Los embalses españoles alcanzan diecisiete semanas consecutivas de un prolongado descenso que ha protagonizado todo el verano y que amenaza con dilatarse durante el comienzo del otoño. En los últimos siete días la caída ha sido de 1,2 puntos, con los que las reservas totales se quedan en un 55,9% del total, dato más de veinte puntos inferior al máximo alcanzado a finales de mayo.

 

Evolución del agua en los embalses españoles

 

Mapa de la situación de los embalses en España por cuencas hasta el 23 de septiembre de 2025 / Imagen: EA

El descenso acontecido durante el verano se ha trasladado a todas las cuencas de la Península, que han sufrido importantes descensos con las únicas excepciones del País Vasco, sin cambios, y Cataluña, que ha experimentado un ligero ascenso. Esta caída mayoritaria se traduce en una descenso semanal de 710 hectómetros cúbicos, con lo que las reservas totales bajan hasta los 31.314 hectómetros.

Si bien todavía las cifras son mejores que el año pasado, cuando esta misma semana se almacenaba un 47,9%, ocho puntos menos que en la actualidad, la ausencia de lluvias y el acelerado descenso de las reservas debería detenerse y revertir la tendencia durante este otoño que acaba de comenzar.

 

La situación por cuencas hidrográficas

 

Situación de los embalses y evolución del agua embalsada en datos a 23 de septiembre de 2025 / Infografía: EA

Esta bajada mayoritaria de las reservas supone que casi la totalidad de los ámbitos peninsulares se encuentren por debajo de la cota del 70%, con la única excepción de las pequeñas cuencas del País Vasco y Cataluña. En el sentido contrario, la preocupación se centra en el ámbito del Segura, que no logra frenar la sangría de reservas de las últimas semanas y ya se halla con un paupérrimo 18,1%.

La cornisa norte prolonga la caída de las últimas semanas, con descensos generalizados con la única excepción del País Vasco, que logra mantenerse en el 76,2%. De hecho en esta última semana dos ámbitos han caído de la barrera del 70%: el Cantábrico Oriental ha perdido 2,7 puntos y se queda en el 69,9%, mientras que el Miño-Sil pierde 2,6 puntos y baja hasta el 68,9%. El resto de cuencas de la zona también protagonizó pérdidas, aunque de menor entidad, ya que Galicia Costa bajó 1,6 puntos y se queda en el 46,1%, mientras que el Cantábrico Occidental cayó un punto hasta el 63,7%.

El dilatado descenso también se ha agudizado en las dos grandes cuencas de la Meseta, con mayor entidad en el caso del Duero durante otra semana más. Esta cuenca ha perdido 2,3 puntos y se sitúa por debajo de la barrera del 60% (59,8%) mientras que, por su parte, el Tajo perdió 1,7 puntos, aunque aún logre mantenerse en el 64,1%.

Las pérdidas también alcanzan a la región suroeste, aunque con menor magnitud. El Guadiana apenas cae tres décimas y se queda en el 58,5%. Ligeramente mayores han sido las caídas del Guadalete-Barbate, medio punto que le deja en el 42,9%, y del Guadalquivir, siete décimas para situarse en el 43,0%. La mayor pérdida porcentual de la zona ha sido experimentada por el Tinto, Odiel y Piedras, que ha perdido 1,8 puntos y cae por debajo de la cota del 70% de capacidad (69,4%).

Las pérdidas generalizadas también han llegado hasta el Mediterráneo, aunque aquí sea donde se encuentre la única excepción a la tendencia predominante. Así, el ámbito de Cataluña es el único que ha crecido, al recuperar cuatro décimas y mantenerse con un 73,4% de su capacidad. Por el contrario, la mayor pérdida de la zona está situada en el Ebro, que cae 1,4 puntos y baja hasta el 55,7% de su capacidad.

De menor intensidad han sido las bajadas de la cuenca Mediterránea Andaluza y el Júcar, siete décimas menos para quedarse con el 46,4% y el 49,3%, respectivamente. Otra semana más, la situación más preocupante desde el punto de vista hidrológico se encuentra en el Segura, ámbito que ha perdido 1,5 puntos en la última semana y que vuelve a prolongar su caída hasta el 18,1%, en una situación que cada vez se vuelve más acuciante.