Un estudio publicado en la revista Climate Dynamics (1) resalta cómo los ríos atmosféricos pueden alterar los patrones climáticos esperados, desafiando las predicciones tradicionales basadas en El Niño y La Niña. Esto tiene implicaciones significativas para la gestión del agua, ya que los administradores deben considerar factores adicionales en sus modelos de planificación.
El Niño y La Niña
Los ríos atmosféricos desempeñan un papel crucial en el suministro de agua en California, pero su variabilidad extrema los convierte en un factor impredecible para la planificación hídrica. Con el cambio climático, su influencia podría aumentar, alterando aún más la relación tradicional entre El Niño, La Niña y la precipitación. Esto resalta la necesidad de mejorar los modelos de pronóstico y la gestión del agua para adaptarse a estos cambios en la disponibilidad hídrica.
La NOAA declara un El Niño cuando las aguas en el Océano Pacífico central y oriental cerca del ecuador son anormalmente cálidas durante un período de tres meses. La Niña es lo opuesto, se identifica cuando hay temperaturas del agua más frías que el promedio en el Pacífico ecuatorial oriental
La NOAA declara un El Niño cuando las aguas en el Océano Pacífico central y oriental cerca del ecuador son anormalmente cálidas durante un período de tres meses. La Niña es lo opuesto, se identifica cuando hay temperaturas del agua más frías que el promedio en el Pacífico ecuatorial oriental.
La temperatura de esta zona del Océano Pacífico tropical se monitorea de cerca porque tiene efectos de largo alcance en la circulación atmosférica y el clima global
La temperatura de esta zona del Océano Pacífico tropical se monitorea de cerca porque tiene efectos de largo alcance en la circulación atmosférica y el clima global. El Niño y La Niña suelen durar entre nueve y 12 meses, pero a veces pueden extenderse a varios años. Los dos fenómenos son útiles para el pronóstico a largo plazo porque se pueden detectar meses antes de que se sientan sus efectos.
La temperatura de esta zona del Océano Pacífico tropical se monitorea de cerca porque tiene efectos de largo alcance en la circulación atmosférica y el clima global
Ríos atmosféricos
Los ríos atmosféricos son cintas de vapor de agua en el cielo que pueden producir enormes cantidades de precipitación cuando llegan a la tierra. La llegada a tierra de un río atmosférico en formación se puede predecir con hasta tres semanas de antelación (los científicos de Scripps en el Centro de Extremos Meteorológicos y Acuáticos del Oeste, o CW3E, están trabajando para mejorar estos pronósticos), pero la frecuencia estacional de los ríos atmosféricos es casi imposible de predecir.
Los ríos atmosféricos son cintas de vapor de agua en el cielo que pueden producir enormes cantidades de precipitación cuando llegan a la tierra
Después de que 2023 trajera lluvias y nevadas récord a pesar de las condiciones de La Niña en el Pacífico, los autores/as del estudio querían saber si había otros años que fueran en contra de lo esperado según el ENSO (El Niño-Oscilación del Sur). Además, querían explorar si la actividad de los ríos atmosféricos era mayor o menor en esos años anómalos.
El equipo analizó más de 70 años de datos meteorológicos, comparando los patrones de precipitaciones esperados según el ENSO con los registros de precipitaciones. Los investigadores separaron las precipitaciones en dos categorías: precipitación de ríos atmosféricos y precipitación de otras fuentes, para aislar las contribuciones de los ríos atmosféricos.
El 32% de los años de ENSO analizados fueron lo que ellos denominaron "heréticos", lo que significa que iban en contra de los patrones canónicos de precipitación esperados de El Niño y La Niña
El análisis del equipo reveló que aproximadamente el 32% de los años de ENSO analizados fueron lo que ellos denominaron "heréticos", lo que significa que iban en contra de los patrones canónicos de precipitación esperados de El Niño y La Niña. De esos años heréticos, la actividad fluvial atmosférica anormalmente alta o baja explicó aproximadamente el 70% de ellos.
Los resultados sugieren que los ríos atmosféricos pueden anular las predicciones tradicionales de El Niño/La Niña. Durante estos años anómalos, solo unos pocos ríos atmosféricos poderosos podrían transformar un año seco esperado de La Niña en uno húmedo (1967, 2011, 2017 y 2023), o su ausencia podría convertir un año húmedo previsto de El Niño en un período seco (1964, 1977, 1987, 2007, 2013 y 2015).
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