A finales de junio tuvo lugar la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Madrid, en lo que muchos denominaron como una reunión clave para el futuro de la Alianza y del mundo libre.

Unos días antes tuvieron lugar varias movilizaciones y protestas contra la cumbre de la OTAN que reclama impulsar un nuevo sistema de seguridad desmilitarizado, con inversiones en políticas públicas en salud, educación, vivienda, cuidados e igualdad frente a los gastos armamentísticos acordados en la reunión que alcanzarían el 2% del PIB de todos sus miembros.

Para Kucharz es una “falacia” que se les considere favorables a Putin por estar en contra del envío de armas a Ucrania: “Putin nunca ha sido un referente para la izquierda. Todo lo contrario: representa a un estado capitalista oligárquico donde impera un alto nivel de violencia y corrupción”

El activista e investigador social Tom Kucharz ha participado activamente en las movilizaciones en contra de la cumbre de la Alianza Atlántica celebrada en la capital española. En la entrevista que le hemos realizado desde EcoAvant.com, Kucharz considera una “falacia” que se les considere favorables a Vladimir Putin aquellos que están en contra del envío de armas a Ucrania y espeta: “Putin nunca ha sido un referente para la izquierda. Todo lo contrario: representa a un estado capitalista oligárquico donde impera un alto nivel de violencia y corrupción que ha desviado el dinero público hacia unos grandes oligopolios económicos y financieros favorecidos por Occidente”.

El investigador social y militante de la organización Ecologistas en Acción tiene muy claro que la OTAN no debería existir. Además, considera que se debería “desmilitarizar a la sociedad ucraniana, que tras el movimiento del Euromaidan armó a numerosas milicias como el Batallón de Azov, de ideología nazi”.

Kucharz también pone de manifiesto que la inflación por la que atraviesan las principales economías europeas, y entre ellas España, no es debida a la guerra de Ucrania, sino que es una variable de “retroalimentación de los factores que nos llevaban a esta situación” y que las causas de fondo de este encarecimiento desbocado de los precios se debe esencialmente a “la acumulación de beneficios por las grandes corporaciones sin control de los estados”.

Tenemos la oportunidad de replantear nuestro sistema de producción y consumo de manera radical para que sea sostenible y justo, pero el Gobierno hace exactamente lo contrario

TOM KUCHARZ,  activista e investigador

Tom Kucharz denuncia que las crisis geopolíticas y la explosión de los precios ponen "de manifiesto la urgencia de eliminar las fuentes de energía fósiles". A lo que añade: "Tenemos la oportunidad de replantear nuestro sistema de producción y consumo de manera radical para que sea sostenible y justo, pero el Gobierno hace exactamente lo contrario".

 

¿En qué situación ha dejado a los movimientos pacifistas la invasión rusa de Ucrania?

Existe una movilización contra la guerra, aunque no se pueda comparar con la de 2003 contra la guerra de Irak. Pero hoy más que nunca hace falta una movilización pacifista contra la OTAN. Ha habido acciones de grupos como Fridays for Future o Extinction Rebellion, que tristemente no han recibido el eco mediático que merecían. La guerra ha llegado en un momento con muchas dificultades sociales, con un aumento tremendo de los precios, lo que no favorece la reacción de la sociedad. También se registra mucho cansancio y un daño emocional de muchos activistas por las divisiones registradas desde 2014. Personalmente, me gustaría haber visto a organizaciones sindicales y de la izquierda institucional poniendo más énfasis en acciones por la paz.

Por el contrario, asistimos a una nueva ola de belicismo desde el PSOE, gran parte de los ministros del Gobierno, la Unión Europea y los medios de comunicación, en la que se justifica el envío de armas a Ucrania, la participación en el conflicto y el aumento del gasto militar, y la misma ha afectado al tejido social. También ha habido una fuerte acción de lobby de la industria militar durante los últimos veinte años que ha permeado a partidos y organizaciones que estaban contra la guerra en 2003.

