Cien mil corderos están siendo enviados desde España a Arabia Saudí para el Ramadán. Sufrirán un viaje en barco agónico de diez días para ser finalmente brutalmente sacrificados sin aturdimiento. 

La Interprofesional del Ovino y Caprino de Carne (Interovic) ha firmado un acuerdo con el país árabe para enviar 100.000 corderos vivos a lo largo del mes coincidiendo con la fiesta del cordero y del Ramadán. Esta operación supone un balón de oxígeno para los ganaderos españoles, cuyas ventas habían caído en picado debido a la pandemia, pero estuvo a punto de cancelarse, y parece ser que tuvo que intervenir el mismo Felipe VI para poder salvar el acuerdo, según informó El Confidencial.

Tras un largo viaje hacinados en camiones desde los cebaderos situados principalmente en Castilla y León y, una vez en el puerto en el Mediterráneo, "los animales son lanzados por los operarios, agarrados por las patas para evitar que retrocedan y lograr que suban a los barcos", denuncia la organización animalista Igualdad Animal. Los corderos son animales temerosos que se suelen paralizar cuando tienen miedo, lo que hace que los trabajadores los tengan que forzar a embarcar.

Una vez a bordo, los corderos han de soportar un viaje de 10 días en el que no se garantiza que se cumplan las normas básicas de bienestar animal de la Unión Europea, dado que las naves son de bandera saudí o de otros países de Oriente Medio.

Al llegar al país árabe están obligados a pasar una cuarentena de 15 días para garantizar que no portan la brucelosis, hasta que son llevados al matadero donde tendrán que soportar una muerte agónica. Serán sacrificados siguiendo el rito halal que exige que los animales, tras ser degollados mirando en dirección a La Meca, se desangren estando plenamente conscientes.

Halal y kosher: crueles ritos musulmanes y judíos

El propio sector apunta a que este año se van a enviar a países musulmanes del norte de África y Oriente Próximo más de 250.000 corderos con motivo del Ramadán que se celebra hasta el 24 de mayo, y la fiesta del Sacrificio del Cordero.

Precisamente, Bélgica, Suecia, Noruega, Austria, Estonia, Suiza, Lituania, Islandia y Dinamarca han aprobado ya la prohibición de los ritos de sacrificio de animales que imponen las religiones musulmana y judía, en las que las reses o aves mueren degolladas con un cuchillo afilado mientras se pronuncian frases rituales y se desangran lentamente  sin haber sido objeto de ningún tipo de aturdimiento previo que limite su estado de consciencia y por tanto su sufrimiento.

Musulmanes y judíos no pueden comer alimentos no autorizados por sus credos (lo que sí pueden ingerir se designa como halal en el caso islámico y kosher en el hebraico). Las normas son especialmente complejas en el caso de la fe hebráica.