Si bien la pandemia de covid-19 frenó el turismo a nivel global, en la era prepandémica la industria del turismo representaba un 10,4 % del PIB global y un 10,6 % del total de puestos de trabajo.

El turismo genera beneficios monetarios, pero como cualquier otra actividad económica relevante también induce impactos importantes en los otros dos pilares de la sostenibilidad: el medio ambiente y la sociedad.

 

Huella hídrica

 

Aunque se estima que el sector turístico mundial representa una parte menor del consumo de agua, generalmente menos del 1 %, la estacionalidad del turismo hace que la mayor parte se concentre en la época más seca del año, el verano, cuando la agricultura requiere mayores cantidades de agua.

En áreas con poca disponibilidad de agua y mucho turismo, el consumo de agua puede alcanzar niveles insostenibles y como consecuencia surgir conflictos entre diversos grupos sociales (turistas, residentes, sector agrícola, etc.).

El turismo también ejerce otros impactos sobre los recursos hídricos como la disminución de la calidad del agua, ya que todavía es común descargar aguas residuales sin tratar, o la intrusión de agua salada en los acuíferos de las zonas costeras debido a la extracción masiva de agua dulce.

 

Huella de carbono

 

Con respeto a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el turismo es responsable de aproximadamente el 5 % de las emisiones globales de CO₂, que corresponden a 1 300 millones de toneladas del gas.

Se prevé que el sector turístico habrá aumentado un 50 % internacionalmente y un 49 % nacionalmente en 2030 respecto al 2016 y por lo tanto pasará a ser una de las principales industrias emisoras de GEI en pocos años.

En algunos lugares, como por ejemplo España, las emisiones de GEI del turismo suponen hasta un 10,6 % de las emisiones de la economía nacional.

Las actividades turísticas tienen requerimientos energéticos intensivos, generalmente ligados al consumo de combustibles fósiles. El transporte es el componente principal de la huella de carbono del turismo, representando alrededor del 75 % de las emisiones. La aviación es la modalidad que más contribuye.

 

Víctima de los problemas que causa

 

El sector turístico es también un sector altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. Está estrechamente relacionado con el clima, y el medio ambiente suele considerarse un factor determinante que contribuye al atractivo de un destino turístico.

Por ejemplo, en algunos destinos los turistas buscan sol, arena y mar y en otros montañas nevadas, paisajes o ecosistemas particulares. La variación de estas características también cambiará las preferencias de los turistas.

Algunas implicaciones para el turismo derivadas de los impactos del cambio climático pueden ser:

  • La degradación de atracciones turísticas como los arrecifes de coral y la biodiversidad marina causada por el aumento de la temperatura superficial del mar.

  • El deterioro de los activos arqueológicos y otros recursos naturales como resultado de fuertes eventos naturales.

  • Cambios en la biodiversidad y el suelo.

  • La pérdida de áreas de playa como consecuencia del aumento del nivel del mar.

  • La disminución de la afluencia de turistas debido a problemas derivados de la escasez de agua como consecuencia de la reducción de las precipitaciones.

  • La alteración de la estacionalidad.

  • El aumento de los riesgos para la salud derivados del aumento de las temperaturas o la mayor frecuencia de eventos naturales extremos.

 

Impactos sociales del turismo

 

Paralelamente, las actividades turísticas pueden tener una gran influencia en las sociedades y según la gestión que se haga puede ser positiva o negativa.

El 87 % del empleo en el sector consiste en trabajos poco cualificados con oportunidades profesionales limitadas y estacionales. Estos hechos pueden tener implicaciones socioeconómicas negativas ya que dificultan a los trabajadores el acceso a empleo estable y bien remunerado.

Al mismo tiempo, las comunidades locales pueden experimentar impactos relacionados con el aumento del vandalismo y el crimen. Y también con respecto al uso por parte de terceros del entorno únicamente con fines económicos y a la imposición de cambios en las culturas tradicionales y las formas de vida de la población.

