El tranquilo comienzo de año vivido con respecto a los incendios forestales parece haber llegado a su fin. Aunque todavía no han aparecido siniestros de grandes dimensiones, ha empezado la proliferación de diversos focos por toda la Península, en lo que amenaza con convertirse en un verano complejo y de riesgo muy alto.

Mapa de los incendios forestales activos a 17 de junio de 2025 / Mapa: EA

Esta situación se traslada al mapa de incendios activos en España, donde comienzan a acumularse los sucesos, con especial incidencia en el cuadrante suroeste de la Península, donde se concentra casi una decena de fuegos.

En la cornisa norte también comienzan a aparecer los siniestros. Dos se sitúan en el norte de Castilla y León, en las provincias de León y Palencia. En Navarra se encuentran dos focos activos, uno próximo a la comarca de la Ribera y otro en la zona más próxima a los Pirineos. El último siniestro de la cornisa norte está situado en el sureste de la provincia de Huesca, casi en el límite con Lleida.

El incendio más importante de la Península se ha producido en las cercanías de Chinchilla, en la provincia de Albacete, en el que se ha convertido uno de los siniestros más importantes de lo que va de temporada.

Pero la gran concentración de siniestros en la actualidad se concentra en la parte suroeste de la Península, con un total de ocho siniestros de relativa consideración. En Extremadura hay tres focos de cierta importancia. Dos están en la provincia de Cáceres, uno de ellos próximo a la frontera con Portugal y otro al norte de Trujillo; mientras que el tercer siniestro se encuentra al sur de Badajoz. Al este de este último incendio hay otros dos focos en el centro de la provincia de Ciudad Real. Para finalizar se han producido otros tres siniestros en Andalucía: uno de ellos se encuentra en el norte de Córdoba y hay otros dos siniestros en la cuenca del Guadalquivir, uno en la provincia de Sevilla y otro en Córdoba.

 

Hectáreas quemadas por incendios forestales

 

Incendios forestales en España en datos hasta el 8 de junio de 2025 / Infografía: EA

 

Hasta el 8 de junio han ardido 10.883,21 hectáreas, una cifra que mejora en gran medida las referencias de años anteriores. A estas mismas alturas de año, en 2024 se habían calcinado 18.654,02 hectáreas, lo que supone unas 8.000 más que las incendiadas durante este inicio de 2025. La comparativa resulta más impresionante si se realiza con respecto a la media del último decenio, en el cual se han calcinado unas 27.716 hectáreas de media. Este dato se debe en gran medida a la trágica primera mitad del año 2023, en el que a estas alturas de año ya habían ardido más de 65.000 hectáreas, el dato más dramático de la década  con mucha diferencia.

La comparativa también resulta favorable en el número de siniestros, aunque la proporción es menos acusada en este caso. Hasta el 8 de junio se han producido 2.164 siniestros, de los cuales 1.358 son conatos menores de una hectárea y los otros 806 han afectado a una superficie mayor.  Estos números son ligeramente mayores a los 2.470 sucesos que se habían producido durante al año pasado y apenas suponen la mitad de los 3.989 siniestros de media generados a estas alturas de año durante el último decenio. Esta situación también se refleja en el número de grandes incendios forestales ocurridos en los que va de año. En 2025, este tipo de siniestros, que afectan a una superficie mayor de 500 hectáreas, tan solo han aparecido en una ocasión, frente a los cinco grandes incendios que ya se habían producido el año pasado o los 15 del fatídico 2023.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por zonas, las Regiones del Noroeste continúan como las más afectadas, aunque poco a poco gana protagonismo la zona mediterránea. En el Noroeste se ha producido el 76,66% de la superficie calcinada. A buena distancia de estos números está la región mediterránea, con un 12,02% del total, y las comunidades interiores, con unas cifras parecidas (11,31%). Hasta el momento, afortunadamente, las islas Canarias no han sufrido incendios de gran extensión.

Por el tipo de vegetación, como suele ser habitual, el matorral y monte abierto es el más afectado, con la calcinación de 7.779,61 hectáreas. A mucha distancia de esos números están los pastos y dehesas, de los cuales han ardido 2.371,57 hectáreas, y más lejos aún está la superficie arbolada, donde solo se han visto afectadas 732,03 hectáreas.