Un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha confirmado que un espécimen que antes se consideraba un radiodonte es, de hecho, un opabiniido. El nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B (1), usó métodos filogenéticos novedosos y sólidos para confirmar que el Utaurora comosa es el segundo opabiniido jamás descubierto y el primero en más de un siglo.

En su libro Wonderful Life, el difunto Stephen Jay Gould, antiguo profesor del Departamento de Biología Organísmica y Evolutiva de Harvard, popularizó los artrópodos del grupo troncal Opabinia y Anomalocaris, descubiertos en el esquisto de Burgess (Canadá) del Cámbrico, convirtiéndolos en iconos de la cultura popular.

Mientras que el llamado terror del Cámbrico Anomalocaris –con su boca radial y sus apéndices espinosos– es un radiodonto con muchos parientes, el Opabinia de cinco ojos –con su distintiva probóscide frontal– era el único opabinio descubierto hasta ahora.

El Utaurora comosa, hallado en la formación Wheeler del Cámbrico medio de Utah (Estados Unidos), de 500 millones de años de antigüedad, fue descrito por primera vez en 2008 como un radiodonto. El coautor Stephen Pates, exbecario postdoctoral del Departamento de Biología Organísmica y Evolutiva (OEB) de Harvard, encontró por primera vez el espécimen en el Instituto de Biodiversidad y Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas cuando era estudiante de posgrado.

Comparación de Opabinia regalis Walcott, 1912 de Burgess Shale (Cámbrico Wuliuan), Columbia Británica, Canadá, y Utaurora comosa Comparación de Opabinia regalis Walcott, 1912 de Burgess Shale (Cámbrico Wuliuan), Columbia Británica, Canadá, y Utaurora comosa

 

Una boca orientada hacia atrás

 

Pates estaba estudiando la diversidad de los radiodontos y pensó que este espécimen no encajaba exactamente con un verdadero radiodonto. Al incorporarse al laboratorio del profesor Javier Ortega-Hernández en el OEB, Pates trabajó con la coautora Jo Wolfe, becaria postdoctoral en el OEB que estudia las relaciones entre los artrópodos fósiles y los vivos, para determinar qué lugar ocupa Utaurora en el árbol de la vida.

Los opabínidos son el primer grupo que tiene una boca orientada hacia atrás. Sus surcos intersegmentarios dorsales son precursores de la segmentación completa del cuerpo y sus aletas natatorias laterales, precursoras de los apéndices.

Utaurora comparte caracteres y morfología con los radiodontos y Opabinia. Mientras que la estructura anterior y los ojos de Utaurora estaban mal conservados –Opabinia es más reconocible por su probóscide frontal y sus cinco ojos–, los surcos intersegmentarios a lo largo de la espalda y las espinas dentadas pareadas de la cola se observaron completamente.

Las limitadas observaciones morfológicas llevaron a Pates y Wolfe a utilizar un análisis filogenético que comparaba a Utaurora con 43 fósiles y 11 taxones vivos de artrópodos, radiodontos y otros panartrópodos.

"El análisis filogenético inicial demostró que estaba más estrechamente relacionado con Opabinia –destaca Wolfe–. Seguimos con más pruebas para interrogar ese resultado utilizando diferentes modelos de evolución y conjuntos de datos para visualizar los diferentes tipos de relaciones que pudo tener este fósil".

 

Se describió por primera vez como un radiodonte en 2008

 

A diferencia del Opabinia, que se descubrió en el esquisto de Burgess, en Canadá, Utaurora se encontró en Utah y, aunque sigue siendo cámbrico, es unos cuantos millones de años más joven que el Opabinia. "Esto significa que el 'Opabinia' no era el único opabínido, 'Opabinia' no era una especie tan única como pensábamos", añade Pates.

Cuando el Utaurora se describió por primera vez como un radiodonte en 2008, los científicos pensaban que los opabínidos y los radiodontes formaban un grupo monofilético llamado "dinocáridos". Pero en los últimos 10 o 15 años los científicos han descubierto más de 10 nuevas especies de radiodontes, lo que permite ver que los opabínidos y los radiodontes son ligeramente diferentes.

"También tenemos más herramientas filogenéticas para interrogar nuestros resultados –explica Pates–. Basándonos sólo en la morfología, se podría argumentar que Utaurora es un radiodonte raro y también recuperar el concepto de dinocárido. Pero nuestro conjunto de datos y análisis filogenéticos apoyaron a Utaurora como un opabínido en el 68% de los árboles recuperados al analizar los datos, pero sólo en el 0,04% para un radiodonto".

"'Wolderful life' y la descripción de estos fósiles ocurrió antes de los paradigmas evolutivos actuales. Las similitudes entre Opabinia y 'Anomalocaris' aún no se comprendían realmente –señala Wolfe–. Ahora sabemos que estos animales representan etapas extintas de la evolución que están relacionadas con los artrópodos modernos. Y tenemos herramientas más allá de la comparación cualitativa de los rasgos morfológicos para una ubicación más definitiva dentro del árbol de la vida animal", concluye.

Referencias