El ser humano cuenta en su organismo con diez veces más microorganismos que células propias. Estas especies biológicas no son solo relevantes por su abundancia, sino que también juegan un papel clave en nuestra salud. Los últimos estudios científicos desvelan que estas comunidades microbianas podrían jugar un papel fundamental en el origen de muchas enfermedades.

Por otra parte, su interacción con nuestros organismos podría explicar la respuesta de los individuos a determinadas intervenciones clínicas o terapéuticas, entre ellas algunos tratamientos inmunoterapéuticos frente al cáncer.

 

Un microbioma insano nos hace más vulnerables al cáncer, al párkinson y la diabetes

 

El microbioma es el conjunto de todos los microorganismos (bacterias, hongos, virus, etc.) que viven de forma natural en el interior de nuestro cuerpo, además de sus genes y sus metabolitos. No debemos confundirlo con el término microbiota, que se refiere exclusivamente a los microorganismos.

El estudio del impacto del microbioma sobre la salud se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Tras la puesta en marcha en 2008 en los Estados Unidos de Proyecto Microbioma Humano (HMP, por sus siglas en inglés) para identificar y caracterizar las comunidades microbianas presentes en el cuerpo humano, se han publicado numerosos artículos científicos analizando la posible relación entre el microbioma humano y diversas enfermedades.

Los resultados no han dejado de sorprendernos. Se ha comprobado que estos microorganismos contribuyen a las funciones metabólicas, nos protegen contra los agentes patógenos, ayudan a desarrollar el sistema inmune y afectan a nuestras funciones fisiológicas, entre otras cosas. Además, existen cada vez más evidencias de su importancia en patologías como el cáncer, el párkinson, la diabetes o la obesidad.

Por si fuera poco, investigaciones recientes indican que una parte muy importante de la influencia ambiental en la salud humana está mediada por la microbiota. Factores como la dieta, el tabaco o el alcohol pueden interactuar directamente con ella, e influir en el desarrollo de enfermedades.

 

Hacia un nuevo paradigma en la medicina de precisión

 

El profundo conocimiento actual del microbioma humano, así como de su influencia en la salud y la enfermedad, ha sido posible gracias al progreso tecnológico desarrollado en el campo de las llamadas “ciencias ómicas”. Se trata de disciplinas que estudian en profundidad y a gran escala biomoléculas implicadas en el funcionamiento del organismo. Entre ellas destacan la genómica (genes), la proteómica (proteínas) y la metabolómica (metabolitos o sustancias producidas durante el metabolismo).

Al igual que ocurrió con el genoma humano hace dos décadas, profundizar en el conocimiento del microbioma humano abre una nueva ventana de posibilidades para el tratamiento de enfermedades. Pero para profundizar es preciso estudiar el microbioma humano desde una aproximación multi-meta-ómica que integre un conjunto enorme de datos, basada en nuevos algoritmos computacionales y desarrollos bioinformáticos.

Ese es el objetivo del proyecto microBiomics, una investigación multidisciplinar que pretende caracterizar, con un nivel de detalle nunca realizado hasta ahora y de una forma novedosa, el papel de la microbiota en distintos procesos patológicos (digestivos, autoinmunes, oncológicos, neurodegenerativos). Este proyecto explora también la respuesta, en términos de eficacia y seguridad, de los pacientes a distintas intervenciones clínicas y terapéuticas.

El proyecto, coordinado por el Cima Universidad de Navarra, implica a un consorcio integrado por hospitales, centros de investigación, empresas biotecnológicas, organismos de investigación expertos en la generación y análisis de resultados, y en su valorización industrial.

A pesar de que se conoce cada vez mejor la implicación de la microbiota en la fisiología humana en condiciones normales y patológicas, ignoramos cuáles son los microorganismos concretos involucrados en cada proceso, los mecanismos de acción a través de los cuales se generan compuestos de interés, y su efecto específico sobre las interrelaciones entre la microbiota y su entorno.

Por eso caracterizar esas comunidades microbianas y sus genes representa un reto biotecnológico de primera magnitud en el área de la salud humana. Con esos datos sobre la mesa podríamos comprender mejor los mecanismos moleculares de muchas enfermedades.

Además, sería un excelente punto de partida para diseñar nuevas estrategias terapéuticas basadas en nuevos fármacos biotecnológicos con efectos directos sobre la composición y/o la actividad de la microbiota de los pacientes.