El 26 de julio se celebra el Día Internacional de Conservación del Ecosistema de Manglares. Estos ecosistemas extraordinarios contribuyen al bienestar, a la seguridad alimentaria y a la protección de las comunidades costeras de todo el mundo.

Sumario

 

La celebración nace con el objetivo de impulsar a las organizaciones y las diferentes comunidades de las zonas costeras del trópico a tomar medidas para evitar su detrimento.


 

Orígenes de la celebración

 

En el año 2015 la Conferencia General de la Unesco pidió formalmente a la directora general de este organismo que se decretara el 26 de julio como Día Internacional de la Defensa de los Manglares, propuesta que fue aprobada al año siguiente.

Esta fecha honra la memoria del activista ambiental Hayhow Daniel Nanoto, quien falleció de un paro cardiaco en 1998 mientras defendía los manglares en Ecuador. La celebración de este día es impulsada por Ecologistas en Acción y la Red Manglar Internacional, organizaciones comprometidas con la protección del medio ambiente.

El objetivo principal es detener el avance de empresas mercantilistas que comercian con la naturaleza sin considerar los daños y deterioros causados.

 

Más del 50 % de los manglares desaparecidos en los últimos 40 años

 

Se trata de ecosistemas en grave peligro que fueron declarados áreas de preservación permanente en 1965. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), más del 50 % de los manglares han desaparecido en los últimos 40 años debido a la sobreexplotación de la industria camaronera y otras actividades humanas.

También según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde 1980 se estima que se han perdido alrededor de 1,5 millones de hectáreas de manglares debido a la expansión de granjas de camarones, que son muy demandados a nivel internacional.

Además de la industria camaronera, existen otras actividades humanas que también contribuyen a esta situación. Entre ellas se encuentran la agricultura y ganadería, la construcción de carreteras, la deforestación y tala de árboles, la acuicultura sin regulación, los derrames de petróleo y un turismo poco sostenible.

Es importante destacar que más de 100 millones de personas en todo el mundo viven en las proximidades de los manglares y dependen de ellos para su subsistencia y bienestar. Estas comunidades locales encuentran en los manglares recursos esenciales para su alimentación, refugio y medios de vida.

Por tanto, la protección y conservación de estos valiosos ecosistemas no solo beneficia a la biodiversidad y el medio ambiente, sino que también es vital para el bienestar y la sostenibilidad de las poblaciones humanas que los rodean.

 

Árbol retorcido, entre lo terrestre y lo acuático

 

Los manglares son un tipo de ecosistema costero que se encuentra en regiones tropicales y subtropicales del mundo. Se trata de áreas pantanosas o de marismas que están dominadas por árboles y arbustos adaptados a vivir en ambientes salinos o de agua salobre. Sus árboles se llaman mangle y suelen estar compuestos por una o varias especies. La palabra mangle procede de los indígenas guaraní, y significa “árbol retorcido”. Se les considera “transitorios” ya que se encuentran entre el ámbito terrestre y el acuático y, además, su agua no es ni dulce ni salada, sino una mezcla de ambos tipos.

Actualmente, abarcan 15,2 millones de hectáreas en más de 120 países. Los mayores mangles están en Brasil y México, pero se pueden ver también en casi toda Latinoamérica, el Caribe, África, Asia y Oceanía.

 

Ecosistemas únicos con una gran biodiversidad

 

Los manglares son ecosistemas extraordinarios y altamente productivos que albergan una gran biodiversidad. Algunas de las características distintivas de los manglares son:

  • Árboles adaptados. Los árboles y arbustos de los manglares han desarrollado adaptaciones para tolerar altos niveles de salinidad y periodos de inundación diaria por la marea.

  • Raíces aéreas. Muchas especies de manglares tienen raíces aéreas que sobresalen del suelo y les permiten tomar oxígeno del aire, ya que el suelo pantanoso carece de suficiente oxígeno.

  • Barrera protectora. Los manglares actúan como barreras naturales que protegen las costas de la erosión y los impactos de eventos climáticos extremos, como tormentas y huracanes.

  • Hábitat para la vida silvestre. Proporcionan hábitats esenciales para diversas especies de peces, crustáceos, aves y otros animales, lo que los convierte en viveros y lugares de alimentación importantes para muchas especies marinas.

  • Ciclo de nutrientes. Contribuyen al ciclo de nutrientes al atrapar sedimentos y materia orgánica, enriqueciendo el ecosistema y proporcionando alimento para diversas formas de vida.

 

Altamente beneficiosos para el medio ambiente y las comunidades locales

 

Los manglares desempeñan diversas funciones ecológicas y proporcionan una serie de beneficios vitales para el medio ambiente y las comunidades que dependen de ellos, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Protección costera: actúan como barreras naturales que protegen las costas de la erosión causada por las olas y corrientes. Sus densas raíces y matorrales ayudan a estabilizar el suelo y reducir el impacto de eventos climáticos extremos como huracanes y tsunamis.

  • Hábitat y cría de especies marinas: proporcionan refugio y hábitats de reproducción para diversas especies marinas, incluyendo peces, crustáceos y aves acuáticas. Muchas especies utilizan los manglares como zonas de crianza para sus crías, lo que contribuye a la reproducción y conservación de la vida marina.

  • Biodiversidad: albergan una gran variedad de especies vegetales y animales. Su compleja red de raíces y el entorno pantanoso proporcionan nichos ecológicos para diversas formas de vida.

  • Ciclo de nutrientes: capturan y reciclan nutrientes, lo que ayuda a enriquecer los suelos y el agua circundante. Los sedimentos atrapados en las raíces de los manglares funcionan como filtros naturales, mejorando la calidad del agua y evitando la eutrofización de los ecosistemas marinos.

  • Captura de carbono: funcionan como sumideros de carbono altamente eficientes. Las plantas de los manglares absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y almacenan este carbono en sus tejidos y sedimentos, ayudando a mitigar el cambio climático.

  • Sostenimiento de comunidades locales: proporcionan recursos para la pesca y la recolección de mariscos, madera, medicinas naturales y materiales de construcción.

  • Turismo y recreación: tienen un valor recreativo y turístico al ser destinos populares para actividades como el ecoturismo, la observación de aves, la navegación en kayak y el avistamiento de vida silvestre, lo que contribuye a la economía local.

Por todo esto, su conservación y restauración son fundamentales para garantizar un futuro sostenible tanto para la naturaleza como para el ser humano.