Abrir el grifo y dejar correr unos minutos el agua hasta que alcance la temperatura deseada puede costar muy caro, no sólo por los euros de más de la factura del gas o la electricidad, sino también porque este elemento es un recurso vital que escasea cada vez más. Para no malgastarla no es necesario pasar frío, como defendía el actual comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, en su época de ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Basta con emplear un cubo u otro recipiente para recoger y reutilizar ese agua

Partiendo de este planteamiento, la empresa española Esferic Better Things propone una solución mucho más cómoda: una “regadera plegable”. Se trata de una bolsa capaz de ahorrar hasta tres litros y medio de agua por ducha, cuando la cantidad promedio que se desperdicia esperando a que suba la temperatura es de entre tres y seis litros, según informa la compañía.

El dispositivo permite reutilizar tres litros por ducha, de los hasta seis que se pierden

La bolsa recoge el agua fría, que de otra forma se marcharía por el sumidero, la guarda –puede colgarse en el grifo– y permite transportarla hasta su destino final. Así, puede emplearse para usos domésticos como regar las plantas o fregar el suelo. El invento también puede aplicarse a otras actividades en las que se pueda desperdiciar el líquido.

La bolsa en forma de regadera está confeccionada con poliuretano termoplástico –también conocido como TPU (por las iniciales en inglés de Thermoplastic Polyurethane)–, un material de elevada resistencia y con un alto nivel de elasticidad y durabilidad. El diseño del recipiente es funcional, original y fácil de utilizar.

El producto ya ha sido comercializada en España a través de la página web de la empresa, que admite que “hay cosas que mejorar en el proceso de fabricación con el fin de hacerlo más competitivo y profesional” porque “si no pensamos a lo grande nos encontraremos con el riesgo de dejar este proyecto en sólo una buena idea”.

Por ello, los promotores de esta idea han acudido al micromecenazgo a través de la plataforma Kickstarter. Con la campaña #WaterDrop (#LaBolsaDelAgua en español) buscan patrocinadores para impulsar este proyecto sostenible con el objetivo de extenderlo en el mercado internacional, concienciar al mundo de la necesidad de un cambio de hábitos en el uso del agua y crear una comunidad de consumidores sensibilizados con el despilfarro de este recurso. A pocos días de finalizar la campaña, el 4 de enero, ya han conseguido superar la meta de 15.000 euros. 

Sentido común

Además de impulsar la patente, la empresa busca recaudar una cifra inicial de 15.000 euros para desarrollar una aplicación móvil que mida el ahorro de agua a nivel individual y mundial que se consigue mediante el uso del dispositivo. “Nuestro objetivo no es sólo la venta de una bolsa que ahorra agua. Queremos cambiar un comportamiento. Queremos crear una comunidad de ahorro de agua enorme, un movimiento social construido sobre el sentido común. Con la gente que valora las cosas importantes”, proclama la empresa.

La falta de acceso al agua potable es una lacra que afecta al 40% de los habitantes del planeta, de acuerdo con las estimaciones de las Naciones Unidas. Y se trata de una cifra en aumento como consecuencia de los efectos del cambio climático. La mayoría de estas personas habitan en zonas marginales y rurales de los países más desfavorecidos, una situación que les atrapa en un ciclo de pobreza y enfermedades: cerca de 1.000 niños menores de cinco años mueren cada día a causa de enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento, tal y como recoge la ONU en un reciente informe.

El 40% de la población mundial carece de acceso adecuado a líquido potable

“Para muchas comunidades, el acceso al agua potable se ve amenazado a diario por factores como el desvío de cursos fluviales, la expropiación de tierras, la contaminación ilegal y/o los efectos nocivos de las industrias extractivas. Mientras tanto, en muchas partes del mundo, las mujeres y los niños se ven obligados a caminar largas distancias para la recogida de agua y la eliminación de residuos y, a menudo, están expuestos a hostigamiento, ataques, violencia y violaciones durante el camino. En algunos países, la falta de saneamiento obliga a los padres a retirar a sus hijos, especialmente las niñas, de las escuelas”, desvela el informe.

El agua es el recurso natural más importante, pero no ha sido hasta hace poco, hasta que empezado a planear la amenaza de su escasez, que se ha puesto el foco sobre el mismo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en sus siglas en inglés) advirtió de que la falta de este elemento es uno de los problemas más urgentes de seguridad alimentaria en los países de Oriente Próximo y África del Norte, dado que se espera una disminución del 50% de la disponibilidad de agua dulce en la región para 2050.

Buena nota de ello han tomado grandes bancos y fondos de inversión que ya han empezado a invertir masivamente en reservas de agua dulce y en las infraestructuras que las gestionan con el mismo objetivo de siempre: especular con el bien cuando falte. Y los especialistas en política internacional llevan años augurando futuras guerras del agua.

Ante tal escenario, no está de más ser conscientes del lujo del que disfrutamos una minoría de la humanidad, pues con sólo abrir el grifo obtenemos este líquido tan preciado en la cantidad que se nos antoje. ¿Por qué no contribuir a conservarlo con un simple gesto, un pequeño cambio de hábito, como ducharse acompañado de una bolsa-regadera?