Tras un periplo de 6.000 quilómetros que lo llevó desde el norte de Suiza a Ouarzazate (sur de Marruecos) y de nuevo a Suiza sin emplear una sola gota de combustible, el avión Solar Impulse, pilotado por el psiquiatra y aventurero suizo Bernard Piccard, aterrizó ayer martes a las 20.30 horas locales en el aeródromo de la localidad helvética de Payerne, donde tiene establecida su base.

En la base lo esperaban cientos de personas, entre ellas el expiloto militar André Borschberg, el otro gran impulsor del proyecto, que se fue turnando con Piccard en la conducción del Solar Impulse –que sólo puede llevar un pasajero– en el viaje intercontinental hasta Marruecos.

El vehículo se propulsó durante todo el recorrido, que desarrolló en ocho etapas de una distancia media de 750 quilómetros, únicamente mediante la energía generada por las placas fotovoltaicas que recubren su fuselaje y ala, que acciona los motores eléctricos de sus cuatro hélices tanto de día como de noche.

El prototipo HB-SIA desarrollado por técnicos suizos ya había llevado a cabo viajes desde el país alpino a Francia y Bélgica, e incluso había realizado en 2010 un vuelo ininterrumpido durante 26 horas que demostró su eficacia para funcionar también sin problemas en ausencia de luz natural.

En esta ocasión, el reto era viajar entre Europa y África con las menos escalas posibles, enfrentando al aparato a situaciones meteorológicas mucho más difíciles –como las que se registran en la cordillera norteafricana del Atlas–, que la nave atravesó en el marco del proyecto bautizado comoCruzando fronteras.

El viaje se inició el 24 de mayo, y los ocho vuelos en los que se dividió han sumado en total 13 horas y 29 minutos en el aire. El avión atravesó cuatro países en el primer vuelo intercontinental de un avión impulsado únicamente por la energía solar. Entre las escalas, se realizó una en Madrid y otra en Toulouse (Francia).

El HB-SIA tiene una envergadura de alas de 63,40 metros, mide 21,85 de largo y pesa 1.600 quilogramos. Cubren su piel 11.628 células fotovoltaicas (10.748 en su larga ala y 880 en el estabilizador horizontal) que alimentan sus cuatro motores eléctricos silenciosos. Puede alcanzar una velocidad de 70 quilómetros por hora y una altura de 8.500 metros.

"Ha sido una aventura extraordinaria no sólo por lo que hemos logrado con este avión, que originalmente sólo se diseñó para demostrar la posibilidad de volar día y noche con una energía completamente solar, sino también porque se ha traducido en un equipo bien fusionado", se felicitó Borschberg.

Este equipo, que incluye a 30 ingenieros, 25 técnicos y 22 controladores de la misión, trabaja desde hace tiempo en un nuevo prototipo con el que pretende realizar la vuelta al mundo en 2014.

El HB-SIB se comenzó a construir en 2011, aprovechando las lecciones aportadas por su antecesor. Su cabina es más amplia y cómoda, y podrá estar en el aire entre cuatro y seis días seguidos.

El empleo de la nanotecnología y de fibras de carbono de una ligereza jamás vista le permitirán viajar más tiempo y más lejos. Está previsto que su primer vuelo se realice durante la primavera de 2013 y que intente la vuelta al mundo entre abril y julio de 2014.

El vuelo a Marruecos permitió al Solar Impulse aumentar la conciencia sobre el potencial de la energía fotovoltaica y apoyar un proyecto de la Agencia Marroquí de Energía Solar cuyo objetivo es la construcción de una planta termosolar en la región de Ouarzazate.