Al aeropuerto internacional de Cochin, ubicado en el estado de Kerala, en el suroeste de India, ya no llegan las facturas de electricidad: es el primero del mundo que funciona completamente con energía solar. Y el sistema funciona tan bien que el pasado mes inauguraron una nueva terminal.

Hace tres años que empezó la inversión que ahora da sus frutos. Primero, a modo de prueba, se colocaron paneles solares en el techo de la terminal de llegadas. Más tarde se instalaron 46.150 placas más en una zona cercana, a lo largo y ancho de unas 18 hectáreas. Esta planta fotovoltaica de 12 megavatios de potencia genera la misma energía necesaria para abastecer a unas 10.000 viviendas, según fuentes aeroportuarias.

El ambicioso proyecto ha costado unos 10 millones de dólares
(8,8 millones de euros)

El aeropuerto, que gestiona una asociación público-privada, se desenchufó el pasado 18 de agosto. Desde entonces, la planta genera todos los días más energía de la que necesita la infraestructura y envía el sobrante a la red eléctrica estatal. El ambicioso proyecto, desarrollado por la multinacional alemana Bosch, ha costado unos 10 millones de dólares (8,8 millones de euros), una inversión que será amortizada en menos de seis años.

Además de alimentarse del sol, los paneles comparten espacio con un huerto de agricultura ecológica. Se cultivan productos como las calabazas chinas, los pepinos y unas esponjas vegetales que después se venden en las instalaciones aeroportuarias. En un futuro, los gestores del aeropuerto tienen la intención de crear una marca propia y lanzarla al mercado.

El de Cochin se está convirtiendo en uno de los principales aeropuertos del sur de India. El número de aerolíneas que lo usan y de viajeros transportados no deja de crecer: el pasado año el tráfico aéreo aumentó un 21%, alcanzando los 74.000 pasajeros. Por ello, en febrero fue inaugurada una nueva terminal para vuelos internacionales que estará plenamente operativa en mayo.

Con el fin de hacer frente a sus futuras necesidades energéticas sin perder el estatus de único aeropuerto del mundo alimentado exclusivamente por el sol, los responsables de Cochin han decidido duplicar la capacidad de generación de energía solar: a finales de abril se pondrá en marcha una nueva planta fotovoltaica.

Sin acceso a la electricidad

El buen funcionamiento del proyecto está sirviendo de ejemplo para otros aeropuertos. El de Calcuta, más grande y con más tráfico aéreo que el de Cochin, planea construir este año una planta solar de 28 hectáreas para reducir en un tercio sus facturas de electricidad. Fuera del país, Liberia está interesada en imitar sus pasos para el aeropuerto de su capital, Monrovia, y el aeropuerto de George, situado en la provincia del Cabo Occidental (Sudáfrica), se ha convertido en el primero del continente africano en utilizar energía solar. En una primera fase, los paneles proporcionarán el 41% de la demanda energética del aeródromo, por el que pasan unos 600.000 pasajeros al año. Una vez completado, será totalmente independiente de la red eléctrica.

La energía solar pasa por su mejor momento a escala mundial gracias a la reducción de los costes y a las mejoras tecnológicas. En India, los precios ya compiten con los del carbón y la convierten en una opción viable para la tercera economía más grande del planeta, que sólo consume el 6% de la energía mundial y donde uno de cada cinco habitantes –240 millones de personas– no tiene acceso a la electricidad, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

El gobierno indio se ha marcado alcanzar los 175 GW de capacidad renovable en 2022

Impulsar la energía solar y reducir la dependencia excesiva del petróleo y del carbón –que proporciona el 60% de la producción energética de la India– sería una muy buena noticia para el medio ambiente. Sin embargo, el primer ministro del país, Narendra Modi, pretende multiplicar por dos el uso de carbón de aquí a 2020 con el fin de conseguir el acceso a la electricidad de la mayor parte de la población lo más rápido posible.

Según la AIE, de salir adelante estos planes, India, que hoy es el tercer emisor de gases de efecto invernadero tras China y Estados Unidos, relevará a su vecino asiático del norte como primer consumidor mundial de carbón, de la misma forma que lo superará en número de habitantes, convirtiéndose con ello en el país más poblado del planeta.

Una de cal y otra de arena: India mantiene e incluso acrecienta su hambre de combustibles fósiles, pero también impulsa tecnologías de bajas emisiones de carbono con proyectos como el del aeropuerto de Cochin para conseguir su compromiso de generar el 40% de la electricidad a partir de energías renovables para 2030. El gobierno de Nueva Delhi se ha marcado alcanzar los 175 gigavatios (GW) de capacidad renovable en 2022 (sin contar la energía hidráulica). Ello supondría un enorme salto cuantitativo y cualitativo. Actualmente, la potencia total renovable instalada en el país es de 37 gigavatios.