Los primeros trenes eran arrastrados por animales de tiro. A principios del siglo XIX llegó la máquina de vapor, generado mediante la combustión de carbón o madera. La nueva centuria trajo los motores diésel y finalmente se inventaron los trenes eléctricos, con catenarias conectadas a líneas de alta tensión alimentadas por centrales convencionales. El último avance de la propulsión ferroviaria permite al convoy obtener electricidad de los paneles solares que recubren un túnel bajo el que circula.

Se ha logrado en Bélgica, donde la línea de alta velocidad entre París y Amsterdam cuenta con paneles solares situados sobre un tramo de 3,4 kilómetros de la cubierta de un falso túnel que cubre la vía a su paso por un bosque para evitar que las caídas de árboles puedan provocar accidentes.

Sus más de 16.000 paneles cubren una superficie de unos 50.000 metros cuadrados, lo que equivale a la de ocho campos de fútbol. Los trenes circulan a 180 kilómetros por hora en esta línea paralela a la autopista E-19.

La central solar evitaría la emisión de 2.400 toneladas anuales de dióxido de carbono

La capacidad de producción de esta central solar situada sobre una vía férrea es de 3.300 megavatios por hora, por lo que podría suministrar la energía eléctrica que precisan unas 950 viviendas belgas a lo largo de un año, lo que permite evitar la emisión a la atmósfera de 2.400 toneladas anuales de dióxido de carbono, según informa la empresa constructora del proyecto fotovoltaico, Solar Power Systems.

"Es el primer tren que consume la electricidad fotovoltaica que se capta y genera en el mismo lugar por donde circula", explica Jurgen Van Damme, portavoz de Enfinity, sociedad especializada en energía solar que ha participado en una iniciativa que ha costado 14,5 millones de euros y requirió de 12 semanas de trabajos de instalación antes de entrar en funcionamiento en junio de 2011. Un sistema especial de lastres evitó tener que perforar el techo del túnel para anclar los paneles en el mismo.

La energía generada por los paneles solares se envía a una central para su almacenamiento y desde ésta se distribuye a través de dos redes. Una alimenta los sistemas de señalización e iluminación de la línea y sus estaciones, como la de la cercana estación central de Amberes, y también la calefacción de las mismas.

La otra, traslada la electricidad a la vía férrea, donde la aprovechan cada año unos 4.000 trenes de alta velocidad o convencionales que circulan por la misma. Este volumen de tráfico equivale al de un día entero de toda la red ferroviaria belga, que con 3.592 kilómetros es una de las más densas de Europa, dado que el país, de 11 millones de habitantes, sólo tiene 30.528 kilómetros cuadrados.

Eficiencia energética 

Sólo el 35% de los días en esta nubosa y lluviosa parte de Europa son suficientemente soleados (hay unas 900 horas de sol al año), e incluso en ellos sólo se dispone como máximo de radiación suficiente entre las nueve y las cinco de la mañana. El resto del tiempo, la vía férrea se conecta automáticamente con la red eléctrica general.

Los primeros trenes que emplearon energía solar nacieron en Italia, pero se alimentaban de paneles instalados sobre los vagones, y éstos sólo podían accionar sus sistemas de aire acondicionado. Desde diciembre de 2012, un tren diésel dotado con paneles solares, el Shivalik Express, circula por el norte de la India, en las estribaciones del Himalaya. Todas sus luces fueron reemplazadas por puntos de luz LED y se instalaron tomas alimentadas con energía solar para que los pasajeros pudieran recargar sus móviles o cámaras.

La red ferroviaria belga es una de las más densas de Europa con 3.592 kilómetros

Dentro de su objetivo de eficiencia energética 20/20/20 (que pretende para 2020 una mejora del 20% de la eficiencia, el incremento hasta el 20% del peso de las renovables y una reducción en un 20% de las emisiones respecto a los niveles de 1990), la Unión Europea aspira a que en 2020 se abastezca de energías renovables el 35% de la actividad ferroviaria del continente.

Bart Van Renterghem, que hasta 2012 ocupó diversos cargos directivos en Enfinity, señala que “para los operadores de trenes, ésta es la manera perfecta de reducir sus huellas de carbono, porque pueden aprovechar para generar energía espacios que no tienen otro valor económico y los proyectos pueden ser desarrollados en apenas un año, ya que no generan las protestas que desata la energía eólica".

Siguiendo esta línea de trabajo, la operadora ferroviaria belga Infrabel pretende construir un parque eólico a lo largo de la autopista E40 cuyas turbinas alimentarían la línea férrea entre las ciudades de Lovaina y Lieja.

En el Reino Unido, una de las estaciones de Londres, la del puente de Blackfriars, sobre el Támesis, ha sido cubierta con 4.400 paneles solares capaces de satisfacer aproximadamente la mitad de las necesidades de la terminal, una de las más transitadas de la capital británica. El tren, el sistema de transporte terrestre motorizado menos contaminante, es cada día energéticamente más limpio. De sus usuarios depende ahora que también lo sea su interior.