La ausencia de lluvias en invierno y de riadas primaverales, así como las altas temperaturas, han adelantado entre un mes y medio el período de actividad de la mosca negra, propiciando además que su población haya aumentado, ya que muchas larvas han logrado sobrevivir.

De ello ha dado cuenta el profesor emérito de Entomología de la Universidad de Zaragoza y director del Curso de Entomología que anualmente se desarrolla en Grañén (Huesca), Javier Lucientes.

 

El desarrollo de estos insectos depende de la temperatura

 

Lucientes ha explicado que "las fuertes riadas de primavera arrastran la parte superior de las algas que es donde se encuentran la mayor cantidad de estas larvas" y "este año, no ha habido estas riadas y el invierno ha sido muy benigno y esto ha motivado su aumento, porque el desarrollo de estos insectos depende de la temperatura".

Las especies implicadas en la transmisión de enfermedades no son abundantes en Aragón

Además, Lucientes ha advertido de la posibilidad de que con las lluvias de los últimos días se formen charcos y empiece a criar el mosquito común en aguas estancadas. Ha recordado que en Los Monegros existe un servicio de control de mosquitos que "desde hace meses está llevando a cabo tratamientos frente a la mosca negra y frente a otras especies de mosquitos" y "sus efectos positivos se dejan ver en Monegros, Bajo Cinca y Cinca Medio".

Así mismo, ha señalado que "las especies implicadas en la transmisión de enfermedades no son abundantes en Aragón". También se ha referido a las reacciones alérgicas que provoca la mosca negra y es que los centros de salud están atendiendo casi el doble de picaduras de insectos que el año pasado.