonen a los trabajadores 0,19 euros libres de impuestos por cada kilómetro recorrido hasta el puesto de trabajo, y también se evalúa la posibilidad del reembolso del precio de una bicicleta nueva, algo que ya vienen haciendo algunas empresas del país.

 

Mejora de la salud

 

"Mi objetivo es garantizar que las personas puedan ir fácilmente al trabajo, a la escuela, a ver a la familia o a los amigos. La bicicleta contribuye de manera importante a la accesibilidad, la habitabilidad y a la salud. Reduce los atascos y da cabida a las personas que no tengan otra opción", afirma la secretaria de Estado de Infraestructuras y Gestión del Agua, Stientje van Veldhoven.

Para las empresas, además de la ventaja de que los empleados que pedalean están en mejor forma y son menos propensos a coger bajas por enfermedad, otro aliciente es la posibilidad de ahorrar en costes de aparcamiento, y en este sentido el plan gubernamental trata de impulsar la construcción de puntos para aparcar bicicletas en las fábricas y oficinas.

Otra estrategia para alentar el uso de la bicicleta por parte de las autoridades de los Países Bajos es la creación de carriles bici de gran capacidad y calidad, no solo dentro de las ciudades, sino también entre ellas. Actualmente, se están construyendo o ya se han completado unas 25 rutas rápidas regionales en bicicleta. El Gobierno asignó este año 100 millones de euros a la construcción de carriles bici y a dotar de aparcamientos de bicicletas a las estaciones de transporte público. Todas las principales paradas de tren y autobús cuentan con uno, habitualmente abarrotado de vehículos de pedales, que con frecuencia tienen que ser aparcados en varios niveles, unas sobre otras.

Se pretende evitar la mitad de los viajes en coche, que son de menos de 7,5 km

Además, varias provincias están promoviendo el uso de la bicicleta por medio de aplicaciones para teléfonos móviles. Un buen ejemplo es el proyecto B-Riders en la provincia de Brabante del Norte. Los B-Riders son viajeros que pasan del automóvil a bicicleta, que reciben una recompensa por cada kilómetro pedaleado durante las horas punta. La experiencia ha demostrado que la mayoría de las personas continúa usando la bicicleta después de que el incentivo económico cesa.

Otro uso de los móviles en favor del uso de la bicicleta es el que se ha llevado a cabo durante los últimos años en la Semana Nacional de Recuento de Bicicletas. El objetivo de los organizadores de esta gran encuesta, distintas administraciones públicas de los transportes nacionales y regionales, es averiguar “cómo viajamos en bicicleta, a qué velocidad, en qué horarios, con cuántos a la vez y dónde están las mayores demoras” porque “cuanto más sepamos, más podremos mejorar nuestros carriles bici”, se afirma en su página web. La aplicación recoge los datos GPS de los móviles de los ciclistas.

En 2015, participaron en este proyecto de recogida de información 32.000 personas, en 2016 hubo 29.000 usuarios y en 2017 fueron 15.000, que recorrieron más de medio millón de kilómetros. El año pasado, cuando la semana se celebró en setiembre, los participantes pudieron dar su opinión sobre la seguridad del tráfico y evaluar los carriles bici que recorren a diario a través de una versión mejorada de la aplicación. El resultado fue que uno de cada cinco encuestados opina que circular en bicicleta por el país es todavía inseguro.