El Observatorio Ciudadano de Mariposas Urbanas (uBMS, por sus siglas en inglés) ha contabilizado entre mayo y junio un 28 % más de especies diferentes y un 74 % más numerosas que en 2019 en Barcelona.

“La diferencia es significativa y aún más si tenemos en cuenta que a causa del confinamiento ha habido un 44 % menos de visitas a los parques por parte de los voluntarios”, explica la coordinadora de este proyecto, Yolanda Melero, investigadora del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).

El uBMS sigue las mariposas de 27 parques y jardines de la ciudad de Barcelona con la ayuda de 64 personas voluntarias que visitan cada quince días estos parques, hacen un recorrido pautado y, mientras caminan, apuntan las mariposas que ven. Es exactamente el mismo sistema que utilizan desde hace décadas los diferentes proyectos de ciencia ciudadana europeos bautizados con el nombre de Butterfly Monitoring Scheme y en el que se enmarca este estudio.  

“No han cortado las plantas, se ve agreste. Espero que no las corten. ¡Hoy he estado de nuevo y he visto 8 mariposas!”. Este el mensaje que el pasado 15 de junio mandaba desde la Plaça Gaudí de Barcelona una de las voluntarias que colabora con el uBMS a Melero. La misma voluntaria que en 2019 vio una sola mariposa entre mayo y junio y que este año ha contado hasta 93.

En su tercera temporada de funcionamiento, este observatorio ciudadano ha podido corroborar con datos lo que muchos habían intuido con un simple paseo: el confinamiento ha multiplicado la presencia de mariposas en las ciudades.  

Una especie nueva en los parques

 

En total durante esta temporada (que empieza en marzo y finaliza en octubre) se han observado 4978 mariposas y 39 especies. La mariposa ondulada (Pararge aegeria), la blanquita de la col (Pieris rapae) y la saltacercas (Lasiommatamegera) han sido las mariposas más abundantes en Barcelona, tal como ya sucedió en 2019.

A diferencia del año pasado, las personas voluntarias encontraron una nueva especie en la ciudad, la pardo-rubia (Hipparchia semele). Por otro lado, Guinardó, Oreneta i Putxet han sido los parques de Barcelona con más biodiversidad en 2020. Según la coordinadora del proyecto, esto se debe a que son parques cerca de Collserola y los dos últimos se gestionaron de una forma muy leve.  

El uBMS empezó en 2018, en 2019 ya se instauró por los jardines de toda la ciudad y en este 2020 se ha visto, sin quererlo, implicado en una prueba piloto difícil de imaginar.

Mucha lluvia y jardines más asilvestrados

 

El factor que se cree que ha sido más decisivo para esta explosión de mariposas ha sido la lluvia. “El invierno y la primavera han sido extraordinariamente lluviosos y eso siempre es bueno para las mariposas porqué hay más alimento disponible. Del mismo modo, sabemos también que la contaminación o la presencia humana afectan menos a las poblaciones de mariposas", apuntan desde el uBMS.

Por otro lado, aunque el proyecto no tiene datos para cuantificar las diferencias que hubo en la gestión de los parques entre 2019 y 2020, sí que hay estudios previos que demuestran que gestionar los parques y jardines dejando zonas naturalizadas, con flores silvestres, y con poco uso de pesticidas, aumenta la diversidad y el número de mariposas en los jardines 

En realidad, los datos del uBMS refuerzan esta idea. “Durante el confinamiento se paró la gestión de los parques y jardines, Barcelona se llenó de plantas silvestres y flores y esto tuvo un efecto positivo en las poblaciones de mariposas”, comenta Octavi Borruel, responsable del Programa de Biodiversitat del Ayuntamiento de Barcelona.

 “El Ayuntamiento impulsa el proyecto del Observatorio de Mariposas Urbanas porque forma parte del Plan del Verde y de la Biodiversidad 2012-2020 de Barcelona, y dentro de este se contempla la posibilidad de dejar zonas de jardines naturalizadas que ayuden a mejorar la biodiversidad”, añade.

De hecho, la misma voluntaria que a mediados de junio contaba las mariposas a decenas, a finales de junio alertó del cambio: “Hoy he ido a plaza Gaudí por el recuento. Han podado una gran parte detrás del transecto 1, donde siempre había mariposas. Una pena”.

Con estos resultados, el CREAF y el Ayuntamiento de Barcelona continuaran trabajando conjuntamente para avanzar en el cambio hacia un modelo de ciudad más verde y respetuosa con la biodiversidad, que no sea una burbuja de cemento aislada en la que no pueden entrar ni circular animales.