Vivimos una crisis multidimensional que suma los efectos de la económica y financiera de 2008, el aumento de los impactos sobre el clima, la pandemia, la interrupción de las cadenas de suministro, la falta de minerales necesarios para el desarrollo de la economía digital, todo esto ha incrementado el discurso militarista-belicista. La UE ha instituido los fondos para la política común de seguridad, 25.000 millones de dinero público destinados a la industria militar entre 2014 y 2020. Y se justifican toda clase de crímenes como la militarización de fronteras, tal como hemos visto hace poco con la masacre de Melilla. Todo esto ha redundado en una menor capacidad de movilización del pacifismo. Ojalá la polémica por el aumento del gasto militar lo revitalice.

 

¿Ha habido alguna acción de la OTAN en los últimos años que pudiera explicar, que no justificar, la agresión rusa?

La OTAN es la mayor alianza militarista del mundo, ha pasado de 12 a 30 países miembros, a los que ahora se sumarán Suecia y Finlandia. No podemos olvidar los bombardeos en Kosovo en 1999, el despliegue en Macedonia en 2001, la intervención en Afganistán, que causó cientos de miles de víctimas civiles, el despliegue en 2007 del escudo antimisiles en Europa del Este.

"La OTAN responde a unos intereses geopolíticos muy claros para imponer un solo sistema. La OTAN y la UE han destinado 35.000 millones de euros, entre 2018 y 2020, para misiones militares con el fin de asegurar la extracción y el transporte de combustibles fósiles"

La OTAN responde a unos intereses geopolíticos muy claros para imponer un solo sistema, el capitalista, y blindar los intereses de los sectores que se benefician de él y lo representan. Recordemos, por ejemplo, que la OTAN y la UE han destinado 35.000 millones de euros, entre 2018 y 2020, para misiones militares con el fin de asegurar la extracción y el transporte de combustibles fósiles.  Uno de los miembros de la OTAN, Turquía, ha masacrado durante décadas al pueblo kurdo y ha intervenido en la guerra de Siria cometiendo crímenes de guerra y numerosas violaciones de los derechos humanos, además de perseguir a opositores, intelectuales y periodistas en el mismo país. Respondiendo a la pregunta, sí, creo que la expansión de la OTAN hacia el este y en países ex soviéticos ha contribuido a profundizar el conflicto con Rusia y la guerra de Ucrania.

 

Desde su punto de vista, ¿qué respuesta distinta a la adoptada, el suministro de armas a Ucrania, hubiera habido que dar a la acción militar rusa una vez esta se puso en marcha?

Yo ahí escucho a quienes son más conocedores del conflicto, tengo que leer mucho para entender sus causas y no me atrevería a decir cómo solucionarlo, pero parece que el Acuerdo de Minsk podría haber sido un punto de partida para ello. Por supuesto, la condición número uno sería la retirada rusa, el cese del fuego y el fin de los bombardeos. Hace falta una mesa de diálogo con un esfuerzo diplomático de todo el mundo que involucre a las Naciones Unidas. La OTAN tendría que tomar la decisión de retirar el escudo antimisiles y rebajar el discurso militarista.

Ecologistas en Acción tiene muy claro que la OTAN no debería existir, tendría que desmantelarse. Por otra parte, el Tratado de Lisboa consagra a la UE como un actor militarista y belicista, lo cual obliga a renegociar el tratado y eliminar los apartados militaristas. Y habría que desmilitarizar a la sociedad ucraniana, que tras el movimiento del Euromaidán armó a numerosas milicias como el Batallón de Azov, de ideología nazi.

 

¿Cabe pensar en una solución negociada que devuelva a Ucrania su integridad territorial? Putin tiene que presentar a la sociedad rusa algún éxito para justificar la invasión.

