La isla de La Graciosa, al noroeste de Lanzarote, en las Canarias, es una joya que emerge del Atlántico. Es un paraíso para todos aquellos que huyen del estrés, del ruido y del gentío que inunda las ciudades. Porque en la octava isla de las Canarias las playas y los parajes siguen prácticamente intactos, no hay ninguna carretera asfaltada y por los caminos de tierra solamente transitan caminantes, ciclistas y unos pocos viejos todoterrenos. Desde hace unos años, La Graciosa se ha convertido además en un espacio idóneo para probar nuevas tecnologías que garanticen un desarrollo sostenible.

Llegar a La Graciosa en barco desde el puerto de Órzola, si el oleaje lo permite, es como viajar en el tiempo. La población, de unos 600 habitantes ─que pueden llegar a triplicarse en verano─, se concentra en el núcleo urbano de Caleta de Sebo (el otro asentamiento, transformado en un enclave vacacional, es Pedro Barba). Por detrás de unas pocas casas blancas, se extienden 27,5 kilómetros cuadrados de tierra de la que sobresalen cinco pequeños conos volcánicos. Es la mayor de las islas e islotes que componen el archipiélago Chinijo y depende administrativamente de Lanzarote, de la que la separa un brazo de mar conocido por los locales como El Río.

Una microrred eléctrica inteligente convertirá en productores a los residentes 

Sus características la hacen ideal para convertirse en una isla verde, 100% sostenible, una aspiración para la que trabaja desde 2010 el Gobierno de Canarias. El objetivo de las autoridades es transformarla en un “laboratorio en medio del Océano Atlántico”, un referente mundial de buenas prácticas en materia de energía, potenciando la eficiencia energética, las fuentes renovables y el coche eléctrico.

Actualmente se está llevando a cabo un proyecto de microrred inteligente (smart grid, en inglés) de energía eléctrica, que integrará la producida en el futuro por las fuentes renovables, para conseguir mayor eficiencia energética y una óptima utilización de las fuentes no contaminantes.

Las microrredes suelen operar conectadas al sistema eléctrico, pero con la capacidad de autoabastecerse y funcionar de forma aislada cuando resulte necesario, por lo que reducen la dependencia hacia la red de distribución eléctrica convencional. Son de gran utilidad en sistemas insulares aislados, caracterizados por disponer de redes eléctricas pequeñas y débiles, como es el caso de La Graciosa, y en escenarios de alta penetración de energías renovables.

El objetivo es, por tanto, conseguir una solución de suministro energético limpio para la octava isla canaria y, al mismo tiempo, paliar su dependencia energética: lograr una red más fiable, usar mejor la energía ganando eficiencia y reduciendo costes, diversificar las fuentes y disminuir las emisiones de dióxido de carbono gracias a la integración de las renovables.

Asimismo, se pretende conseguir una mayor participación de los residentes en la generación y venta de energía, es decir, que cada consumidor pueda ser, a la vez, generador, mediante instalaciones fotovoltaicas acompañadas de pequeños aerogeneradores. Si el proyecto funciona, la intención es extenderlo a otras islas mayores sorteando de la mejor manera posible las limitaciones que impone el Real Decreto de Autoconsumo impulsado por el exministro canario del Partido Popular José Manuel Soria.

Pozos negros

De momento, los expertos están estudiando la potencia fotovoltaica instalable y los sistemas de almacenamiento de energía, así como el perfil de los posibles usuarios que, después de aceptar la instalación de paneles fotovoltaicos en los tejados de sus casas, entrarán a formar parte del sistema como productores y no sólo como consumidores.

La iniciativa, bautizada como G.R.A.C.I.O.S.A. (Generación Renovable con Almacenamiento y Consumos Inteligentes para la Operación de redes de distribución con Sistemas de Autoconsumo), está impulsada por Endesa. También forman parte del proyecto el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), adscrito a la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno Canario, y la empresa Win Inertia, especializada en soluciones de almacenamiento energético para redes eléctricas. Y ha contado con el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Ministerio de Economía y Competitividad junto con la cofinanciación por fondos europeos FEDER, que han aportado un millón de euros a través del Programa Interconecta 2015. En su conjunto, el proyecto supondrá una inversión de 2,4 millones de euros.

El Hierro se abasteció al 100% de energías renovables durante 55 horas seguidas

El ITC lleva varios años trabajando en promover un modelo energético para suministrar electricidad a La Graciosa bajo el concepto de microrredes eléctricas inteligentes, modelo en el que ya trabaja en otros proyectos financiados por los programas de investigación de la Comisión Europea, como los proyectos TILOS y SiNGULAR.

Además, las autoridades autonómicas también pretenden impulsar la presencia de coches eléctricos en la isla, instalar placas fotovoltaicas en edificios públicos y desarrollar un proyecto de eficiencia energética mediante geotermia en la Cofradía de Pescadores. Asimismo, han empezado las obras de una red de saneamiento y una estación depuradora de aguas residuales que funcionará a mediados de 2017 con un sistema mixto que combina un humedal artificial de flujo subsuperficial horizontal con aireación prolongada. Resulta paradójico que, mientras se ponen en marcha tan innovadores proyectos, las aguas residuales de las casas de Caleta de Sebo se estén vertiendo a pozos negros y terminen filtrándose en el mar y contaminándolo.

La Graciosa sigue los pasos de El Hierro, la más pequeña y occidental de las islas Canarias, donde el viento y el agua se encargan de proveer de electricidad a sus habitantes gracias a la puesta en marcha de la central hidroeólica de Gorona del Viento. La instalación marcó esta semana un nuevo récord en integración de renovables en la red al permanecer más de 55 horas continuadas abasteciendo la totalidad de la demanda únicamente con fuentes limpias (el logro anterior era de 44 horas).

Desde las 23.29 horas del 10 de julio y hasta las 06.52 horas del 13 de julio, Gorona del Viento suministró el 100% de la energía eléctrica de la isla, ahorrando 83 toneladas de combustible y evitando emitir a la atmósfera más de 240 toneladas de dióxido de carbono. En lo que llevamos de año, la central ha suministrado el 54% de la energía eléctrica de El Hierro. Las Canarias miran al futuro apostando por la sostenibilidad.