Devolver a su estado natural ecosistemas específicos en todos los continentes del mundo que han sido reemplazados por la agricultura rescataría a la mayoría de las especies terrestres de mamíferos, anfibios y aves bajo amenaza de extinción, al tiempo que absorbería más de 465.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que supone casi la mitad del carbono acumulado en la atmósfera desde la Revolución Industrial, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature.

Proteger el 30% de las áreas prioritarias identificadas en el estudio, junto con la protección de los ecosistemas aún en su estado natural, reduciría las emisiones de carbono equivalentes al 49% de todo el carbono que se ha acumulado en nuestra atmósfera durante los últimos dos siglos. Unos 27 investigadores de 12 países contribuyeron al informe, que evalúa bosques, pastizales, matorrales, humedales y ecosistemas áridos.

"Impulsar los planes para devolver importantes extensiones de la naturaleza a un estado natural es fundamental para evitar la perdida masiva de biodiversidad y las crisis climáticas y sanitarias actuales -explica Bernardo BN Strassburg, autor principal del estudio-. Demostramos que si somos más inteligentes acerca de dónde restauramos la naturaleza, podemos marcar las casillas del clima, la biodiversidad y el presupuesto en la lista de tareas urgentes del mundo".

Biodiversidad, clima y seguridad alimentaria

 

Es preciso identificar con precisión qué ecosistemas destruidos, en todo el mundo, deben restaurarse, a bajo costo, para brindar beneficios a la biodiversidad y al clima, sin impactar en la producción agrícola. Es el primero estudio que proporciona evidencia global de que según donde se lleva a cabo la restauración ello tiene un impacto más profundo en el logro de los objetivos de biodiversidad, clima y seguridad alimentaria. Según el estudio, la restauración puede ser 13 veces más rentable si se realiza en los lugares de mayor prioridad.

En primer lugar, el estudio se centra en los posibles beneficios de restaurar ecosistemas forestales y no forestales a escala mundial. "Investigaciones anteriores han hecho hincapié en los bosques y la plantación de árboles, a veces a expensas de pastizales nativos u otros ecosistemas, cuya destrucción sería muy perjudicial para la biodiversidad y debería evitarse. Nuestra investigación muestra que, si bien revivir los bosques es fundamental para mitigar el calentamiento global y proteger la biodiversidad, otros ecosistemas también tienen un papel enorme que desempeñar", explica Strassburg.

El nuevo informe se basa en las contundentes advertencias de la ONU de que estamos en camino de perder 1 millón de especies en las próximas décadas y que el mundo ha fracasado en sus esfuerzos por alcanzar los objetivos de protección de la biodiversidad establecidos a nivel mundial para 2020, incluido el objetivo de restaurar 15% de los ecosistemas del mundo.

Utilizando una sofisticada plataforma de optimización multicriterio llamada PLANGEA, un enfoque matemático que encuentra soluciones para abordar múltiples problemas, y tecnologías de mapeo, los investigadores evaluaron 2.870 millones de hectáreas de ecosistemas en todo el mundo que se han convertido en tierras de cultivo. De estas, el 54% eran originalmente bosques, el 25% pastizales, el 14% matorrales, el 4% tierras áridas y el 2% humedales.

Luego, evaluaron estas tierras en función de tres factores u objetivos (hábitats de los animales, almacenamiento de carbono y rentabilidad) para determinar qué franja, ya sea el cinco, el 15 o el 30%, de las tierras en todo el mundo que al restaurar aportarían los mayores beneficios para la conservación.

Los investigadores también pudieron identificar una solución de beneficios múltiples a nivel global, sin restricciones por las fronteras nacionales, que entregaría el 91% del beneficio potencial a la conservación de la biodiversidad, el 82% del beneficio de mitigación del clima y reduciría los costos en un 27% al centrárse en áreas con bajos costos de implementación y oportunidad.

Cuando los investigadores observaron los beneficios si la restauración se llevara a cabo a nivel nacional, lo que significa que cada país restauraría el 15% de sus bosques, vieron una reducción en los beneficios de la biodiversidad en un 28% y los beneficios climáticos en un 29% un aumento de los costes en un 52%.

"Estos resultados resaltan la importancia de la cooperación internacional para alcanzar estos objetivos. Los diferentes países tienen roles diferentes y complementarios que desempeñar en el cumplimiento de los objetivos globales generales sobre biodiversidad y clima", destaca Strassburg.

Restaurar sin interrumpir la producción de alimentos

 

Respondiendo a los temores de que la restauración de ecosistemas invadiría la tierra necesaria para la producción de cultivos, los investigadores calcularon cuántos ecosistemas podrían revivirse sin cortar el suministro de alimentos. Descubrieron que el 55%, o 1.578 millones de hectáreas, de los ecosistemas que se habían convertido en tierras de cultivo, podrían restaurarse sin interrumpir la producción de alimentos.

Esto podría lograrse mediante la intensificación bien planificada y sostenible de la producción de alimentos, la reducción del desperdicio de alimentos y una disminución de consumo de carne y queso, productos que requieren grandes extensiones de tierra al tiempo que producen emisiones desproporcionadas de gases de efecto invernadero.

"A medida que los gobiernos  se comprometan gradualmente en los objetivos de biodiversidad y clima global, nuestro estudio les proporciona la información geográfica precisa que necesitan para tomar decisiones informadas sobre dónde restaurar los ecosistemas", señala Robin Chazdon, uno de los autores del informe.

El estudio ya está atrayendo la atención de los responsables políticos, las ONG y el sector privado. Surgió en un oportuno momento  

En general, el estudio proporciona pruebas convincentes a los responsables de la formulación de políticas que buscan formas asequibles y eficientes de cumplir los objetivos de las Naciones Unidas en materia de diversidad biológica, clima y desertificación. La restauración, bien coordinada si se lleva a cabo en combinación con la protección de ecosistemas intactos y mejor uso de tierras agrícolas, es una solución incomparable, aunque actualmente aun infrautilizada.