Si se involucraran las Naciones Unidas, tal vez se lograra restablecer la soberanía territorial ucraniana, aunque tengo que reconocer que es probable lo que plantea. Estamos viendo un punto de inflexión en esta guerra, que es producto del caos sistémico del mundo capitalista. Si empiezas una guerra de este tipo reduces tus reservas de combustibles fósiles y en el mercado internacional ya no vas a ser tan poderoso sin esta capacidad de venta de gas y petróleo. Es un plan suicida por parte de Putin gastar sus reservas de combustibles fósiles para mantener el operativo militar y el control territorial durante mucho tiempo.

"El conflicto entre Rusia y Estados Unidos en suelo ucraniano está relacionado con el desafío de China a los Estados Unidos por la hegemonía mundial"

Una parte de la izquierda dice que esta es una guerra imperialista y otra, que es una guerra interimperialista entre dos potencias nucleares, Estados Unidos y Rusia. También se argumenta que el conflicto entre Rusia y Estados Unidos en suelo ucraniano está relacionado con el desafío de China a los Estados Unidos por la hegemonía mundial. Solo la amenaza de un conflicto nuclear debería ser incentivo suficiente para que todos los países busquen salidas diplomáticas al conflicto.

Tampoco se puede olvidar que el modelo occidental se ha basado en absorber recursos naturales de Rusia beneficiando a ese monstruo que es Putin, aunque no debemos personalizar en su figura: detrás de él hay un sistema de estado criminal. Y Rusia es un país enorme y complejo en el que también hay una contestación social y política muy diversa frente al poder.

 

Quienes defienden que no se arme a Ucrania son acusados  de connivencia con el régimen ruso…

Decir que quienes estamos en contra del envío de armas a Ucrania estamos a favor de Putin es una falacia. Otra mentira es el discurso de una parte de la derecha que relaciona a Putin con el comunismo. Recuerdo un discurso suyo de 1992, cuando era vicealcalde de San Petersburgo, ante una delegación alemana, en el que reivindicaba una dictadura al estilo de Pinochet para Rusia.

"Putin nunca ha sido un referente para la izquierda. Todo lo contrario: representa a un estado capitalista oligárquico donde impera un alto nivel de violencia y corrupción que ha desviado el dinero público hacia unos grandes oligopolios económicos y financieros favorecidos por Occidente"

Putin nunca ha sido un referente para la izquierda. Todo lo contrario: representa a un estado capitalista oligárquico donde impera un alto nivel de violencia y corrupción que ha desviado el dinero público hacia unos grandes oligopolios económicos y financieros favorecidos por Occidente, porque en Rusia ha habido una penetración tremenda del capital transnacional. También está el factor de la religión ortodoxa. Y su intervención en guerras ha resultado en bestialidades, como en Chechenia, Georgia y Siria.

El imperialismo de Rusia va acompañado de un fuerte  neocolonialismo. Y tanto la OTAN como los diferentes gobiernos han convivido con ello durante muchos años. Tampoco debemos olvidar que  en 2007, la UE inició negociaciones  para crear una Zona de Libre Comercio de Alcance Amplio y Profundo con cuatro países ex soviéticos, Ucrania, Georgia y Moldavia que entró en vigor entre 2016 y 2017. Los planes de la UE para el control económico, comercial y militar en la región oriental fronteriza con Rusia incluyen asimismo la Asociación Oriental impulsada desde 2009 que también abarca a Azerbaiyán, Armenia y Bielorrusia, aunque esta última ha suspendido su participación desde 2021.

El Euromaidán generó una respuesta en forma de golpes de estado, fortalecimiento de la extrema derecha y del ultranacionalismo ruso y ucraniano. Desde 2014 se lleva fomentando una guerra del Dombás entre Rusia y Ucrania en lugar de apoyar la diplomacia y la paz. Entre otras cosas porque los fabricantes de armas multinacionales se han beneficiado mucho de ello.

Por último, queremos denunciar que ni siquiera tenemos la seguridad de que todas esas armas enviadas por el gobierno español, de la UE o los Estados Unidos acaben en manos del gobierno de Ucrania. El riesgo de que cambien de manos y terminen fomentando otros conflictos armados es muy alto. Existen casos emblemáticos como las armas enviadas por EEUU –y producidas en la UE– contra el ISIS que acabaron siendo usadas por este para atacar Mosul y otros territorios.

