España, como una de las mayores potencias pesqueras de la Unión Europea, tiene acceso a unos extensos recursos marítimos en su Zona Económica Exclusiva (ZEE). Sin embargo, estas aguas están sujetas a la regulación de la Política Pesquera Común (PPC) de la Unión Europea, un marco normativo diseñado para garantizar la sostenibilidad de las pescas mediante límites de capturas (TAC, por sus siglas en inglés) y cuotas específicas para cada Estado miembro.
La PPC, vigente desde los años 70 y reformada en profundidad con el Tratado de Lisboa en 2009, regula quién pesca, qué especies puede capturar y en qué cantidades. Este sistema intenta prevenir la sobreexplotación, pero también condiciona el pescado que finalmente llega a los mercados y, por ende, a las mesas de los consumidores.
En España, los sistemas de intercambio de cuotas entre países permiten flexibilidad, pero a menudo priorizan intereses económicos sobre la conservación o la diversificación del pescado disponible en los mercados.
Las pesquerías y las especies clave
En un reciente estudio, hemos analizado la evolución de la industria pesquera española durante la última década en el marco de la PPC. Para ello, seleccionamos tres especies representativas por su valor comercial y su relevancia en los mercados españoles: bacalao, merluza y anchoa. A través de estas especies, mostramos cómo las cuotas influyen en las capturas, los desembarcos y la disponibilidad local.
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Bacalao (Gadus morhua): aunque las cuotas han aumentado desde 2010, las cantidades desembarcadas en puertos españoles han disminuido considerablemente. Esto sugiere que una parte significativa de las capturas se destina a otros mercados internacionales. Sin embargo, el precio por tonelada ha aumentado, lo que indica una demanda persistente aunque limitada por la oferta.
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Merluza (Merluccius merluccius): durante el período analizado, la merluza presentó una evolución más estable, con picos en los desembarcos hasta 2016. En los últimos años, hemos observado una disminución, reflejo de desafíos en la gestión de cuotas y cambios en las dinámicas de mercado.
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Anchoa (Engraulis encrasicolus): encontramos que tanto las capturas como los desembarcos han excedido con frecuencia las cuotas asignadas, planteando preocupaciones sobre la sostenibilidad del stock. Aunque la cantidad disponible ha aumentado, el precio por tonelada ha disminuido, lo que indica un exceso de oferta y un menor valor percibido en el mercado.
Impacto económico y sostenibilidad
El sistema de cuotas ha tenido un impacto económico desigual. Aunque el precio por tonelada de ciertas especies ha aumentado, las cantidades totales desembarcadas han disminuido, lo que ha reducido los ingresos generales del sector pesquero en España.
Esta situación genera una paradoja: mientras se captura menos, las políticas intentan compensar con precios más altos para los consumidores. No obstante, esto no siempre beneficia a los pescadores, quienes enfrentan altos costes operativos y fluctuaciones en la demanda.
Por ello, observamos que la Política Pesquera Común, diseñada para garantizar tanto la sostenibilidad biológica como económica, presenta limitaciones en su implementación. En el caso de la anchoa, por ejemplo, existe un incumplimiento recurrente de las cuotas asignadas, lo que pone en entredicho la efectividad de las políticas actuales.
Además, la oferta en el mercado interno no siempre refleja la diversidad que el sector pesquero español podría proporcionar, ya que se priorizan los intereses económicos globales sobre el consumo local.
La Política Pesquera Común necesita ajustes
Podemos concluir, por tanto, que el pescado que llega a las mesas de los consumidores españoles no depende únicamente de sus preferencias, sino de un sistema complejo de regulación, comercio internacional e intercambio de cuotas. La PPC, aunque eficaz en términos generales, necesita ajustes para alinear la sostenibilidad biológica con las necesidades del mercado local y la diversificación de las especies disponibles.
Para garantizar un acceso equilibrado a los recursos marinos y respetar las preferencias de los consumidores, es crucial reformar las políticas actuales, priorizando la sostenibilidad a largo plazo y promoviendo un mercado más transparente y diverso.
El desajuste entre las cuotas, las capturas reales y los desembarcos evidencia la influencia de factores externos, como los mercados internacionales y las políticas de intercambio de cuotas. Esto plantea una cuestión clave: ¿pueden los consumidores realmente elegir su pescado, o están sujetos a las decisiones tomadas en el marco regulador europeo y global?
Para garantizar un acceso equilibrado a los recursos marinos y respetar las preferencias de los consumidores, es crucial reformar las políticas actuales, priorizando la sostenibilidad a largo plazo y promoviendo un mercado más transparente y diverso.