El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este lunes una serie de medidas para movilizar recursos federales en el marco de la lucha contra el cambio climático tras temperaturas extremas registradas a lo largo del último año.

Según ha indicado en un comunicado la Casa Blanca, el calor extremo supone ya la principal causa de muerte relacionada con el clima en el país norteamericano. "Mi Administración no dejará que los estadounidenses se enfrenten a esto solos", ha dicho antes de confirmar que "movilizará todos los esfuerzos gubernamentales posibles para proteger a los trabajadores, niños y mayores" del clima extremo.

La decisión llega después de que la ola de calor registrada el pasado mes de junio dejara cientos de muertos en Oregón, Washington y la región canadiense de Columbia Británica. Para los científicos, dichas temperaturas serían "inviables" si no fuera por la "acción humana".

 

Las poblaciones afroamericanas, latina y asiática, las más afectadas

 

Las consecuencias de las altas temperaturas no afectan de igual forma a las distintas comunidades, tal y como indica un estudio de la Universidad de California. Así, las poblaciones afroamericanas tienen cinco veces más posibilidades que las familias blancas de acabar viviendo en zonas que se encuentran en las llamadas "líneas rojas". A estas poblaciones se suman la latina y asiática, también más afectadas por las altas temperaturas.

"Millones de trabajadores y trabajadoras estadounidenses se ven expuestos a altas temperaturas en lugares de trabajo y empleos con una alta exposición al calor. Esto es más probable entre poblaciones de color", ha indicado Biden, que ha matizado que el calor supone un mayor peligro en centros urbanos.

En este sentido, ha explicado que los departamentos de Trabajo, Sanidad y Protección Medioambiental "trabajarán junto a otras agencias del Gobierno para garantizar que los estadounidenses cuentan con condiciones de trabajo seguras".

 

99.000 millones de dólares

 

Biden estima que el clima extremo ha costado en el último año a Estados Unidos 99.000 millones de dólares: "tenemos que reconstruir con la resiliencia en mente". "Tenemos que actuar, actuar rápido, para salvar vidas, trabajos, viviendas y construir una economía basada en la energía limpia de cara al futuro", ha manifestado.

Asimismo, ha instado al Congreso estadounidense a lograr un Acuerdo Bipartidista de Infraestructura y sacar adelante la Agenda para una Construcción Mejor para que el país "pueda invertir de forma urgente en lo que las americanas y los americanos necesitan" y crear miles de trabajos nuevos.