Ecologistas en Acción ha denunciado este lunes 5 de octubre, Día Mundial del Hábitat, que la pandemia provocada por la COVID-19 no ha hecho más que profundizar las desigualdades en el espacio urbano, especialmente en los ámbitos sanitarios, sociales y económicos.

De hecho, estas desigualdades en estos ámbitos se han hecho más latentes en la población más vulnerable debido a sus condiciones de habitabilidad relacionadas con el empobrecimiento, como el hacinamiento, insalubridad, falta de espacios libres, así como la dificultad de acceso a servicios sanitarios y sociales.

Por ello, desde la organización ecologista abogan por fomentar un desarrollo sostenible e inclusivo de las ciudades. Además, consideran que en este mes de octubre, calificado por Naciones Unidas como un Octubre Urbano con el Día Mundial del Hábitat y el Día Mundial de las Ciudades (31 de octubre), la humanidad se enfrenta a nuevos retos en materia de habitabilidad a causa del coronavirus.

Unos retos que, para Ecologistas en Acción, se suman a problemas que sufren las ciudades desde hace décadas, como la especulación urbanística que expulsa a la población de menores ingresos de sus residencias o el crecimiento de asentamientos de infravivienda, que exponen a la población a situaciones de vulnerabilidad ambiental, de inseguridad e insalubridad.

Hacia un urbanismo sostenible e inclusivo

 

"La misma demagogia irresponsable que ha llevado a la relajación prematura de medidas de contención del virus, oponiendo economía y salud, utiliza el señuelo de la desregulación urbanística como mecanismo anticrisis. Más ladrillo para hacer renacer el mercado inmobiliario y turístico con la promesa ilusoria del empleo. Esto es pan para hoy, hambre para mañana", ha manifestado el portavoz de la organización ecologista, Luis Suárez.

Por todo ello, Ecologistas en Acción espera que Octubre Urbano sea un mes de reivindicación ciudadana para exigir coherencia de las políticas públicas urbanas y territoriales, así como para demandar una salida a la crisis que camine hacia un urbanismo sostenible e inclusivo.

Para conseguir estas demandas, la organización considera como prioridad el control de los precios de los alquileres, la creación de parques públicos de vivienda social, la renaturalización urbana, la descarbonización de la movilidad y la implantación de modelos de ciudad de proximidad y de los cuidados, entre otras cuestiones.