Un equipo internacional de 17 investigadores e investigadoras alerta de que las adaptaciones costeras a escala mundial son "graduales", cortas de miras e inadecuadas para abordar las causas profundas de la vulnerabilidad al cambio climático, según un documento que publican en la revista Nature Climate Change (1), en el que reclaman medidas urgentes para hacer frente a las amenazas del cambio climático en las zonas costeras.

 

Proyectos miopes sin abordar las causas profundas

 

El profesor Robert Nicholls, catedrático de Adaptación Climática de la Universidad de East Anglia (UEA) en Reino Unido, explica que "análisis recientes concluyen que, a pesar de la adaptación emprendida en todas las regiones y sectores, la acción global sigue siendo incremental en escala: las políticas y los proyectos suelen ser miopes y centrados en un único peligro, no abordan adecuadamente las causas profundas de la exposición y la vulnerabilidad, y su seguimiento es deficiente. También hay pocas pruebas de una reducción efectiva del riesgo en relación con las respuestas aplicadas", añade.

Hay pocas pruebas de una reducción efectiva del riesgo en relación con las respuestas aplicadas

Para hacer frente a estos problemas, los expertos afirman que es necesaria una acción decisiva por parte de la comunidad política internacional para identificar y abordar las prioridades globales en áreas de riesgo clave en todos los países.

Evaluar la adaptación al clima es una cuestión científica y política candente porque, dado que el riesgo climático mundial actual se multiplicará por dos o por cuatro a finales de este siglo en función de la trayectoria de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, necesitamos conocer la situación actual para hacer frente a sus consecuencias

ALEXANDRE MAGNAN, doctor investigador del IDDRI, primer autor del documento

El doctor Alexandre Magnan, del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) y primer autor del documento, apunta que "evaluar la adaptación al clima es una cuestión científica y política candente porque, dado que el riesgo climático mundial actual se multiplicará por dos o por cuatro a finales de este siglo en función de la trayectoria de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, necesitamos conocer la situación actual para hacer frente a sus consecuencias".

"Se necesitan urgentemente métodos nuevos y alternativos para evaluar la adaptación con el fin de llevar a cabo una planificación y una acción eficaces, evidenciar la reducción del riesgo, las capacidades y crear una visión a largo plazo", añade.

El documento examinó 61 estudios de casos costeros para desarrollar una perspectiva localmente informada sobre el estado de la adaptación costera mundial. Se analizaron tanto los fenómenos extremos como el cambio climático de baja intensidad, incluida la erosión costera, las inundaciones marinas, la subida del nivel del mar y los fenómenos extremos, la salinización del suelo y las aguas subterráneas, las inundaciones interiores provocadas por fuertes precipitaciones y el deshielo del permafrost.

 

Planes de adaptación limitados

 

Aunque las estrategias para las zonas costeras urbanas suelen estar más avanzadas que las rurales, los expertos y expertas señalan que los planes de adaptación a largo plazo siguen siendo limitados y concluyen que la adaptación costera mundial actual se encuentra a medio camino del pleno potencial de adaptación. Tomando como ejemplo la subida del nivel del mar, expertas y expertos afirman que los riesgos para las costas bajas son ya detectables.

Expertas y expertos afirman que los riesgos para las costas bajas de la subida del nivel del mar son ya detectables

El profesor Nicholls alerta de que "a finales de siglo y en ausencia de esfuerzos ambiciosos de adaptación, estos riesgos serán significativos, generalizados y posiblemente irreversibles en los atolones y las costas árticas. Las estimaciones más bajas para los deltas siguen siendo preocupantes dado el tamaño de la población de estas geografías y su importancia económica a escala mundial".

A finales de siglo y en ausencia de esfuerzos ambiciosos de adaptación, estos riesgos serán significativos, generalizados y posiblemente irreversibles en los atolones y las costas árticas. Las estimaciones más bajas para los deltas siguen siendo preocupantes dado el tamaño de la población de estas geografías y su importancia económica a escala mundial

ROBERT NICHOLLS, doctor invetigador del IDDRI, primer autor del documento

El grupo de expertos y expertas elaboró un juicio cualitativo estructurado, el Global Adaptation Progress Tracker (GAP-Track) (2), para evaluar los esfuerzos de adaptación, los avances y las lagunas, como parte del marco del Objetivo Global de Adaptación establecido en virtud del Acuerdo de París en 2015.

Según Magnan, "los países siguen luchando por encontrar una manera de hacer operativo el Objetivo Global de Adaptación y de llevar a cabo la serie de Inventarios Globales (GST, por sus siglas en inglés) que pretende hacer un seguimiento colectivo de los avances y las lagunas en materia de adaptación, con una primera iteración prevista para la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos".

"La evaluación multidimensional y de base local desarrollada en este estudio para la adaptación costera confirma la necesidad de ampliar drásticamente la política y la acción de adaptación en todo el mundo, desde los gobiernos locales y las partes interesadas hasta el ámbito de la política climática internacional --prosigue--. Sostenemos que el enfoque desarrollado en este documento puede desempeñar un papel decisivo para ayudar a perfeccionar tanto los objetivos como las prioridades".

Referencias