Es un híbrido de trigo duro y de una variedad de cebada silvestre, pero no es un transgénico. Su rendimiento es similar al del trigo, pero resiste mejor los cambios de temperatura. Y permite elaborar cualquier producto de panadería o pastelería haciendo más fácil su digestión. Se trata del Tritordeum, un cereal desarrollado por investigadores españoles del que ya se cultivan cientos de hectáreas en nuestro país e Italia.

Según la empresa Agrasys, que lo comercializa con la licencia exclusiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que obtuvo en 2006, se trata del segundo cereal desarrollado por el hombre, después del Triticale (híbrido de trigo y centeno), y el primero apto para el consumo humano, pues aquél solamente se destina a la alimentación de ganado. Agrasys, con sede en el Parque Científico de Barcelona, fue fundada por investigadores del (CSIC) y por la multinacional Dupont para desarrollar ésta y otras variedades vegetales.

El alimento se ha obtenido con cruces como los producidos en la naturaleza

El Tritordeum es el resultado de los cruces entre diversos linajes de trigo duro y de Hordeum chilense, una cebada salvaje originaria de América del Sur que se adapta a muy distintas altitudes, desde la alta montaña hasta el nivel del mar, y que para realizar los experimentos tuvo que ser recolectada en cinco expediciones a caballo realizadas en Chile y Argentina.

El nuevo cereal fue creado en 1977 por un grupo de investigadores del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba (dependiente del CSIC) que dirigía el profesor Antonio Martín, y en 2008 se registró la primera línea de Tritordeum a nivel europeo (en la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales, CPVO) con el nombre de Aucan.

Pero no fue hasta el año pasado, cuando se registró en la CPVO una segunda variedad, el Bulel, que el cereal, que es una “especie cultivada natural, sin modificación genética” muy resistente al estrés de calor, la sequía y el ataque de los hongos, estuvo listo para su salida al mercado bajo la marca registrada Tritordeum Vivagran. Aucan y bulel son palabras de la lengua mapuche, el pueblo que habita en las zonas originarias del Hordeum chilense.

“No es un alimento transgénico”, quiere remarcar la directora de Agrasys, Pilar Barceló. Se ha obtenido mediante cruces, como los que se producen en la naturaleza y los que llevan perfeccionando los agricultores desde hace miles de años, aunque en este caso acelerando el proceso de selección gracias a las últimas tecnologías.

 

No apto para celíacos

 

Los procedimientos empleados para hacerlo posible han sido la polinización cruzada y el rescate de embriones para su selección. El programa de mejora iniciado a finales de los años 70 implicó la combinación de más de 80 líneas de trigo duro y más de 100 de la cebada silvestre americana, que permitieron desarrollar 250 líneas de Tritordeum.

Aunque, por contener gluten, no es apto para celíacos, sí lo es para aquellas personas con intolerancia no celíaca a esta proteína. Su nivel de proteínas no digestibles es mucho más bajo que el del trigo o la espelta, y aporta 10 veces más luteína, un pigmento antioxidante de la familia de los carotenoides que favorece la salud ocular –protege los ojos de la radiación solar y actúa contra la degeneración macular– y que también podemos encontrar en algunas verduras y hortalizas.

Unas 300 panaderías españolas e italianas emplean ya el producto cultivado en 750 ha

Asimismo, según sus creadores, y gracias a algunos de sus componentes, el nuevo cereal favorece la función intestinal y combate la obesidad y la diabetes, reduce la incidencia del cáncer de colon y mejora la salud cardiovascular.

Entre las 250 líneas primarias del Tritordeum de las que se dispone ya en los bancos de germoplasma las hay con altos niveles de fibra soluble, antioxidantes fenólicos y microelementos, y se trabaja en el desarrollo de nuevas líneas en las que se pueda perfeccionar la presencia de almidón, azúcares, tocoles y vitaminas y de distintas proteínas.

Actualmente, el producto, de espigas alargadas con semillas llenas de alto contenido proteico, se cultiva sobre 750 hectáreas de fincas de agricultura convencional y ecológica de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Cataluña y sur de Italia, y es utilizado ya en unas 300 panaderías españolas e italianas para la confección de productos tanto dulces como salados.