La contaminación atmosférica es tal vez el peor problema ambiental de nuestras ciudades. Y los vehículos de motor, su principal responsable. Pese a la mejora de las tecnologías, siguen emitiendo gran cantidad de gases nocivos. Pero también podrían convertirse en parte de la solución. La novedosa idea de un inventor español pretende hacer de los millones de coches que circulan por nuestras calles y autopistas activos agentes limpiadores del aire.

El coche mata, directa e indirectamente. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), los fallecidos en España por causas provocadas por la contaminación ambiental son ocho veces más que las víctimas mortales de los accidentes de tráfico, balance que estableció manejando datos de 2009 de los ministerios de Medio Ambiente y del Interior.

La SEPAR recuerda que en España contaminan en la misma proporción el tráfico rodado (un 32,5% de la polución del aire) y las plantas industriales o generadoras de energía (32,4%). De acuerdo con los límites establecidos por la UE, un 35 por ciento de la población española (16 millones de personas) respira aire polucionado. De acuerdo con los baremos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra se dispara hasta el 84 por ciento de la población (38 millones de personas).

El Ministerio de Medio Ambiente español (hoy Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) calculó en 16.000 el número de personas que mueren prematuramente al año a causa de la contaminación del aire y, según la Unión Europea, cada año se registran en los 27 países miembros 370.000 muertes por esta causa. A nivel mundial, un estudio de la OMS de 2006 indicaba que dos millones de personas fallecen cada año por la contaminación del aire, la mitad de ellas en los países desarrollados.

1.500 metros cúbicos por hora

Un sistema de filtrado de aire situado bajo los coches (también sería aplicable a camiones o trenes), que absorbería el mismo a través de unas toberas situadas detrás de la rejilla, podría permitir que cada vehículo limpiara de contaminantes hasta 1.500 metros cúbicos por hora.

"Imagínese, con la cantidad de coches que hay en las grandes ciudades: ¡la labor que podrían hacer!", explica a EcoAvant Digital el autor de la idea, Eusebio Moro, de 62 años, profesional del sector de la filtración y la depuración con una ya larga experiencia y más de una decena de invenciones patentadas. "En aviones no resultaría práctico porque la contaminación se concentra muy por debajo de su altura de vuelo", aclara.

"Es un sistema mucho mejor que los catalizadores que ya llevan algunos coches. Éstos sólo descontaminan los gases que salen por el tubo de escape del propio vehículo, pero apenas tienen tiempo de hacerlo, así que dejan escapar una parte, y además hace falta una temperatura adecuada. Nuestro sistema filtra el aire del ambiente, donde los contaminantes están más diluidos, lo que lo hace su trabajo más eficiente, así que limpia mucha más cantidad, y además no necesita ese calor",

El Eccomotion absorbe el aire que penetra por las toberas cuando el coche avanza, lo hace pasar a través de una serie de filtros que retienen los contaminantes, y lo devuelve al exterior ya purificado por la parte posterior del vehículo.

El filtrado lo realiza un dispositivo basado en el plasma no térmico, una tecnología que según Moro "ha demostrado su eficacia en la eliminación de compuestos orgánicos volátiles, olores, materiales orgánicos como el CFC y el PFC y los gases de combustión, óxidos de nitrógeno o azufre". Además de ser nocivos para la salud humana, muchos de estos elementos contribuyen al efecto invernadero.

El sistema crea un medio ionizado estableciendo un campo eléctrico impulsado a través de los gases que se quieren tratar. El plasma no térmico es un gas parcialmente ionizado en el que la energía de los electrones es mayor que la de los iones y las moléculas del gas, que se encuentra de esta forma a temperatura y presión ambiente.

En marcha y parado

En comparación con el plasma térmico, en el cual la temperatura de los iones y de los electrones es igual, la temperatura de los electrones en el plasma frío es mucho más alta que la de los iones. Puesto que los iones y las partículas sin carga no se calientan tanto como los electrones, a este plasma se denomina frío o no térmico.

Cuando el coche circula, simplemente capta para su descontaminación el aire que atraviesa el vehículo. Cuando se detiene en un semáforo (o atasco), el sistema puede seguir operando: el dispositivo está dotado de un sistema de ventiladores que realizan una succión del aire y que se activan cuando el automóvil reduce la velocidad o se para. Los filtros se extraen con facilidad de su habitáculo, se limpian y se vuelven a utilizar.

El precio del equipo podría rondar los 1.500 euros por coche. El invento ya está patentado, y ha recibido diversos premios. Una prueba piloto mediante un prototipo "funcionó perfectamente" y diversas empresas de países americanos como México, Chile o Colombia han mostrado ya su interés por el dispositivo.

La tecnología aplicada ha sido parcialmente desarrollada en colaboración con la universidad Jaume I de Castellón y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), un organismo público dependiente del Ministerio de Economía.

"No hay nada ni remotamente parecido en el mundo, pero por ahora las administraciones no muestran demasiado interés porque no tienen un duro", revela Eusebio Moro, a quien algún día tal vez debamos respirar un aire mucho más limpio.