España ha conseguido sacar adelante 47 proyectos –un total de 95,2 millones de euros– con el programa Life+, un fondo europeo destinado a la sostenibilidad del medio ambiente financiado por la Comisión Europea. La cifra, dada a conocer recientemente, es todo un éxito para nuestro país ya que ha conseguido el respaldo a más iniciativas que ningún otro estado –en esta convocatoria participaban 27–.


Entre los diversos proyectos asoman la cabeza dos especies casi desconocidas y amenazadas. Se trata del garbancillo de Tallante y del desmán ibérico, una planta y un mamífero endémicos de la Península Ibérica.

La iniciativa Conservastragalus-mu de la Universidad Politécnica de Cartagena pone su foco en la recuperación y conservación del garbancillo de Tallante (Astragalus nitidiflorus), una especie vegetal que fue dada por extinta hasta que en 2003 un aficionado a la botánica la redescubrió en las cercanías del pueblo de Tallante (Cartagena, Murcia) y pasó a ser catalogada en peligro de extinción por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Desde entonces la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y la Universidad Politécnica de Cartagena, con la ayuda de la entonces Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad de Murcia, desarrollaron acciones de conservación de la planta.

El garbancillo de Tallante, una leguminosa silvestre emparentada con garbanzos y guisantes, pertenece a la familia de las Fabaceae y es endémica del campo de Cartagena.

Con el proyecto financiado por Life+ se persigue mejorar el conocimiento de la especie, aumentar las poblaciones existentes y aplicar planes que garanticen su conservación a largo plazo en la región. En la actualidad, todas sus poblaciones conocidas se encuentran dentro de los espacios protegidos del Parque natural de la Sierra de la Muela, Cabo Tiñoso y Roldán y el LIC de los Cabezos del Pericón.

Por su parte, el plan Desmania tiene como principal objetivo cambiar la tendencia demográfica negativa de las últimas décadas del desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), una de las 79 especies catalogadas como vulnerables por la World Conservation Monitoring Center. La fuerte regresión de la población se ha producido por la transformación de sus hábitats: contaminación del agua y construcción de centrales hidroeléctricas y embalses.

El desmán ibérico recuerda vagamente a un topo aunque tiene el morro en forma de trompeta y las proporciones diferentes a causa de su adaptación a la vida acuática. Es un insectívoro semiacuático, de hábitos nocturnos y vive en las proximidades de arroyos en los macizos montañosos del norte de la Península Ibérica, desde el Sistema Central y la Sierra Da Estrela (Portugal) al Sistema Ibérico septentrional, Pirineos, Cordillera Cantábrica y Montes de León, así como en la vertiente norte de los Pirineos, en Francia. En las zonas de mayor influencia atlántica de Galicia y cornisa cantábrica se encuentra también en zonas bajas y relativamente poco escarpadas.

La Fundación Biodiversidad, la responsable de la iniciativa, pretende mejorar la situación de los hábitats, pieza clave para la sobrevivencia del animal, y realizar un estudio meticuloso de su estado que sirva de base para "las actuaciones de conservación en varios lugares de la red Natura 2000".