El nivel de concentración del virus SARS-CoV-2 en las aguas residuales españolas ha alcanzado su nivel más bajo desde el final del verano de 2020, tras disminuir en torno al 75 % en las estaciones depuradoras que están incluidas en el proyecto VATar-COVID19, una herramienta de vigilancia microbiológica.

Este indicador, desarrollado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Ministerio de Sanidad junto con las comunidades autónomas, analiza la evolución de la pandemia.

Según informa el MITECO, la del ARN del virus en las aguas residuales se estabiliza o disminuye en el 75% de las estaciones depuradoras controladas actualmente, excepto algunos incrementos que se atribuyen a las precipitaciones asociadas en los últimos días en 10 de las 38 Estaciones de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) distribuidas por todo el territorio nacional.

 

Los buenos resultados del proceso de vacunación

 

La tendencia favorable coincide con los buenos resultados del proceso de vacunación y desescalada en España y, aunque estos datos no permiten determinar el número de personas contagiadas, si se observa una relación entre el aumento o disminución de la concentración del virus y la evolución positiva, negativa en el número de personas que dan positivo en COVI-19.

VATar-COVID-19 se puso en marcha en julio de 2020 y permite analizar cada semana las aguas residuales en la entrada de las EDAR integrantes del proyecto. El actual informe semanal confirma que se ha alcanzado el nivel más bajo desde final de verano pasado. Los datos se remiten cada semana al Ministerio de Sanidad y a las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas y de las Confederaciones Hidrográficas.

La herramienta ha sido valorada por la Comisión Europea, que ha recomendado a sus Estados miembro que adopten un enfoque común para establecer una vigilancia sistemática nacional del SARS-CoV2 y sus variantes en las aguas residuales de la UE lo antes posible y a más tardar el 1 de octubre de este mismo año. En concreto, aconseja que estos sistemas nacionales de vigilancia incluyan al menos las aguas residuales de las ciudades de más de 150.000 habitantes.