Cada 19 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria 2025. Establecido desde 2008, este día rinde homenaje a aquellos que ponen en riesgo su vida prestando asistencia en momentos de crisis y catástrofes, y busca sensibilizar acerca del papel crucial que juega la ayuda humanitaria a nivel global. Este año 2025 se relanza la campaña del año pasado llamada Actúa por la humanidad para exigir protección, responsabilidad y acción.
El 19 de agosto de 2003, un atentado con bomba en el Hotel Canal de Bagdad (Irak) acabó con la vida de 22 trabajadores humanitarios, entre los que se encontraba el representante especial del secretario general de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Mello. Cinco años después, en 2008 la Asamblea General adoptó la resolución A/RES/63/139 que establecía el 19 de agosto como Día Mundial de la Asistencia Humanitaria (WHD o World Humanitarian Day en inglés).
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es una iniciativa promovida por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), que busca generar conciencia y acción en beneficio de quienes enfrentan crisis y necesidades urgentes en todo el mundo.
Si no podemos proteger a quienes salvan vidas, ¿qué dice eso de nosotros?
Cada año, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, se elige un tema específico que reúne a colaboradores de todo el ámbito humanitario con el propósito de abogar por la supervivencia, el bienestar y la dignidad de aquellos que se ven afectados por diversas crisis. Además, se promueve la seguridad de los profesionales que se dedican a brindar ayuda humanitaria.
En 2025 se relanza la campaña del año anterior Actúa por la humanidad para resaltar que el sistema humanitario está al límite de sus posibilidades, al tener una financiación insuficiente, además de encontrarse atacado y desbordado. La iniciativa busca transformar la indignación colectiva en presión efectiva sobre quienes ostentan el poder, exigiendo acciones concretas para proteger tanto a los trabajadores humanitarios como a las personas a las que asisten. Entre los llamados destacan la necesidad de garantizar la seguridad de quienes operan en zonas de conflicto, respetar el Derecho Internacional Humanitario y asegurar los fondos prometidos para responder a las emergencias.
Se pretende construir apoyo público para presionar a las partes en conflicto y a los líderes mundiales para que tomen medidas para asegurar la protección de los civiles, incluidos los humanitarios, en zonas de conflicto.
El mensaje es contundente: si la comunidad internacional falla en proteger a quienes salvan vidas, la consecuencia será no solo el debilitamiento de todo un sistema, sino la pérdida de nuestro propio sentido de humanidad.
380 trabajadores humanitarios fallecidos en 2024
Solo en 2024 murieron más de 380 trabajadores humanitarios, la mayoría en Gaza. Algunos en acto de servicio, otros en sus hogares. Cientos más han resultado heridos, secuestrados o detenidos. A pesar de las dificultados, el año pasado, las agencias de la ONU y más de 2.000 socios humanitarios llegaron a 116 millones de personas en 33 países con ayuda vital, impulsando métodos innovadores como la entrega directa de efectivo para preservar la dignidad de los afectados
En 2025 la situación no está mejorando. Según el Panorama Global Humanitario 2025 presentado por Tom Fletcher, Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, más de 305 millones de personas en 72 países necesitarán ayuda humanitaria durante este año, con conflictos armados y el cambio climático como las principales causas que alimentan el sufrimiento y el desplazamiento masivo.
Las guerras en Gaza, Sudán y Ucrania, marcadas por la violencia extrema y la violación sistemática del derecho internacional, han generado niveles sin precedentes de desplazamiento, afectando especialmente a los niños, quienes representan uno de cada cinco afectados. Paralelamente, el impacto del calentamiento global intensifica desastres naturales que agravan la vulnerabilidad de comunidades enteras.
Serían necesarios 47.400 millones de dólares para atender todas las necesidades, sin embargo la financiación para hacer frente a estas crisis muestra un amplio déficit: solo se ha logrado asegurar un 43 % de los recursos necesarios, mientras que las operaciones humanitarias enfrentan crecientes ataques y obstáculos.
Fletcher enfatiza la necesidad urgente de una respuesta coordinada, un liderazgo local fortalecido y un compromiso político firme para garantizar el respeto al derecho internacional y proteger a la población civil. El informe llama a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos y financiamiento para mitigar una crisis humanitaria que se prolonga y expande sin precedentes.
Principales riesgos de los trabajadores humanitarios
La naturaleza del trabajo humanitario en contextos de crisis y emergencias conlleva múltiples retos para sus trabajadores:
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Seguridad personal: Los trabajadores pueden encontrarse en riesgo en zonas de conflicto o áreas impactadas por desastres, donde la violencia armada, el terrorismo, secuestros y otras amenazas son reales.
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Violencia: Al trabajar en ambientes tensos y conflictivos, existe la posibilidad de enfrentar violencia física, verbal o psicológica por parte de grupos en disputa o facciones armadas.
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Acceso restringido e infraestructuras dañadas: Las restricciones al acceso de regiones siniestradas y las infraestructuras deterioradas por catástrofes naturales o enfrentamientos armados impiden el suministro de ayuda, creando obstáculos logísticos significativos.
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Riesgos de salud: Las epidemias y las deficientes condiciones sanitarias en situaciones de emergencia incrementan el peligro de contraer enfermedades infecciosas entre los trabajadores humanitarios.
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Trauma emocional: La exposición a circunstancias angustiosas puede repercutir gravemente en la salud mental y emocional del personal, especialmente cuando interactúan directamente con comunidades afectadas por tragedias.
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Desplazamiento forzado: En ocasiones, los trabajadores deben desplazarse forzosamente debido a la volatilidad del entorno, repercutiendo tanto en su seguridad como en su habilidad para prestar auxilio.
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Escasez de recursos: La falta de suministros básicos, como medicamentos, alimentos y agua potable, puede limitar enormemente su eficiencia en la labor humanitaria.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria nos recuerda la importancia de la solidaridad y el compromiso con aquellos que más lo necesitan. Es un día para honrar a los trabajadores humanitarios que arriesgan sus vidas para ayudar a los demás y para reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede contribuir a hacer del mundo un lugar más justo y compasivo.
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