 

Si no se ayuda a Ucrania a defenderse, ¿no se está incitando a nuevas posibles agresiones, cómo podría ser el caso de Rusia con Moldavia o de China con Taiwán?

Creo que Ucrania no puede ganar la guerra. Así que la única vía debería ser la solución negociada y pacífica del conflicto. Lo que implica también que la OTAN y los Estados Unidos den muestras de desescalada. Personalmente, pienso que a China no se le ocurriría atacar a Taiwán. Aunque China también ha aumentado peligrosamente su presupuesto militar y destina unos 1,45 billones de yuanes para la defensa, desarrolla una política exterior bastante inteligente, basada en el principio de la coexistencia pacífica y el multilateralismo, lo que no quiere decir que la apoye, pero es distinta de la apuesta militarista-belicista de occidente, muy concretamente de los Estados Unidos o Rusia.

Las ambiciones hegemónicas de EEUU también se extienden a Asia. Y lo que debería hacer EEUU es retirar sus tropas en el mundo, muy concretamente del Asia-Pacífico, cerrar sus bases militares y reducir su ejército. Otra tarea diplomática internacional urgente es reactivar el tratado internacional de eliminación de armas nucleares. En este terreno hubo algunos avances durante años, pero luego el proceso quedó estancado.

 

¿Es EEUU el gran favorecido por esta situación internacional?

Todo indica que sí. Una prueba es el aumento de las exportaciones de gas fósil a Europa y el fortalecimiento del dólar como moneda hegemónica, asunto que, por cierto, ya fue una de las causas de la guerra en Irak en 2003. Aunque el déficit en su balanza comercial sigue aumentando y el déficit de cuenta corriente se disparó en 2021 a un máximo de 15 años.

"Mientras vemos unos beneficios empresariales tremendos de las empresas militares y energéticas de los Estados Unidos, hay decenas de millones de personas allí que viven en la pobreza"

Pero mientras vemos unos beneficios empresariales tremendos de las empresas militares y energéticas de los Estados Unidos, hay decenas de millones de personas allí que viven en la pobreza, unas deudas impagables de los estudiantes con las universidades por los créditos con que pagaron sus estudios, unos alquileres insoportables, frente a los que hay movilizaciones sociales.

 

¿Cabe pensar en soluciones diplomáticas a los conflictos mientras los cinco grandes vencedores de la II Guerra Mundial conserven el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU?

Claramente no. Ningún estado debería tener derecho de veto en las Naciones Unidas. Hay que hacer una reforma integral del Consejo de Seguridad de la ONU. Desde los tiempos de Kofi Annan, el poder económico y financiero ha carcomido las Naciones Unidas desde dentro. La vía militar, desde luego, no ayuda a hacer frente a los desafíos del cambio climático y la crisis energética.

 

La inflación desbocada que sufrimos, ¿es solo consecuencia de la   guerra como se afirma desde el Gobierno?

No. La guerra de Ucrania ha sido un factor de retroalimentación de los factores que nos llevan a ese aumento de precios. Veamos el ejemplo de los alimentos. Los datos de la FAO en 2021 ya mostraban un aumento de los precios alimentarios. El mismo tiene que ver con muchos factores, dos de los cuales son la especulación financiera y el acaparamiento de recursos. Una parte importante de los cereales de la cosecha ucraniana y rusa se exportaron antes de la guerra. ¿Dónde están ahora? Hay grandes comercializadores y fondos de inversión que especulan. Otro problema en que gran parte de esos cereales se destinan a la ganadería industrial. En España no faltan para la alimentación humana, sino para la ganadería. España produce siete millones de kilos de carne cuando consume 2,2 millones. Para ello tiene que importar millones de toneladas de maíz, trigo y soja.

