Tres años y ocho meses después de la invasión rusa de Ucrania, el conflicto permanece encallado en una eterna guerra de desgaste y acusaciones mutuas entre ambos bandos.
Los ataques con drones a las retaguardias y las ofensivas sobre infraestructuras energéticas tomarán una nueva importancia con la llegada del frío, mientras los esfuerzos en el campo diplomático tienen escaso éxito por el momento.
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Mapa de la guerra en Ucrania a 27 de octubre de 2025 / Imagen: EA El principal esfuerzo bélico de ambas partes se centra en un intercambio de bombardeos y drones, con especial efecto sobre la sociedad civil de ambos bandos. El lanzamiento de enjambres de centenares de drones se convierte en una rutina por ambas partes, para las que la defensa antiaérea resulta un elemento capital para la supervivencia.
Todo el territorio ucraniano es víctima de los ataques generalizados de Moscú, mientras que Rusia sufre con especial frecuencia ofensivas ucranianas en las regiones fronterizas y en la Península de Crimea, anexionada por el Kremlin en 2014. En uno de dichos ataques Moscú ha informado de la muerte de cinco personas en Krasnogorsk, cerca de la capital rusa.
La lucha de ambos bandos tiene como objetivo primordial el sector energético, un arma de guerra decisiva según se aproxima el invierno. Resultan de crucial importancia el mantenimiento del surtido eléctrico y las instalaciones petrolíferas y gasísticas. Un ejemplo de este tipo de ataques lo ha sufrido la región fronteriza ucraniana de Chernigov, donde ha desaparecido el suministro eléctrico por un ataque ruso.
Para contrarrestar este tipo de problemas energéticos, Kiev ha previsto la importación de gas natural procedente de Estados Unidos en el caso de que los ataques a su sistema energético lo hicieran necesario para enfrentarse a una eventual escasez.
Los combates en el frente
La guerra en el frente mantiene su tendencia estable, con ligeros avances rusos a gran precio. El Kremlin proclama un progresivo avance en el Donetsk, con la toma de una nueva población, Dronivka. También menciona avances en otras provincias ucranianas sobre las que Moscú apenas mantiene el control de mínimos enclaves, como Jarkov o Dnipropetrovsk. Especial relevancia podría tener el avance ruso sobre la estratégica ciudad de Kupiansk, al este de la región de Jarkov.
A pesar de la exitosa proclama de Rusia, la llegada del otoño y el mal tiempo van complicar el avance en el frente. La lluvia, niebla y barro van a dificultar los movimientos, y la menor cobertura vegetal otoñal va a reducir la protección de las tropas con respecto a los drones; factores todos que complicarán la ofensiva del ejército ruso los próximos meses.
Las conversaciones para un alto el fuego y política internacional
En el contexto internacional, permanece la tensión generalizada con Rusia. En el plano OTAN, Lituania ha denunciado la presencia de aviones rusos sobre su territorio, lo que ha provocado el despliegue de dos cazas españoles en respuesta a dicha intromisión. La Alianza Atlántica también habría lanzado un nuevo programa de compra de armamento a Estados Unidos para ayudar a Ucrania en la guerra.
Por su parte, el presidente ucraniano prosigue con la ronda de reuniones con los mandatarios europeos que le apoyan. En esta ocasión, Zelenski ha realizado una gira por el Reino Unido donde se ha reunido con el rey Carlos III y con el primer ministro británico, Keir Starmer.
El tercer gran actor del conflicto, Estados Unidos, ha anunciado sanciones económicas contra las dos mayores petroleras rusas, lo que ha propiciado el aumento del nuevo clima de tensión entre ambos países. Los desencuentros entre Trump y Putin tras la reunión mantenida en Alaska han culminado en la cancelación de un nuevo encuentro entre ambos mandatarios.
Tras conversaciones entre el líder de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, y su homólogo ruso, Serguei Lavrov, se acordó cancelar la reunión que se había programado en Budapest, aunque permanece abierta la puerta a nuevas negociaciones que solventen el desencuentro.



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