Los efectos sobre los residentes pueden también ser económicos en tanto que el turismo puede aumentar la demanda de algunos bienes y servicios produciendo una inflación de los precios que dificulte el acceso de los locales a tales productos.

No obstante, con una gestión adecuada, el turismo puede traer beneficios muy positivos y mejorar la calidad de vida de la gente. Las oportunidades sociales que pueden surgir del turismo pueden ir vinculadas al mantenimiento y creación de infraestructuras, la estimulación del desarrollo del personal y de un crecimiento económico bien distribuido, la generación de una conciencia ambiental y cultural, así como la estimulación del sentimiento de pertenencia, la mejora de los sistemas de salud y de la seguridad, etc.

 

Sostenibilidad en el turismo: faltan herramientas

 

Si el turismo pretende ser una industria sostenible y resiliente, los gestores deben desarrollar modelos turísticos que estén en sintonía con la esencia de los ecosistemas y de los sistemas humanos. Para hacerlo, es imperativo aplicar herramientas de medición apropiadas para cuantificar el nivel de sostenibilidad y monitorear el progreso a lo largo del tiempo, que sirvan de soporte al desarrollo de políticas y proyectos y a las tomas de decisiones.

En esta línea, el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic–Universidad Central de Catalunya ha estado aplicando su experiencia en sostenibilidad y análisis de ciclo de vida en el proyecto DestiMED PLUS. Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar los niveles de integración entre el turismo regional y las políticas de conservación en las áreas protegidas del Mediterráneo mediante la creación de paquetes ecoturísticos desarrollados utilizando un enfoque colaborativo, tanto a nivel local como regional.

Uno de los resultados relevantes de este proyecto es la actualización del estándar de calidad y sostenibilidad para paquetes turísticos que se ha ido desarrollando y mejorando a lo largo de los proyectos, convirtiéndose en una herramienta que permite hacer un seguimiento integral de los productos ecoturísticos y que ha sido adoptado por la red Mediterranean Experience of Ecotourism (MEET).

Este estándar se ocupa de todos los aspectos necesarios para establecer ofertas ecoturísticas en áreas protegidas. Abarca desde la gobernanza del turismo y la conservación, la calidad del producto y la medición de su huella ecológica hasta el análisis de los impactos socioeconómicos y sociales de los proveedores involucrados en el producto.

 

Estándar MEET

 

Para simplificar la organización de todos los diferentes componentes, el estándar MEET se ha organizado en dos pilares principales: el primero evalúa las condiciones básicas en torno a la gobernanza y la gestión del área protegida, mientras que el segundo aborda la calidad y la sostenibilidad del producto ecoturístico.

La parte que se ha trabajado desde BETA, relacionada con el análisis de la sostenibilidad social, ha partido de la adaptación de metodologías de análisis de ciclo de vida social para cuantificar los impactos sociales positivos y negativos de los productos ecoturísticos.

La metodología propuesta permite medir los impactos sociales que los proveedores de alojamiento, comida, actividades y transporte de los paquetes turísticos imponen sobre distintos grupos sociales relevantes como los trabajadores, la comunidad local, la cadena de valor y los propios turistas de una manera sistemática a la vez que promueve la mejora continua del comportamiento social de los proveedores de los paquetes ecoturísticos.

El resultado de este trabajo es un estándar integrado para evaluar todos los componentes que conducen al establecimiento de una oferta de ecoturismo en un destino ubicado en un área protegida y un sistema de indicadores ligado al estándar que permite comparar y agregar resultados, así como puntos de referencia para mejorar.

Este estándar se ha probado en nueve pilotos ubicados en nueve áreas protegidas de la cuenca mediterránea en el marco del proyecto DestiMED PLUS y actualmente se está desarrollando una plataforma web de monitoreo que permitirá una recogida de datos, evaluación y visualización de los resultados más sencilla para los responsables de la gestión de la sostenibilidad en áreas protegidas.