El IX Informe FOESSA (1) sobre pobreza y exclusión social ha ofrecido conclusiones desoladoras sobre la fragmentación social y contracción de la clase media en España.
Se estima que la exclusión severa ya afecta a 4,3 millones de personas y que, progresivamente, muchas familias han caído a estratos inferiores de integración social en un creciente proceso de desigualdad que perpetúa la pobreza
Este informe estima que la exclusión severa ya afecta a 4,3 millones de personas y que, progresivamente, muchas familias han caído a estratos inferiores de integración social en un creciente proceso de desigualdad que perpetúa la pobreza.
La situación de pobreza y exclusión en España
Pobreza y exclusión en España hasta 2025 / Mapa y gráficos: EA Los últimos datos ofrecidos muestran que sólo el 45,0% de la población goza de un grado de integración plena, dato que supone casi 3,5 puntos menos que el arrojado en el anterior informe publicado en 2018. Este flujo de personas que han caído a un estrato inferior es absorbido por las que se encuentran en un grado de integración precaria (35,7%) y las que sufren una exclusión moderada (10,5%). La situación más grave es padecida por el 8,8% de la población, que se encuentra en exclusión severa y que conforma esos 4,3 millones de personas que antes se han mencionado, dato un 52% por encima del registrado en 2007.
La población en situación de exclusión severa se incrementó en dos décimas hasta el 8,8% y el total de población en situación de exclusión creció un punto hasta alcanzar el 19,3% del total, por lo que podría afirmarse que una de cada cinco personas en España está en riesgo de exclusión
Al observar la evolución cronológica de la población en riesgo de exclusión social no estamos ante un progreso positivo en el último informe. Si bien en 2018 la situación se rebajó desde los máximos alcanzados en 2013, en un estudio posterior a la gran crisis económica, en la comparación con el último informe anterior a la pandemia los datos han repuntado. La población en situación de exclusión severa se incrementó en dos décimas hasta el 8,8% y el total de población en situación de exclusión creció un punto hasta alcanzar el 19,3% del total, por lo que podría afirmarse que una de cada cinco personas en España está en riesgo de exclusión.
La vivienda inaccesible y el empleo precario son los grandes impulsores de este proceso de exclusión. Casi la mitad de la población activa se encuentra en situación de precariedad laboral y el 45% de los que viven en régimen de alquiler sufre riesgo de pobreza
Para los autores del estudio, la vivienda inaccesible y el empleo precario son los grandes impulsores de este proceso de exclusión. Casi la mitad de la población activa se encuentra en situación de precariedad laboral y el 45% de los que viven en régimen de alquiler sufre riesgo de pobreza.
Evolución de la exclusión por colectivos
Las personas en situación de exclusión severa cada vez sufren un mayor aislamiento, dato que se ha multiplicado desde la última referencia hasta el 16,6%. Esto supone que los escudos sociales y colchones familiares que anteriormente permitían rescatar a los excluidos son cada vez más débiles.
Esta compleja situación afecta en mayor medida a algunos colectivos especialmente vulnerables. Así, se ven penalizados en mayor medida los hogares encabezados por mujeres y la población de origen inmigrante, donde casi la mitad se encuentra en riesgo de exclusión, situación que se agrava si la persona está en situación irregular.
Todo este contexto nos lleva a afirmar que, por primera vez, parece que la generación actual vivirá peor que sus progenitores
Otro colectivo especialmente afectado es la infancia y juventud. Los menores de edad sufren una tasa de pobreza del 29%, la mayor de todos los grupos de edad, y la precariedad laboral golpea con especial dureza a la juventud, que accede a peores empleos y con salarios inferiores que otras personas de mayor edad. Todo este contexto nos lleva a afirmar que, por primera vez, parece que la generación actual vivirá peor que sus progenitores.
La exclusión social por Comunidades
Estos datos también se han registrado por Comunidades Autónomas, lo que nos permite observar una concentración de las personas en riesgo de exclusión en la mitad sur de España.
Melilla tiene el 31,3% de su población en riesgo de exclusión y, en Ceuta, el 29,5% de personas se encuentra en la misma situación. También Canarias está por encima del 25% (25,5%) de sus habitantes en riesgo de exclusión
Las dos Ciudades Autónomas sufren la situación más grave. Melilla tiene el 31,3% de su población en riesgo de exclusión y, en Ceuta, el 29,5% de personas se encuentra en la misma situación. También Canarias está por encima del 25% (25,5%) de sus habitantes en riesgo de exclusión.
Ya en la Península, la Comunidad con cifras más preocupantes es Andalucía (23,1%), donde un 23,1% de la población corre riesgo de exclusión social. Cerca de esos baremos está Aragón (22,9%) y, todavía por encima de la barrera del 20%, están la Comunidad Valenciana (21,5%), Murcia (20,7%), Castilla-La Mancha (20,5%) y Asturias (20,1%).
Con un nivel inferior de precariedad aparece Madrid (19,6%). Ya por debajo de la media nacional (19,3%) se encuentran Baleares y Extremadura (19,1%), Cataluña (17%) y La Rioja (15,7%), donde el 15,7% de personas se mantiene en riesgo de exclusión.
Los números menos preocupantes se dan en la mitad noroeste de la Península. En Castilla y León (14,9%) hay un 14,9% de población excluida, números superiores a los de Cantabria (14,1%), Navarra (13,1%) y Galicia (12,7%). Por último, el menor porcentaje de personas en riesgo de exclusión se da en el País Vasco (11,8%), con el 11,8% de sus habitantes en dicha situación.






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