El equilibrio de fuerzas nucleares y la contención en el desarrollo armamentístico ha dado pie en las últimas décadas a varios acuerdos entre Estados Unidos y Rusia, el más reciente de ellos el conocido como Nuevo START, que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha dejado en suspenso con un simbólico discurso a la nación.

El primer Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés) data de hace más de tres décadas. La descomposición de la Unión Soviética reconfiguró las relaciones entre Washington y Moscú y, tras el pulso de la Guerra Fría, llegó el momento de ciertos gestos, también en materia armamentística.

El texto inicial suscrito en 1991 ha dado pie a sucesivos intentos y renovaciones que alcanzaron su punto álgido en 2010, cuando Barack Obama, entonces presidente de Estados Unidos, y Dimitri Medveded, a los mandos de Rusia en ese momento, suscribieron la tercera versión del START.

 

Un límite más ambicioso

 

Entró en vigor al año siguiente y establece un límite más ambicioso que el de acuerdos anteriores. Limita a 1.550 las ojivas nucleares que los dos países pueden tener desplegadas y, pese a que las dos partes se han cruzado críticas durante estos últimos años, técnicamente habían acordado prolongar estos compromisos hasta febrero de 2026.

El tratado contempla garantías en materia de inspecciones y transparencia, en la medida en que cada una de las dos potencias firmantes necesita tener claro que la otra está cumpliendo su parte. El Departamento de Estado norteamericano recoge en su página web datos de septiembre de 2022 y que avalan dicho cumplimiento: con 1.420 ojivas por parte de Estados Unidos y 1.549 en el caso de Rusia.

Sin embargo, en enero de este año la Administración de Joe Biden acusó a Moscú de incumplir los términos acordados, al vetar la presencia de inspectores en sus territorios tras la teórica vuelta a la normalidad tras una fase de paralización por la pandemia de COVID-19 y ya con la ofensiva militar en Ucrania en pleno apogeo.

Una hipotética ruptura del Nuevo START implicaría los arsenales de las dos mayores potencias nucleares del mundo no tendrían ninguna limitación por primera vez desde la década de 1970, en plena Guerra Fría. Putin, por ahora, se ha limitado a "suspender la participación" de Rusia, alegando que por ahora no es un "abandono".

El presidente ruso ha esgrimido en varias ocasiones la amenaza nuclear desde que dio orden de iniciar la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2021. Este martes, ha señalado que Rusia "debe estar preparada para realizar ensayos nucleares si Estados Unidos los lleva a cabo primero".