"España es un importador neto de cereales, con un déficit estructural de la balanza comercial. La producción nacional no llega a cubrir la demanda insostenible de la industria de elaboración de piensos para consumo animal"

Por eso España es un importador neto de cereales, con un déficit estructural de la balanza comercial. La producción nacional no llega a cubrir la demanda insostenible de la industria de elaboración de piensos para consumo animal. También está el uso de cereales para producir agrocombustibles como el etanol y el agrodiésel, que también generan efecto invernadero. Otro factor es alto nivel del transporte motorizado de los alimentos, que conlleva un incremento de los costes por el aumento de los precios de los carburantes. El sistema agroalimentario industrial de monocultivos necesita grandes cantidades de combustibles y fertilizantes, de los cuales muchos son producidos con gas, entonces es muy vulnerable ante los aumentos de precios de materias primas. A todo ello hay que sumar la pérdida o disminución de cosechas por los impactos del cambio climático.

Y se llevaban años de advertencia de estos factores, que la guerra ha agravado. En el lado de los precios de la energía, si bien es cierto  que la guerra ha generado problemas en la exportación de petróleo y gas de Rusia a la Unión Europea, también lo es que el factor especulación es determinante y los principales productores de combustibles fósiles del mundo no tienen capacidad de aumentar su producción, por ejemplo Rusia y Argelia, y el consumo interno en estos países ha aumentado.

Ahora mismo ocurre otra cosa surrealista y es que España importa más gas de EEUU que de Argelia, que además se obtiene del fracking (fractura hidráulica) con todo su impacto ambiental y a precios altísimos por el transporte, y por convertir el gas natural en líquido y su regasificación en destino. Procesos en los que se emite muchísimo metano, un gas de efecto invernado muy peligroso.

El factor esencial de la inflación es la acumulación de beneficios por las grandes corporaciones sin control de los estados. Y existe una falta de voluntad del PSOE para aplicarles impuestos. Un factor poco analizado por los medios es que hay unos intermediarios tanto en las cadenas de suministro de energía como de alimentos. Por ejemplo, Trafigura, Glencore, Vitol, Litasco y Mercuria son grandes comercializadores de petróleo y gas, con sede en Ginebra, Bunge, Cargill, ADM y Louis-Dreyfus comercian con cereales. Juntos controlan los flujos de energía y alimentos y han aprovechado la guerra para incrementar los precios. El factor especulación es determinante para el aumento de precios, como ya sabíamos desde la anterior crisis financiera.

 

¿Vamos a asistir a una espiral de rearme mundial similar a la de la Guerra Fría?

Llevamos años asistiendo a este rearme: 1,6 billones de dólares anuales en gasto militar y no vivimos en un mundo más seguro. Es el equivalente al coste que los países más vulnerables ante la crisis climática deberían movilizar para hacer frente a sus impactos. Cuando se aborda la migración como un “problema de seguridad”, las consecuencias son operaciones militares como se ha visto con la masacre de Melilla.

"Como se ha visto con la masacre de Melilla, la OTAN y la UE justifican el rearme y la militarización de las fronteras, en la que han participado empresas como Airbus, Indra, ACS, Anper, Eulen y tantas otras. Hay una guerra contra la vida en la frontera sur"

La OTAN y la UE justifican el rearme y la militarización de las fronteras, en la que han participado empresas como Airbus, Indra, ACS, Anper, Eulen y tantas otras. Hay una guerra contra la vida en la frontera sur para la que se ha creado un ambiente propicio. Un ejemplo es el presupuesto de Frontex: de 6 millones de euros en 2005 a 543 millones en 2020. Los gobiernos del PSOE han aumentado mucho el gasto militar. El gasto militar en 2022, aprobado por el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, asciende a 22.796 millones de euros, y ha supuesto un crecimiento del 5,75% respecto al año anterior.

 

¿Cómo se explica el súbito cambio de política española en el norte de África, que ha puesto en riesgo el suministro de gas argelino?

