Ante la tergiversación que ha sufrido el prefijo eco por parte de los autodenominados econuclear, Ecologistas en Acción precisamos ante la opinión pública algunos de los aspectos por los cuales eco y nucleares constituyen un oxímoron y son imposibles de conciliar.

 

10% de la producción de la electricidad es nuclear

 

Los 430 reactores nucleares que funcionan actualmente en todo el mundo representan un 10% de la producción de la electricidad, lejos del 17% que fue el pico de producción nuclear conseguido en sus mejores momentos en 2005 y que evidencia la bajada del rendimiento de este tipo de energía en los últimos años. El 70% de esta producción se sitúa solo en 5 países.

En el estado español siguen funcionando actualmente 7 reactores que producen alrededor del 20% de la electricidad total. El conjunto de las renovables ya está produciendo alrededor del 50%.

España tiene una dependencia energética del exterior de cerca del 75% del total de la energía que consume

La electricidad constituye aproximadamente el 20% del total de la energía en el estado español, que tiene una dependencia energética del exterior de cerca del 75% del total de la energía que consume. A la vez también hay que considerar que en España hay el triple de potencia eléctrica instalada de la que necesitamos durante los picos de consumo, lo cual hace fácilmente prescindible la energía nuclear.

 

Calendario de cierre acordado



Los reactores nucleares del Estado tienen un calendario de cierre acordado entre las empresas y ENRESA (empresa nacional de residuos radiactivos) que contempla su desmantelamiento entre el año 2027 y el 2035. A pesar de que PP y VOX digan que quieren alargar la vida de estas plantas atómicas, lo cierto es que recientemente ha habido declaraciones como las del presidente de Iberdrola en las cuales se reafirman en que cumplirán con el compromiso asumido.

 

La nuclear contra el cambio climático?
 


Según un artículo del ingeniero de telecomunicaciones Marcel Coderch Collell, experto en temas energéticos, sustituir la capacidad prevista de producción de energía con combustibles fósiles por electricidad nuclear requeriría construir antes del 2030 más de 4.500 reactores tipos 1GWe para sustituir 1.511GWe de carbón y 3.011GWe de gas y petróleo. Esto supondría construir y poner en producción un reactor cada dos días durante el próximos 25 años, lo cual es matemáticamente imposible.

Supondría construir y poner en producción un reactor cada dos días durante el próximos 25 años, lo cual es matemáticamente imposible

Por otro lado, si bien la electricidad nuclear emite 66gr de CO₂ por kWh, la fotovoltaica emite solo 32 y la eólica 10. Queda claro, pues que la aportación de la nuclear en la lucha contra el cambio climático es muy exigua en relación a la de las renovables y además resulta un insulto a la inteligencia que nos digan que puede sustituir los combustibles fósiles.

 

Dependencia de conflictos internacionales y de combustible del exterior


El uranio necesario para hacer funcionar las nucleares del estado español es íntegramente importado -de Rusia, de países como Uzbekistán, Namibia, Níger o Kazajistán-. Solo un 30% de este uranio proviene de países donde hay cierta estabilidad política. Así, esta dependencia puede poner en peligro el suministro energético ante cualquier conflicto bélico.

La energía nuclear genera múltiples violaciones de derechos humanos, como el derecho en la vida y la salud, e impactos sobre las poblaciones indígenas, las mujeres, los niños y las generaciones futuras.
 

La energía nuclear es inaceptable por varios motivos:

 

Es demasiado peligrosa: el uso de la energía nuclear conducirá inevitablemente a más accidentes como el de Fukushima.

Es demasiado sucia: los reactores nucleares y la cadena de combustible nuclear producen grandes cantidades de residuos radiactivos letales que aumentan cada vez que se utiliza la energía nuclear. La cadena del combustible nuclear emite más carbono que la generación de energía renovable y, por supuesto, que la mejora de eficiencia energética. Rutinariamente todos los reactores emiten radiación tóxica.

Es demasiado costosa: construir nuevos reactores resulta ser el método de reducción de emisiones de carbono más caro.

Es demasiado lenta: utilizar la energía nuclear para reducir las emisiones de combustibles fósiles, como pretenden algunos, y exigirá un programa de construcción nuclear sin precedentes, más allá de nuestras capacidades dentro de un marco de tiempo aceptable. Los reactores existentes tienen que ser eliminados según los imperativos de acción climática.

Por último, el legado en forma de residuos radiactivos que tendremos que gestionar costará según ENRESA 28.000 millones de euros hasta el año 2.100, de los cuales solo tienen 7.000 a la caja. Esto quiere decir que la diferencia, o bien la pagan las eléctricas antes del 2.035, que es cuando cerrará el último reactor, o bien nos tocará pagarla a la ciudadanía una vez más, como ya pasó con la moratoria nuclear.