Los equipos de bomberos del estado australiano de Nueva Gales del Sur, una de las regiones más meridionales del continente, se enfrenta desde el miércoles al primer gran incendio forestal de la temporada, que avanza sin control desde entonces habían arrasado ya 225 hectáreas.

Mientras se prevén las primera nevadas en las montaña del oeste del estado, el incendio forestal en Duranbah, una de las regiones más al norte de Nueva Gales del Sur, ha reunido a una dotación de seis equipos de bomberos que se afanan para controlar un fuego que podría extenderse varios kilómetros, debido a los fuertes vientos que se esperan en los próximos días.

El Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur ha informado que de momento ninguna población cercana corre peligro y sospechan que el fuego se podría haber originado en una finca privada cuyos dueños no pudieron controlar.

Desde el 1 de julio, informa el periódico The Sidney Morning Herald, el estado ha registrado 702 incendios, tres veces menos que los que se produjeron por estas mismas fechas el año pasado, cuando se contabilizaron 2.224.

A la espera de que se cumplan las previsiones meteorológicas, que alertan de posibles fuertes nevadas en el oeste del estado, el gobierno de Nueva Gales del Sur, ha señalado que hasta la fecha el 4,5% de su territorio hace frente a la sequía.