Casi la mitad de los españoles, un 47%, desconfía de las vacunas contra la covid-19 que en las últimas semanas están alcanzando las últimas fases de sus ensayos clínicos y podrían estar disponibles en los próximos meses, y no desean aplicárselas, o cuanto menos no estar entre los primeros en hacerlo, según el llamado barómetro (encuesta mensual) del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes  de octubre.

El porcentaje de escépticos ante los avances contra la pandemia en los que trabajan las principales farmacéuticas mundiales aumenta de forma constante desde hace unos meses: en setiembre (datos de agosto) había sido del 40,3% y en el barómetro publicado en octubre, del 43,8%. Igualmente, decreció del penúltimo al último sondeo, del 40,2% al 36,8%, la fracción de la ciudadanía que declaró estar dispuesta a ponerse de forma inmediata la primera vacuna que esté operativa. 

El porcentaje de escépticos ante los avances contra la pandemia aumenta de forma constante

En este contexto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunciaban el pasado viernes la preparación de un plan de vacunación masivo de la población para el primer semestre de 2021, con probable inicio en enero, en el que tendrían prioridad inicial los internos en residencias de mayores y el personal sanitario, pero en el transcurso del cual “muy probablemente”, manifestó Illa, sea finalmente vacunada la mitad de la población española.

Las compañías farmacéuticas se comprometieron a desarrollar y probar vacunas para la COVID-19 de acuerdo con los altos estándares éticos / Pixabay

A pesar de los resultados de la encuesta del CIS, organismo dependiente del Gobierno, Salvador Illa dijo el sábado que el Ejecutivo no se planteaba la obligatoriedad de la vacunación, que en su opinión podría ser “contraproducente”. Una legislación de 1986, la Ley Orgánica 3/1986, de Medidas Especiales en materia de Salud Pública, permitiría al Ejecutivo imponer la obligación de vacunarse. “La población acepta bien las vacunas, hay un nivel de concienciación muy elevado y una comprensión clara de que para acabar con el coronavirus es necesario hacerlo”, manifestó en entrevista en la emisora RAC-1.

 España, con las mayores tasas de vacunación del mundo

 

Ciertamente, España es uno de los países con mayores tasas de vacunación del mundo, pese a que la misma sea en todos los casos voluntaria, a diferencia de lo que sucede, según el Comité Asesor de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría, en 11 países de la Unión Europea donde es obligatoria por lo menos una (Italia, Letonia, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Francia, Hungría, Polonia, Chequia, Grecia y Bélgica). Los expertos en enfermedades infecciosas estiman que sería necesario que se vacunara alrededor del 70% de la población para que la covid-19 quedara bajo control.

“Podría impedirse la escolarización a niños no vacunados, como sucede en otros países"

Itziar de Lecuona, del Observatorio de Bioética de la Universidad de Barcelona, considera que antes de recurrir a medidas coercitivas es mejor aplicar incentivos a la vacunación. “Podría impedirse la escolarización a niños no vacunados, como sucede en otros países [como Australia y algunos lugares de Estados Unidos], que puedas acceder a ciertos sitios o que te atiendan en tu centro de salud”, plantea.

Ensayo e investigación de una vacuna en laboratorio / Foto: Fernando Zhiminaicela - Pixabay

“El número de personas dispuestas a vacunarse inmediatamente cuando esté disponible la vacuna contra el covid-19 sigue en caída libre [...]. La tendencia es decreciente, y en determinados grupos demográficos estas cifras son muy preocupantes. Es necesaria una campaña de comunicación más efectiva que conciencie de la necesidad de esta vacuna y que combata los bulos”, opina el politólogo de la Universidad Carlos III Alejandro Solís.

"Muchas de estas personas no quieren la vacuna, pero se beneficiarán de la protección de rebaño"

“Muchas de estas personas no quieren la vacuna para ellos, pero se beneficiarán de la protección de rebaño. Es lo que se llama fenómeno del polizón, personas que viajan gratis a costa de las demás; no quieren asumir los riesgos potenciales, que siempre los hay en cualquier intervención médica, por pequeños que sean”, constata el epidemiólogo Fernando García. “Si son muy pocos, nos lo podemos permitir, el problema es que haya demasiados”, advierte.

La experta en Química Médica y Biológica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Nuria Campillo atribuye los resultados de los sondeos del CIS a que los mensajes transmitidos desde el Gobierno sobre la próxima disponibilidad y gran fiabilidad de las vacunas son demasiado optimistas. Ella cree que tardarán más en estar listas para su empleo y que anunciar tanta inminencia es "muy peligroso" porque puede generar desconfianza en su eficacia. "Lo que hay que hacer es informar bien de cómo funciona la vacuna y de lo seguras que son en lugar de decir estas cosas", critica. "Ya sé que todos estamos deseosos, pero hay que decir la verdad", remacha. 

Negar la evidencia

 

Las vacunas son el avance más importante contra las enfermedades en la historia

La inmensa mayor parte de la comunidad científica mundial coincide en que las vacunas son probablemente el avance más importante contra las enfermedades en la historia de la humanidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que evitan entre dos y tres millones de muertes cada año. Pero mucha gente no tiene ningún problema en negar la evidencia.

El auge de los movimientos antivacunas en el mundo desarrollado, que ha provocado un inesperado repunte del sarampión en Europa, donde estaba prácticamente erradicado (el número de infectados fue en 2018 el triple que en 2017 y 15 veces más que en 2016, y causó 72 muertos) se debe, según los sociólogos, a que en las sociedades ricas la gente ha olvidado los efectos de enfermedades como el sarampión, la polio o la tosferina, mientras en los países en desarrollo numerosas familias ver morir a sus hijos a causa de las mismas.Aunque la incidencia de los grupos antivacunas en España es inferior a la registrada en otros países occidentales, la desconfianza ante las que se desarrollan contra el coronavirus expresada por un porcentaje tan alto de ciudadanos (en Italia, el número de escépticos es 13 puntos menor) puede poner en peligro los planes de vacunación masiva del Gobierno.

Un menor con mascarilla que debe ir al colegio frete a la COVID-19 / Foto: Alexandra Koch - Pixabay

En las sociedades ricas la gente ha olvidado los efectos de enfermedades como el sarampión, la polio o la tosferina

Padres preocupados por falta de información, a menudo intoxicados por bulos y falsas creencias, seguidores de ciertas religiones, partidarios de terapias pseudocientíficas, teóricos de la conspiración enemigos de las farmacéuticas e iluminados de todo tipo forman el magmático mundo de quienes rechazan estos medicamentos tan efectivos.  

El razonamiento del olvido de los efectos de algunas enfermedades por la falta de contacto con las mismas no valdría para la covid-19, que está haciendo estragos entre los habitantes de los países más desarrollados del planeta, con los Estados Unidos a la cabeza del número de contagiados y fallecidos a nivel mundial. Pero “paralelamente, también han avanzado los bulos, y más los relacionados con la vacuna”, recuerda el pediatra Carlos González. 

En España este mismo martes, el consejero de educación del Gobierno Vasco, Jokin Bildarratz ha denunciado ante la Fiscalía la situación del colegio negacionista Geroa Waldorf Eskola, ubicado en la localidad alavesa de Iruraiz-Gauna por la aparición de un brote de covid-19 con más de 30 casos positivos. El centro ya fue objeto en septiembre de una investigación por no obligar a sus alumnos a llevar mascarilla. Bildarratz ha subrayado en rueda de prensa que "no puede ser que un centro concertado, que recibe subvención pública, no esté cumpliendo las normas".