La organización conservacionista WWF ha advertido de que lo ocurrido en los últimos días en la provincia de Ávila, con un fuego en Navalacruz que es ya el peor en lo que va de año en España y el cuarto más grave desde que hay registros, es un aviso y una evidencia de la amenaza que suponen los grandes incendios cada vez más frecuentes, de mayor gravedad y que desafían todos los dispositivos de extinción.

La ONG, que habla de unas 20.000 hectáreas arrasadas, un millar de evacuados y de un perímetro exterior del incendio de unos 100 kilómetros, recuerda que el cambio climático y el abandono rural hacen de España uno de los países más vulnerables frente a la amenaza de estos superincendios.

 

El 15º gran incendio forestal registrado este verano

 

El incendio de Ávila es el 15º gran incendio forestal (GIF) registrado este verano y el cuarto más grave de todos los siniestros en España desde que hay registros, tras el incendio de Cortes de Pallás en 2012, que calcinó 30.000 hectáreas, el de Minas de RioTinto, en 2004, con 27.000 hectáreas, y el incendio de Andilla, que acabó con 22.000 en 2012.

Aunque la superficie afectada a nivel nacional sigue por debajo de la media de los últimos diez años, el número de estos superincendios va en aumento, por lo que todo apunta a que se superará la media. Es decir, cada vez tenemos menos incendios, pero más graves y difíciles de controlar. De hecho, WWF subraya que hasta la fecha en España se ha producido un 60% más de GIF que la media de los últimos diez años.

 

Crisis climática inducida por el ser humano

 

El cambio climático, recuerda el colectivo, favorece las condiciones perfectas para alimentar a estos grandes incendios y en tal sentido apunta que el reciente informe del IPCC no deja dudas de que la crisis climática, inducida por el ser humano, está afectando al aumento de fenómenos extremos, como las olas de calor, que encienden la mecha de estos superincendios.

Pero, además, WWF denuncia que hay causas estructurales arrastradas tras décadas de abandono y ausencia de inversiones en el medio rural, como analiza el informe Paisajes cortafuegos de esta organización.

"Los incendios se han convertido en una emergencia social. Desde WWF consideramos que se debe apostar más en prevención y evolucionar de un modelo centrado en altas inversiones para avanzados dispositivos de extinción -que ignora los efectos del calentamiento global y la acumulación de combustibles-, a otro modelo que apueste por promover paisajes resilientes, vivos, rentables y mucho menos inflamables", afirma Gustavo Colmena, técnico en restauración forestal de WWF.

WWF recuerda que España puede sufrir en cualquier momento las dramáticas oleadas de incendios que están asolando Grecia, Turquía y todo el mediterráneo oriental.

Para ello, la organización insta a las administraciones a actuar de forma urgente para prevenirlos, recuperando paisajes cortafuegos, apostando por la ganadería extensiva y la gestión forestal. Asimismo, WWF recuerda que es necesaria una clara acción política e inversiones públicas y privadas para recuperar nuestros paisajes.