No soy muy conocedor de esa región, pero hay muchos condicionantes del enfrentamiento entre Argelia y España, uno de los más relevantes la ocupación ilegal del Sáhara Occidental. A este respecto Pedro Sánchez ha cambiado su política exterior a una posición proclive a Marruecos, que es el gendarme que blinda la frontera sur y donde el capital transnacional español tiene muchos intereses económicos (turismo, industria automovilística, textil, pesca. Agroalimentario, recursos naturales, etc.).

"Es inviable que el gobierno de Argelia decida no seguir exportando gas a  España, porque la regasificación del gas licuado es muy cara y la capacidad del gasoducto hacia Italia no sería suficiente. Y tengo muchas dudas de que Rusia corte el gas a Europa"

Pero creo que es inviable que el gobierno de Argelia decida no seguir exportando gas a  España, porque la regasificación del gas licuado es muy cara y la capacidad del gasoducto hacia Italia no sería suficiente. Y tengo muchas dudas de que Rusia corte el gas a Europa, las estadísticas demuestran que han bajado las exportaciones pero la venta no ha parado. Ahora, por ejemplo, nos llega el diésel por vía de las empresas petroleras de la India. Es una muestra de hipocresía apoyar a Ucrania y seguir comprando gas y petróleo ruso.

No sé cómo acabará todo, pero hay que pensar que tampoco es tan fácil 'cerrar el grifo', se trata de infraestructuras complejas que necesitan un mantenimiento. Hace pocos días el canciller alemán pedía a la población que se preparara mentalmente para una situación dura el próximo invierno. Y hay países que lo tienen peor, que dependen en un 100% del suministro ruso. Tal vez haga falta un racionamiento, que debe ser justo, no como los 20 céntimos de subvención a los carburantes que ha resultado socialmente ineficaz y solamente ha aumentado los beneficios de las empresas petroleras. Si hay una reacción social, el ecologismo tendría que estar al lado de los sectores que se pueden ver más perjudicados y forzados a una reconversión.

 

La situación internacional nos aleja cada vez más del cumplimiento de los objetivos contra el cambio climático, cuyos efectos ya empiezan a ser más que evidentes...

Claramente sí. En el caso de España, el plan de aumentar las importaciones de gas y para ampliar infraestructuras gasísticas como la apertura de la regasificadora de El Musel (Asturias) o la reconsideración del gasoducto  el Midcat, que se paró con muchas luchas sociales, impedirá cumplir con los compromisos del Acuerdo climático de París.

Pero no son sólo las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético. El gobierno de España también ha autorizado una mayor importación de maíz y soja de Brasil y Argentina. Según el Informe de sostenibilidad del consumo en España, del Ministerio de Consumo y el Joint Research Center, el 50% de la huella ambiental del consumo en España la genera el sector agroalimentario, en gran medida por el elevado consumo de carne y productos lácteos producidos con piensos de ultramar.

"Las crisis geopolíticas y la explosión de los precios han puesto de manifiesto la urgencia de eliminar las fuentes de energía fósiles. Tenemos la oportunidad de replantear nuestro sistema de producción y consumo de manera radical para que sea sostenible"

Además, hay mucha huella climática y ambiental que se contabiliza fuera de nuestras fronteras: España importa aproximadamente seis millones de toneladas de soja cada año. Importamos un 30% de la soja que consumimos de Brasil, donde se deforesta masivamente y se violan derechos humanos para producirla, y la dedicamos a la alimentación animal.

Algo parecido pasa con minerales como el cobre, el coltán, el cobalto, el litio y el hierro necesarios para los dispositivos electrónicos... Lo que más importamos de Brasil es petróleo, y lo que más le exportamos es petróleo refinado, eso demuestra la perversidad del sistema. Y eso se sigue favoreciendo, por medio de los acuerdos comerciales de la UE con terceros países, como el Acuerdo UE-Mercosur, que España defiende.

Las crisis geopolíticas y la explosión de los precios han puesto de manifiesto la urgencia de eliminar las fuentes de energía fósiles. Tenemos la oportunidad de replantear nuestro sistema de producción y consumo de manera radical para que sea sostenible y justo, pero el Gobierno hace exactamente lo contrario.